Messi regresa al punto de partida

Acab¨® el culebr¨®n de Luis Su¨¢rez con el Bar?a, vendido finalmente al Atl¨¦tico sin coste alguno fijo pero con la imposici¨®n de pagar dos millones de euros a cada ocasi¨®n que el equipo alcance los cuartos de final de la Champions con el uruguayo en la plantilla -"El conjunto madrile?o pagar¨¢ al FC Barcelona 6 millones de euros en variables"-, aseguraba el comunicado del club azulgrana. Una negociaci¨®n tensa que termin¨® por conformar a todos. Aunque para el Bar?a supone quedarse cojo en el ataque, sin un ariete puro, sin un delantero centro que sea la referencia, por m¨¢s que Koeman ¡ªcon su 4-2-3-1¡ª haga un gui?o al pasado. Y una revoluci¨®n, porque al echar la vista atr¨¢s, con Johan Cruyff como punto de partida al definir el estilo y el sempiterno 4-3-3 azulgrana, no se ha dado m¨¢s que en dos ocasiones. Una fue con El Flaco en el banquillo, reacio a la figura del 9 fijo; la otra con Pep Guardiola, que durante las dos ¨²ltimas temporadas y media situ¨® a Messi de falso nueve.

Cruyff lo tuvo siempre bien di¨¢fano, pues no quer¨ªa tener a un jugador de ¨¢rea porque prefer¨ªa que los centrales se sintieran inc¨®modos sin una referencia clara a la que fijar. As¨ª lo explica el libro ?D¨®nde est¨¢ el delantero centro?, escrito por el periodista Joan Valls y en referencia a la llegada de Gary Lineker ¡ªjusto despu¨¦s del adi¨®s del ariete Mark Hughes¡ª, un devorador del ¨¢rea que de primeras fue recluido a la banda. No fue la ¨²nica ocasi¨®n en la que Johan encorset¨® a los puntas, pues lo mismo sucedi¨® con Julio Salinas, que en muchas ocasiones part¨ªa de la banda. Una idea que obvi¨® con la llegada de Romario y que supuso el principio del fin del juego coral del Dream Team, castigado en Atenas por el Milan (4-0). Incluso antes de marcharse, fich¨® al ariete Kodro, pero lo recoloc¨® en la banda. Porque para Johan el 9 era Laudrup, que se intercambiaba la posici¨®n con frecuencia con Bakero, como explican muchos de sus goles con llegadas de la segunda l¨ªnea.

Desde la marcha de Cruyff, sin embargo, siempre ha habido un delantero centro de ¨¢rea en el equipo titular, independientemente del t¨¦cnico: Ronaldo, Anderson, Kluivert y Saviola, adem¨¢s de Eto¡¯o e Ibrahimovic. Pero el sueco no acab¨® de encajar con Messi y Guardiola, que descubri¨® la patente en el recordado 2-6 ante el Madrid de 2009, y decidi¨® por sentar a Zlatan para darle el falso 9 a Leo y ubicar a Bojan por el costado. A?os de buen f¨²tbol, de posesi¨®n y coral, que se acabaron cuando lleg¨® Luis Su¨¢rez y con Luis Enrique como t¨¦cnico. No fue de inicio, pues Leo segu¨ªa anclado en el centro del ataque. Hasta el punto de que la primera jugada que se recuerda del uruguayo es un centro medido ante el Madrid que supuso el gol de Neymar en la derrota azulgrana (3-1). ¡°Hasta que Messi le pidi¨® que situara a Su¨¢rez de punta porque as¨ª har¨ªan m¨¢s da?o¡±, cuenta un jugador del vestuario azulgrana. Sali¨® redonda la apuesta, con el segundo triplete del Bar?a en su historia, hito nunca igualado por nadie.

Con Su¨¢rez en el equipo, siempre ha habido una referencia, un punta que se codeara con los centrales para expresarse en el ¨¢rea. Pero ya no est¨¢ y Koeman parece decidido a recolocar a Messi, quien ya de ni?o, gre?udo y con acn¨¦, atendi¨® por primera vez a Bar?a TV en 2003 con 16 a?os. ¡°Me gusta jugar m¨¢s de mediapunta, pero lo hago donde sea¡±. Ahora, podr¨¢ hacerlo. ¡°Digamos que habr¨¢ otro tipo de nueve¡±, exponen desde el club azulgrana. Aunque resulta extra?o que se pretendiera a Lautaro primero y se tanteara a Lukaku (arietes) y ahora se arrimen y negocien por Depay, que juega por dentro ¡ªno as¨ª en sus principios, que era extremo¡ª y que baja en infinidad de ocasiones a recibir al centro del campo, tanto con el Lyon como con Holanda, lejos de ser un Carpanta del ¨¢rea. Koeman, ext¨¦cnico orange, bien lo sabe, predispuesto a utilizar la figura del falso 9 como hiciera Cruyff cuando ¨¦l era el central azulgrana. Menos exigencias defensivas

Una pol¨ªtica de fichajes que podr¨ªa ser err¨¢tica, pero que queda condicionada por la precaria econom¨ªa del club y tambi¨¦n por la presencia de Messi, que se sentir¨¢ menos exigido en la faceta defensiva del equipo al no tener que bajar, liberado para expresarse cerca del ¨¢rea. Hoy resulta dif¨ªcil reconocer al Bar?a m¨¢s cl¨¢sico, el del mediocentro y los extremos, desplegado a partir del 4-3-3, despu¨¦s de que el entrenador apueste por el doble pivote y por jugadores de banda rematadores. La evoluci¨®n del juego y la cr¨ªtica econom¨ªa del club azulgrana, que imposibilita una inversi¨®n propia de una entidad que presum¨ªa de ingresar mil millones, coartan los movimientos del Bar?a. El ¨²nico gui?o al pasado, el regreso al punto de partida, es precisamente el del falso 9.