El Madrid se libra de un sacamuelas
El l¨ªder, ya con cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona, solo doblega a un engorroso y afanado Getafe con un penalti de nuevo anotado por Sergio Ramos
La ¨²nica metedura de pata conden¨® al Getafe y sac¨® del agobio a un Madrid forzado a jugar un partido con mucha lija. Solo un penalti cantado por Sergio Ramos permiti¨® un soplido de alivio del l¨ªder, ya con cuatro puntos de ventaja sobre el Bar?a. Partido a partido, bueno, regular o malo, camino del t¨ªtulo. Un torneo en el que para entronizarse hay que superar engorros como el del Getafe, que no es un apeadero cualquiera.
Hay algo mucho peor que ir al sacamuelas: echar un pulso al Getafe. No es el Bolshoi, pero s¨ª una tropa de brigadistas mancomunados al servicio del teniente Bordal¨¢s. Un equipo de franciscana austeridad, sin parpadeos a la hora de las barricadas, ya sean en campo ajeno o propio. Un grupo de vietnamitas capaz de marchitar al l¨ªder, obligado a medirse en el barro en un partido sin respiro. Como prueba de lo cargante que iba a ser la noche para los muchachos de Zidane, el Getafe se gan¨® la primera tarjeta a los 15 segundos. Timor no disimul¨® de qu¨¦ va lo de este api?ado equipo azul¨®n. En este consorcio getafense no hay tiempo que perder. Por Getafe guerrea hasta el conductor del autob¨²s.
El tratamiento de choque de los azulones comienza donde otros repliegan. Al Getafe le gusta la pirotecnia en terreno del adversario. Es latoso como pocos. No tiene talento para fardar, pero pocos conjuntos asumen su afanosa condici¨®n. Su encomiable f¨²tbol gregario y descampado se le atragant¨® a un Madrid encriptado, exprimido en cada jugada. Llegado el descanso solo contabiliz¨® una de m¨¦rito ofensivo. Una aventura de Mendy rematada al l¨ªmite por Vinicius a la que respondi¨® Soria de maravilla. Tambi¨¦n la tuvo Isco, pero con Benzema en fuera de juego.
En Valdebebas, Bordal¨¢s reforz¨® su convoy con un 4-5-1. Maksimovic, un tit¨¢n de medio campo, dio dos pasos al frente m¨¢s que para socorrer a Mata, ¨²nico delantero, para jorobar a¨²n m¨¢s la articulaci¨®n del juego madridista. Cada futbolista local que recib¨ªa la pelota ten¨ªa una manada de cocodrilos al acecho. Tal era la emboscada que a Benzema, te¨®rico punto final del Real Madrid, de entrada se le ve¨ªa mucho m¨¢s en el rancho propio. Solo all¨ª pod¨ªa el franc¨¦s calentar con la pelota. Con laterales doblados ¡ªDami¨¢n/Nyom y Olivera/Cucurella¡ª no hab¨ªa remedios por fuera. Y menos por el embudo, donde el Getafe tambi¨¦n tiene espinazo. No conectaban Kroos y Modric, no hab¨ªa pista para Vinicius y flotaba en zonas templadas Isco, otra vez titular para Zidane.
Negado el Madrid por el mosquetero Getafe, el partido result¨® fatigoso incluso a la vista. Mucha intendencia, mucho jabato y poco, muy poco, pretexto para el virtuosismo. Es el papel del resistente Getafe, un hueso para el l¨ªder, un l¨ªder m¨¢s solvente que facundo. Y esta vez m¨¢s trabucado que de costumbre por sus camaradas rivales.
La ocasi¨®n de Vinicius secund¨® una previa oportunidad de Etxeita, que tras un rebote de Maksimovic exigi¨® de lo lindo a Courtois. Dale que dale el Getafe, el Madrid qued¨® m¨¢s perturbado con la baja de Varane ¡ªpretoriano en este Real de eficaz trinchera¡ª en el primer tiempo baloncest¨ªstico. Un balonazo en un c¨®rner le ten¨ªa sonado y el franc¨¦s, precavido, dio carrete a Milit?o. La siguiente ventana de cambios de Zidane calc¨® lo que era el encuentro. Sin miramientos con los violinistas, Modric, Isco y Vinicius, tres reputad¨ªsimos prestidigitadores, dejaron una contienda en la que nunca les dejaron estar. S¨ª estuvieron Mata y Cucurella, quiz¨¢ los m¨¢s talentosos de los chicos de Bordal¨¢s, pero tan abnegados como cualquiera. As¨ª que no extra?a que el t¨¦cnico les diera una tregua antes de tiempo. La extenuaci¨®n no se negocia con nadie.
Ni con los relevos cogi¨® impulso el Madrid, siempre comprometido por el contrario. Ocurre que por muy esforzado que sea un equipo, nadie est¨¢ libre de un siniestro. Por ejemplo, Olivera. Con el partido bloqueado a merced de los visitantes, Benzema enchuf¨® de maravilla a Carvajal, trabado sin disimulo dentro del ¨¢rea por Olivera. En una noche de tinieblas, otra vez el recurso de Sergio Ramos, aplicado como pocos en los lanzamientos de penalti. Un aliento may¨²sculo para un Madrid que, incluso en las malas, encuentra enmiendas a las que agarrarse. La primera, su diligencia defensiva. En la otra ¨¢rea, lo que caiga. Por lo general, ¨²ltimamente, nadie es m¨¢s terminal que Sergio Ramos. Al l¨ªder, m¨¢s y m¨¢s l¨ªder cada jornada, le basta. Al Getafe, otra vez le falt¨® un mil¨ªmetro para sacar la cadena a un grande.
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