El ¡®caso George Floyd¡¯ y la necesidad de un VAR filos¨®fico
La FIFA ha cambiado las reglas sobre las manifestaciones pol¨ªticas en el f¨²tbol: ?est¨¢n los ¨¢rbitros preparados para aplicarlas?
La muerte de George Floyd ha despertado una indignaci¨®n generalizada de la que el mundo del f¨²tbol no ha sido una excepci¨®n. En las pocas competiciones que est¨¢n disput¨¢ndose a causa de la pandemia generada por la COVID-19 varios jugadores han expresado su repulsa por la forma que fue tratado George Floyd por parte de la polic¨ªa de Minneapolis y que fatalmente acab¨® en su muerte. Habr¨¢ que esperar a ver si los jueces establecen que fue asesinato. En cualquier caso, la actuaci¨®n de la polic¨ªa es un caso m¨¢s de la discriminaci¨®n sist¨¦mica que sufren los afroamericanos en los Estados Unidos y de ah¨ª que, entre otros, Marcus Thuram, del Borussia M?nchengladbach, tras marcar un gol se arrodillara sobre el c¨¦sped o que Jadon Sancho, del Borussia Dortmund, pidiera justicia en un mensaje escrito en una camiseta. Todos ellos, recordaban el gesto de Colin Kaepernick, jugador de f¨²tbol americano al arrodillarse al sonar el himno norteamericano en se?al de protesta por la discriminaci¨®n hist¨®rica de los afroamericanos. Ello le cost¨® no solo ser se?alado por el presidente Trump, sino adem¨¢s estar varios a?os sin poder jugar debido al boicot informal que le hicieron la mayor parte de clubes.
El aspecto interesante para el mundo del f¨²tbol es que las manifestaciones en forma de repulsa a la actuaci¨®n policial o en favor de un trato justo a la minor¨ªa de la que Floyd era miembro plantean un interesante problema jur¨ªdico y filos¨®fico a la FIFA. Las organizaciones deportivas siempre han sido reacias a permitir expresiones pol¨ªticas o religiosas en los estadios. De ah¨ª, por ejemplo la expulsi¨®n de Tommie Smith y John Carlos de los JJ OO de M¨¦xico por ejecutar el Black Power salute cuando estaban recibiendo las medallas.
Sin embargo, la FIFA ha ido modificando su actitud. Ya ocurri¨® con la retirada de la sanci¨®n al FC Barcelona por las famosas esteladas y m¨¢s recientemente con la redacci¨®n de las Laws of the Game. Donde establec¨ªa que ni la equipaci¨®n ni la ropa interior debe tener ning¨²n eslogan pol¨ªtico, religioso o personal, declaraciones o im¨¢genes, ahora se?ala que los ¨¢rbitros tienen un margen de interpretaci¨®n de dicha norma en el que ser¨¢ relevante si las manifestaciones o gestos tienen un lenguaje ofensivo, insultante o abusivo, o son provocativas, irrisorias o inflamatorias. Y respecto de las manifestaciones pol¨ªticas se?ala que no estar¨¢n permitidas las relacionadas con: a) cualquier persona(s), viva o muerta (a menos que sea parte del nombre oficial de la competici¨®n); b) cualquier organizaci¨®n o grupo partido pol¨ªtico local, regional, nacional o internacional; c) cualquier gobierno local, regional o nacional o cualquiera de sus departamentos, oficinas o funciones; d) cualquier organizaci¨®n que sea discriminatoria; e) cualquier organizaci¨®n cuyos objetivos sean susceptibles de ofender a un notable n¨²mero de personas; f) cualquier acto o evento pol¨ªtico espec¨ªfico.
Es por lo tanto comprensible el comunicado del pasado martes en el que la FIFA hac¨ªa un llamamiento a los organizadores de las diferentes competiciones para que no sancionen a los jugadores que muestren solidaridad con George Floyd. A?ad¨ªa comprender la profundidad de los sentimientos y las preocupaciones expresadas por muchos futbolistas ¡°a la luz de las circunstancias¡± que rodearon ¡°la tr¨¢gica muerte¡± del ciudadano norteamericano. Justificaba su apelaci¨®n a que ¡°reitera su oposici¨®n a toda forma de racismo y discriminaci¨®n, habiendo reformado recientemente sus propias normas disciplinarias con el objetivo de erradicar este tipo de comportamientos. La FIFA tambi¨¦n ha promovido numerosas campa?as contra el racismo enviando mensajes contra esta lacra durante los partidos bajo su competencia¡±. En ese sentido solicitaba que la aplicaci¨®n de las Reglas del Juego siendo competencia de los organizadores de las respectivas competiciones, deban usarse aplicando el sentido com¨²n y teniendo en cuenta el contexto que rodea los eventos.
Sin embargo, este tr¨¢nsito de las reglas a los principios --concepciones distintas de regulaci¨®n de los comportamientos-- supone enfatizar todav¨ªa m¨¢s el papel de los ¨¢rbitros, en tanto que son los ¨®rganos aplicadores y responsables de llevar a cabo la ponderaci¨®n en el caso concreto. En el contexto de aplicaci¨®n de las reglas, la tarea de los ¨¢rbitros era relativamente sencilla y expeditiva, y transmit¨ªa cierta seguridad, ya que se limitaban a seguir lo que establec¨ªa la regla, aunque ello no exclu¨ªa decisiones rigurosas como sancionar con 2.000€ a un jugador por escritos en la camiseta interior a favor de los ni?os que padecen c¨¢ncer. Sed lex dura lex, ese era su descargo. En cambio, en el nuevo contexto de los principios, en pleno fragor del partido y probablemente en muy poco espacio de tiempo, tendr¨¢n que realizar juicios complejos acerca de la naturaleza ofensiva, insultante, abusiva, provocativa, irrisoria o inflamatoria de gestos y manifestaciones de los jugadores. En algunos casos, como en los apoyos y muestras de solidaridad a Floyd, no habr¨¢ especiales dificultades, y la consecuci¨®n de una decisi¨®n justa se har¨¢ m¨¢s cercana. Pero ser¨¢n la excepci¨®n dada la naturaleza controvertida de los s¨ªmbolos pol¨ªticos y religiosos. Y en estos supuestos, no podr¨¢n descargar su responsabilidad en ninguna otra instancia. El problema es que los ¨¢rbitros no son jueces con una formaci¨®n jur¨ªdica o filos¨®fica espec¨ªfica, lo cual puede hacer que el deseado sentido com¨²n al que apelaba la FIFA deje paso a las subjetividades m¨¢s extremas, lo cual derive a su vez en arbitrariedad. La cuesti¨®n entonces es si no se har¨¢ necesario recurrir a un VAR jur¨ªdico-filos¨®fico.
Jos¨¦ Luis P¨¦rez Trivi?o es catedr¨¢tico acreditado de Filosof¨ªa del Derecho. Universidad Pompeu Fabra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.