La gran deshonra del Bar?a
Los azulgrana, un saco de golpes, sufren la peor de las derrotas en Europa ante un poderoso Bayern M¨²nich y el club necesita un golpe de tim¨®n si no quiere perder a Messi
Ha viajado el Bar?a de derrota en derrota hasta la derrota final, y el recorrido ha sido tan largo desde Berl¨ªn 2015 que la ca¨ªda de Lisboa figurar¨¢ como la m¨¢s deshonrosa en la historia del club azulgrana, peor que las vividas en Atenas o Sevilla. El extrav¨ªo ya no se puede disimular ni con el p¨®ster de Messi. Muchos de los grandes pasajes de la Champions han estado ilustrados precisamente con los goles que marca el 10 y tambi¨¦n con los que recibe el Bar?a. Las im¨¢genes se han alternado sin que todav¨ªa se haya visto al rosarino recibir y levantar la Copa de Europa como capit¨¢n del Bar?a. Tampoco suceder¨¢ en Lisboa. A los 33 a?os, la sexta Champions a la que aspira el capit¨¢n en su reinado particular contin¨²a siendo una quimera, goleado el Barcelona en cuartos por el Bayern, un equipo descamisado, incontenible en ataque y permeable en defensa, muy convencido de su victoria contra los muchachos de Seti¨¦n. No fue un resultado cualquiera sino que su contundencia exige que por fin se tomen medidas en el Camp Nou. A un a?o de las elecciones, la entidad necesita un golpe de tim¨®n si no quiere perder tambi¨¦n a Messi y empezar un casting m¨¢s pesaroso y est¨¦ril incluso del que lleva desde la partida de Xavi, Iniesta y Neymar.
Hoy es un equipo extraviado, el hazmerre¨ªr de la competici¨®n despu¨¦s de su paso por Par¨ªs, Roma, Liverpool y Lisboa. El partido disputado en el Est¨¢dio da Luz fue un compendio de las miserias del Barcelona. La fotograf¨ªa azulgrana rasg¨® los ojos de los aficionados por m¨¢s anunciada que estuviera desde la regresi¨®n asumida por el propio Messi. El juego no alcanza para ganar ni para competir tampoco con equipos muy bien pensados y primaverales como el Bayern.
Al Bar?a le conven¨ªa un partido m¨¢s quieto que r¨¢pido por la edad de sus futbolistas y el juego del Bayern, un equipo incansable, poderoso en ataque, dif¨ªcil de contener y temible por la pegada en Europa y en la Bundesliga. Los azulgrana se hab¨ªan preparado para no ceder y alargar sus opciones hasta el final de la contienda cuando se confundieron con los goles de M¨¹ller y el de Alaba en propia puerta, prueba del dominio del Bayern. Aceptaron los barcelonistas el intercambio de golpes, animados por su facilidad para llegar al arco de Neuer, y tomaron tres goles m¨¢s en media hora, 14 remates antes del descanso: 1-4.
La presi¨®n alemana
El partido se revolvi¨® a partir de la presi¨®n del Bayern. Los alemanes sancionaron cada p¨¦rdida azulgrana con un tiro hasta poner en rid¨ªculo a Ter Stegen, m¨¢s empeque?ecido que nunca en su duelo con Neuer. El repliegue es desde hace tiempo el punto d¨¦bil del Barcelona, un equipo cansado, viciado y envejecido en el que incluso centrocampistas como Sergi Roberto y Busquets han perdido fiabilidad en el pase, atropellados por la pujanza de los alemanes, muy superiores en las dos ¨¢reas, tambi¨¦n en la de Neuer. No acertaron delanteros como Su¨¢rez y Messi cuando alcanzaron el campo rival en situaci¨®n de ventaja y por contra tembl¨® la defensa desde Semedo a Alba. Los colosos no fueron Piqu¨¦ ni Lenglet sino los puntas del invicto Flick.
El plan de Seti¨¦n perdi¨® sentido con el segundo gol de Perisic. El t¨¦cnico azulgrana hab¨ªa apostado por reforzar los costados, prefiri¨® un cuarto centrocampista a un tercer delantero (4-4-2), y como ya es costumbre en las citas exigentes, se cay¨® Griezmann, suplente al igual que el reci¨¦n recuperado Demb¨¦l¨¦ ¡ªy tambi¨¦n que el prestado Coutinho al Bayern M¨²nich¡ª en una imagen que retrata la fallida transici¨®n del Barcelona. Ning¨²n jugador refleja mejor la ¨¦poca de entretiempo azulgrana que Arturo Vidal de la misma manera que si hay un futbolista que exprese el cambio de idea barcelonista es Thiago.
El partido result¨® imposible para el chileno y para cualquier medio azulgrana, tambi¨¦n para De Jong, tan superado como Ter Stegen. La falta de rigor y solidaridad defensiva abon¨® la ofensiva del Bayern, que se administr¨® hasta el gol de Su¨¢rez. El tanto del uruguayo provoc¨® la r¨¢pida r¨¦plica de Davies para poner el 2-5. La pasividad del Barcelona, aturdido y rendido, tan fr¨¢gil f¨ªsica como mentalmente, posibilit¨® que el Bayern se relajara a la espera de saber si su rival en semifinales ser¨¢ el Ly¨®n o el City de Guardiola, ext¨¦cnico del club de Baviera.
Los cambios de Seti¨¦n, simplemente funcionariales, para nada alteraron el paisaje de la contienda sino que subrayaron la superioridad del Bayern y el excelente momento de forma de Lewandowski, autor del 2-6. Al partido, para mayor escarnio cul¨¦, solo le faltaba el gol de Coutinho. Y el brasile?o no se conform¨® con uno sino que meti¨® dos: 2-8. Nunca se hab¨ªa dado un marcador tan insultante en la Champions para el Bar?a. Ninguna de sus sangrantes ca¨ªdas ha sido tan cruel como la de Lisboa.
La derrota final hab¨ªa estado pre?ada de muchas derrotas parciales en la Champions. As¨ª que el Bar?a se desplom¨® de forma estrepitosa de la cornisa por la que transitaba desde hace tiempo sin que quisiera darse cuenta, enga?ado por la presencia de Messi, desnortado por la improvisaci¨®n e inestabilidad institucional durante el mandato de Bartomeu. Nadie se acuerda ya de Berl¨ªn sino que para la memoria quedar¨¢ grabada la humillaci¨®n hist¨®rica de Lisboa. Messi ni siquiera marc¨®, quiz¨¢ para pasar desapercibido y no formar parte del escarnio del Bar?a, un saco de golpes en Europa.
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