Y de repente, el f¨²tbol total
A finales de los sesenta irrumpe el estilo de juego holand¨¦s con cinco finales y cuatro t¨ªtulos en un lustro apote¨®sico
La Copa de Europa hab¨ªa estado dominada desde su puesta en escena en la temporada 1955-56 por los clubes latinos. Entre el Real Madrid, seis; el Benfica, dos; el Inter y el Mil¨¢n, dos cada uno, se repart¨ªan los t¨ªtulos, con la postrera irrupci¨®n de los inventores, los brit¨¢nicos, campeones en 1967 (Celtic) y 1968 (Manchester United).
Nada hac¨ªa presagiar cuando se ca¨ªan las hojas de esa d¨¦cada de los 60 que, de repente, y para quedarse al menos con un lustro de vigencia, pudiera aparecer un estilo de juego que rompiera con los moldes hasta ese momento vistos. Los originarios de esa nueva tendencia no eran otros que los holandeses. Hasta que el Ajax logr¨® meter la cabeza en la final de 1969, sus antecedentes y los de sus compatriotas, selecci¨®n incluida, no apuntaban ning¨²n rasgo revolucionario ni en la Copa de Europa, ni en las otras dos competiciones: Recopa y Copa de Ferias.
Puro fogueo. En el 58, el Ajax hab¨ªa llegado a cuartos. En el 63, el Feyenoord a semifinales. En el 64 y en el 65, el PSV y el DWS ?msterdam, tambi¨¦n a cuartos. La selecci¨®n no hab¨ªa pasado de jugar un par de partidos mundialistas. Uno en Italia 34 y otro en Francia 38. Hasta 1974, ya en pleno apogeo de su juego, no mostrar¨ªa su poder¨ªo. En las Eurocopas no se clasific¨® hasta 1976.
De manera inesperada, en 1969, el Ajax se clasific¨® para la final de la Copa de Europa ante el Milan. En el camino hacia Madrid, los holandeses ofrecieron el primer destello de brillantez. Eliminaron en cuartos al Benfica despu¨¦s de haber perdido en ?msterdam 1-3. En Lisboa consiguieron ponerse 0-3 con dos goles de Cruyff. Torres llev¨® la eliminatoria a un tercer partido en Par¨ªs. All¨ª confirmaron con su juego y con el resultado (3-0), el primero de Cruyff, que un aire nuevo llegaba a los terrenos de juego.
En el Bernab¨¦u, el Milan se impuso con holgura (4-1). Ven¨ªa de ganar al Manchester United y al Celtic. Al terminar el partido, Marinus Rinus Michels, entonces ya t¨¦cnico de los rojiblancos, deja su reflexi¨®n. ¡°El Milan es una formidable m¨¢quina. Nosotros estamos en estado de aprendizaje, pero hemos aprendido la lecci¨®n¡±.
El f¨²tbol holand¨¦s, el f¨²tbol total, hab¨ªa sentado la primera piedra. No tardar¨ªa en poner la segunda. A la temporada siguiente, el Ajax se clasific¨® para las semifinales de la Copa de Ferias (ex Europa League) donde perdi¨® ante el Arsenal, y el Feyenoord¡ gan¨® la Copa de Europa. Con solvencia. Superando el trance de jugar contra el campe¨®n, el Milan, en cuartos.
La final fue precisamente en San Siro y el rival, el Celtic, campe¨®n tres a?os antes. Pocos sab¨ªan detalles de los rojiblancos de Rotterdam. En el banquillo, un austriaco, Ernst Happel, todav¨ªa poco conocido, pero que con el tiempo se convirti¨® en uno de los t¨¦cnicos m¨¢s prestigiosos de Europa. Trece a?os despu¨¦s tambi¨¦n gan¨® la Copa de Europa con el Hamburgo.
El central y capit¨¢n Israel, los centrocampistas Jansen y Van Hanegem¡ comenzaban a mostrar sus cualidades f¨ªsicas acopladas a un juego elaborado y de ataque. La final se fue a la pr¨®rroga y el 2-1 lo marc¨® el sueco Kindvall en el minuto 117. A la ma?ana siguiente, el equipo no pudo aterrizar en Rotterdam. La invasi¨®n de las pistas del aeropuerto llev¨® al Feyenoord a ?msterdam. Curiosamente la ciudad del que ser¨ªa el campe¨®n los tres siguientes ejercicios: el Ajax.
Fue el comienzo de la revoluci¨®n. 1971. El t¨¦cnico, Marinus Michels, llevaba cinco a?os perfeccionando la maquina. F¨²tbol total. Todos atacan. Todos defienden. No hay posiciones fijas. El intercambio de los puestos era una de las apuestas. Defensa alta para provocar el fuera de juego del contrario. Los espacios ocupados en un 1-4-3-3. Un jugador, flaco como ¨¦l solo, Johan Cruyff, se convert¨ªa en el l¨ªder del cambio.
El propio Cruyff, en su autobiograf¨ªa explica el secreto del ¨¦xito: ¡°En seis a?os el Ajax pas¨® de ser un club modesto al mejor equipo del mundo. El secreto fue la combinaci¨®n de talento, t¨¦cnico y disciplina. Lo que aport¨® Michels fue la organizaci¨®n en el terreno de juego. En la izquierda ten¨ªamos la banda tutti-frutti con Krol, Gerrie Muhren, Keizer y yo mismo. Nunca sab¨ªas lo que iba a pasar. En la derecha estaba la banda seria: Suurbier, Neeskens y Swart, ten¨ªas la seguridad total. As¨ª que ten¨ªamos la mezcla perfecta de t¨¦cnica, t¨¢ctica, rendimiento y estilo futbol¨ªstico que nos hac¨ªa ganar los partidos pero, casi igual de importante, hac¨ªa felices a las masas¡±.
En las semifinales, el Ajax elimin¨® al Atl¨¦tico de Madrid. Remont¨® (3-0) el 1-0 del Calder¨®n. En la final no mostr¨® su mejor versi¨®n, pero le sobr¨® para imponerse (2-0) a un voluntarioso Panathinaikos entrenado por Puskas.
El peso del Bal¨®n de Oro
Temporada 1971-72. La explosi¨®n definitiva. Michels fich¨® por el Barcelona y Stefan Kovacs, un rumano universal, le sustituy¨® en el banquillo.[/TEX] El estilo era el mismo. La disciplina, no. El Ajax, adem¨¢s de renovar el t¨ªtulo de campe¨®n de Europa, que le permite ganar la primera Supercopa europea y la Copa Intercontinental, sum¨® la Liga y la Copa dom¨¦sticas. Gan¨® todo lo que jug¨®. Elimin¨® sucesivamente a Olympique de Marsella, Arsenal y Benfica. En la final, jugada cerca de casa, en Rotterdam, super¨® al Inter con dos goles de un insuperable Johan Cruyff, Bal¨®n de Oro. El primero de los tres que conquist¨®. Fue la mejor final de las tres.
Ya era el equipo de moda. La referencia. El espejo en el que todos quer¨ªan mirarse. Su juego alegre y ofensivo se desplegaba sobre todo en sus partidos de casa. Bien en su peque?o estadio De Meer o en el Ol¨ªmpico, donde en esas tres temporadas ganaron sus 14 partidos con 34 goles a favor y tres en contra. En el camino de la tercera consecutiva se llev¨® por delante al Bayern M¨²nich en cuartos con un 4-0 en la ida. En semifinales le toc¨® el Real Madrid. Un resultado corto en ?msterdam (2-1) hizo concebir esperanzas a los de Miguel Mu?oz. En la vuelta el Ajax volvi¨® a imponerse en el Bernab¨¦u (0-1). La tercera final le condujo hasta Belgrado donde le esperaba otro rival italiano, la Juventus. Un duelo de estilos. Ataque contra defensa. Un gol de Rep sentenci¨®.
El Ajax no repiti¨® el mismo once en ninguna de sus tres finales. Los cambios fueron m¨ªnimos. Hombres como Stuy, Suurbier, Hulsoff, Blakenburg (no fue titular en la primera), Neeskens, G. Murhen, Haan (tampoco sali¨® de inicio en Wembley), Cruyff y Keizer disputaron las tres. Swart y Krol fueron titulares en dos. Finalmente con una presencia: Rijnders, Van Dijk (primera) y Rep (¨²ltima y autor del gol del triunfo). En las dos ¨²ltimas finales, Kovacs no realiz¨® ninguno de los dos cambios permitidos.
Solo los que estaban dentro intuyeron que el reinado estaba a punto de acabarse y todo se desmoron¨® con la marcha de Johan Cruyff en agosto de 1973. Michels le reclut¨® para el Barcelona y el genio supo que era el momento de abandonar el barco. Era el punto final a un equipo de ¨¦poca. El segundo despu¨¦s del Real Madrid de las cinco Copas. El Bayern M¨²nich recogi¨® inmediatamente el testigo.
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