Una Espa?a sin colmillo
La Roja cae en Ucrania tras regalar un gol en la segunda parte y por su falta de punter¨ªa pese a la extraordinaria superioridad de Adama frente a la zaga local
All¨ª donde una vez sell¨® el partido m¨¢s completo de su historia, Espa?a se llev¨® un revolc¨®n. En Kiev, sede de aquella memorable final de la Eurocopa de 2012, el equipo de Luis Enrique se llev¨® un azote inopinado frente a un rival que no transita por la ¨¦lite, m¨¢xime si est¨¢ rebajado por el coronavirus. La Roja ha dado con Adama, pero Adama a¨²n no ha dado con nadie que ponga el punto final a sus innumerables asaltos, la mayor¨ªa victoriosos. No hubo quien culminara la faena de Adama y Espa?a pag¨® de nuevo su falta de dinamita, pese a sus 21 remates. Seca en Lisboa, seca en Kiev y solo aliviada por un regalo de un portero suizo en Valdebebas.
Frente a Ucrania, goleada en su visita a Madrid, mantuvo el control en el primer tiempo. Con gobierno, pero sin pujanza ante la meta local. El equipo de Schevchenko, para asombro de sus 10.000 seguidores presentes en el estadio, solt¨® amarras tras el descanso y mand¨® a Espa?a a la lona con un gol tejido desde su porter¨ªa con tres toques. Con todo, pese a su primera derrota en casi dos a?os, la Roja se mantiene al frente de su grupo en la Liga de Naciones tras el empate entre alemanes y suizos.
Conocedor de que Ucrania se encapotar¨ªa delante de su cuarto portero, Luis Enrique lanz¨® un desaf¨ªo a sus dos futbolistas m¨¢s diferenciales del momento: Ansu Fati y Adama Traor¨¦. Abrochada la selecci¨®n local, la Roja precisaba quien tirara de f¨®rceps. Fati, con su juego intuitivo por dentro, o Traor¨¦, esa tuneladora que cuando arranca por el extremo deja cenizas a su paso. Le ocurri¨® a Sobol, al que amarg¨® la vida en cada carrera. Este Traor¨¦ es un convoy.
Mejor auxiliado por Navas que Fati por Reguil¨®n, el tonelaje del jugador de los Wolves, todo un certamen de velocidad punta, fue lo mejor de Espa?a. Pero como ya es costumbre, a la selecci¨®n le falta un chacal. No lo es Rodrigo, ni ninguno de sus relevistas. As¨ª que los vuelos supers¨®nicos de Adama no llegaban a ser terminales. Rodrigo acert¨® a cabecear un centro de Navas con escuadra y cartab¨®n, pero Bushchan desvi¨® la pelota. Lo mismo que ante una incursi¨®n de Ansu Fati y una falta ejecutada por Sergio Ramos. Refugiada en las cuerdas, Ucrania quer¨ªa llegar a De Gea m¨¢s r¨¢pido de lo que se pod¨ªa permitir. Lo adivin¨® el portero espa?ol, bien como l¨ªbero al quite en un par de jugadas amenazantes.
Hasta el inicio del segundo acto, apenas hubo rastro ofensivo de los locales, que clamaron por un supuesto penalti de Navas tanto como antes hab¨ªan reclamado lo suyo Pau Torres y Sergio Ramos en el ¨¢rea rival. La UEFA prescinde del VAR en esta Liga de Naciones.
Ortodoxia
La Roja era morosa con la pelota, solo alterada cuando Adama y Navas tocaban la corneta. Arrugados Merino y Canales, Espa?a no daba con quien asaltara las l¨ªneas de los de Schevchenko. Sin Adama por el medio, todo demasiado ortodoxo. Ante adversarios tan abrigados, tan api?ados, se requiere paciencia, perseverancia, ingenio y pie cl¨ªnico. Al conjunto de Luis Enrique le faltaron, sobre todo, los dos ¨²ltimos atributos. Le cost¨® dar con Fati, con m¨¢s tendencia a aventurarse por los pasillos interiores, lo contrario que Adama. Reguil¨®n no daba con la f¨®rmula para estirar al equipo con la frecuencia requerida, lo que s¨ª lograba Jes¨²s Navas por el otro costado dejando el extremo libre para el velocista Traor¨¦, al que siempre le faltaron rematadores camaradas con dientes de sierra ante el gol.
Sin chispa espa?ola, el panorama cambi¨® tras el descanso. Ucrania se solt¨® m¨¢s y nunca afloj¨® en defensa. Luis Enrique tir¨® de banquillo, pero no encontr¨® remedio con Ferran y Oyarzabal por Fati y Rodrigo. Ceballos articul¨® algo mejor al equipo, pero mientras el dictado ofensivo era el mismo ¡ªTraor¨¦ contra Ucrania¡ª, la selecci¨®n se agriet¨® m¨¢s en defensa.
A la contra, el conjunto local comenz¨® a dar avisos. Hasta que caz¨® un gol de lo m¨¢s simple. Un saque de puerta del portero Bushchan, Reguil¨®n lleg¨® tarde a su marca, lo que mismo que Pau y lo mismo que Navas. Pase de un guardameta, tres toques y al cazo. El tanto de Tsygankov dej¨® a Espa?a tan a la intemperie que no encontr¨® m¨¢s enmienda que atornillar a Sergio Ramos como ariete. Al menos, un socio para Adama. Ya fue tarde y la Roja sali¨® escarmentada de Kiev, donde un d¨ªa de julio de hace ocho a?os bord¨® el f¨²tbol como nunca con cuatro tantos a Italia.
Hoy, el gol suele ser un calvario para esta Espa?a en obras.
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