?scar Rodr¨ªguez sostiene al Legan¨¦s
El atacante, cedido por el Madrid, salva un punto para su equipo con una falta desde 30 metros en los ¨²ltimos minutos de un partido que parec¨ªa sellado
?scar Rodr¨ªguez hizo el gol que so?¨® Cristiano Ronaldo a lo largo de a?os de disparos extraviados. Fue de falta y le peg¨® con el empeine desde 30 metros. Convirti¨® la esfera en un misil que super¨® la barrera antes de caer superando la escuadra m¨¢s lejana. En el minuto 87, la proeza tuvo valor de salvaci¨®n. Fue el 1-1 que devolvi¨® al Legan¨¦s, que no ten¨ªa pulso, a la lucha por la permanencia, ahora a solo tres puntos.
El Mallorca tiene dos clases de jugadores. En un estamento se amontona la inmensa mayor¨ªa de la plantilla, jornaleros de los campos m¨¢s secos del f¨²tbol espa?ol, veteranos del doble ascenso consecutivo, de Segunda B a Primera. En el otro estamento, el destinado a los arist¨®cratas, se aposenta en solitario el japon¨¦s Takefusa Kubo, el ¨²nico que alcanza el mill¨®n de euros de salario, ni?o prodigio acunado en la cantera del Bar?a con la dulce melod¨ªa que le comparaba con Messi, fichado por el Madrid hace un a?o y reactivo de buena parte de los patrocinadores que ha reunido el club isle?o. El jovenc¨ªsimo Kubo es la estrella. Pero si el Mallorca sigue en Primera contra las expectativas de su propia directiva, ser¨¢ gracias al sudoroso estamento de su base, representado este viernes en la figura encanecida del almeriense Salva Sevilla.
Mandaba el Legan¨¦s en el arranque cuando aparecieron Cucho y Sevilla. El colombiano para hacerse con la pelota, dejarse llevar por el sentido de la orientaci¨®n en el bosque de marcadores, progresar por la banda derecha y provocar una falta al borde del ¨¢rea. Sevilla para convertir la falta en gol un golpe de intuici¨®n: fuerte y raso, previendo que la barrera saltar¨ªa, y metiendo la pelota por el primer palo. Seg¨²n lo invent¨® Ronaldinho contra el Werder Bremen.
No se hab¨ªan cumplido diez minutos y el Legan¨¦s se aboc¨® a una traves¨ªa ag¨®nica frente a un rival directo que con tres puntos se habr¨ªa colocado fuera de los puestos de descenso. Pr¨¢cticamente descendido, el equipo del sur de Madrid acus¨® el impacto. Durante un rato, sus jugadores deambularon por el viejo Son Moix sin dar m¨¢s sentido a las jugadas que una lluvia de balones frontales. Pan comido para los centrales del Mallorca, inaccesibles por arriba. Solo las intervenciones espor¨¢dicas de Oscar Rodr¨ªguez, madridista, de 21 a?os, cedido a Butarque, aut¨¦ntica luz de su equipo, permit¨ªa al Legan¨¦s cierta profundidad. As¨ª consigui¨® un tiro Ruibal ¡ªla primera intervenci¨®n de Manolo Reina despu¨¦s de media hora de partido¡ª y as¨ª la tuvo Carrillo y roz¨® el palo.
Gracias a partidos como ¨¦ste se verifica cient¨ªficamente que los hom¨ªnidos no han evolucionado sobre sus pies durante dos millones de a?os para manipular una pelota sin agarrarla con la mano. Los dos equipos sufrieron para pasarse el bal¨®n. Hasta el aristocr¨¢tico Kubo lo vivi¨® con el gesto torcido, bajo la vigilancia de Bustinza. Los padecimientos del Legan¨¦s alcanzaron su cumbre cuando Guerrero dej¨® a Carrillo mano a mano con Reina y el capit¨¢n mallorquinista le bloc¨® el disparo. Carrillo quiso abrir el pie para mandar la pelota al segundo palo y G¨¢mez le impidi¨® perfilarse. Su tiro fue centrado y el portero hizo su trabajo.
La noche ca¨ªa sobre el Legan¨¦s, virtualmente descendido, cuando ?scar hizo magia. Paradojas de la topograf¨ªa, la falta se produjo a solo unos metros del sitio desde donde Sevilla lanz¨® su falta para el 1-0, una hora antes. El ¨¢rbitro pit¨® el final y el h¨¦roe se retir¨® cabizbajo. ¡°Si no tiramos a puerta no podemos meter goles¡±, lament¨® ?scar. ¡°Nos llevamos un empate que no sirve¡±.
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