El Atl¨¦tico se traga al Bar?a
Simeone logra su primera victoria liguera frente a los azulgrana y su equipo presenta su candidatura al t¨ªtulo tras un partido en el que los rojiblancos mostraron m¨¢s hechuras como colectivo
Por fin el Atl¨¦tico de Simeone rompi¨® una de las pocas barreras que le restaban bajo la direcci¨®n del t¨¦cnico argentino. Una victoria liguera ante el Barcelona que destap¨® las realidades de uno y otro equipo. Los rojiblancos dieron un golpe en la mesa para presentar ya sin excusas su candidatura al t¨ªtulo. Los azulgrana ofrecieron otra muestra de que a¨²n se est¨¢n buscando como colectivo. La misma languidez y desorientaci¨®n que ense?a Messi muestra su equipo. Nueve puntos por debajo ya de los de Simeone, LaLiga empieza a convertirse en un Everest para este Bar?a que dej¨® una imagen muy chata en todas las facetas.
El partido naci¨® abierto e inclinado hacia los costados desde la pizarra y las alineaciones, condicionadas por las ausencias de Luis Su¨¢rez y Herrera en uno, y por la de Busquets en el otro. El abroche de Simeone esta vez naci¨® de una defensa de tres centrales, que situaba a Carrasco hundido como carrilero a la izquierda. El recurso ya empieza a ser habitual porque Hermoso es un falso lateral cuando juega en defensa de cuatro. Koeman envid¨® con Demb¨¦l¨¦ orillado a la derecha, Pedri en la izquierda y Messi y Griezmann altern¨¢ndose como falsos delanteros. Los planes de uno y otro t¨¦cnico desembocaron de inicio en una cita entre Demb¨¦l¨¦ y Carrasco. Y como de todo duelo entre extremos se precipit¨® un partido de ida y vuelta de saque. El primero en ense?ar y romper cintura fue el franc¨¦s. Clav¨® al belga y su centr¨® lo conect¨® Griezmann con la puntera. La respuesta del Atl¨¦tico fue inmediata. Una transici¨®n r¨¢pida de derecha a izquierda que Carrasco termin¨® dejando para que Sa¨²l probara a Ter Stegen con un zapatazo al que el meta alem¨¢n respondi¨® con vuelo y antebrazo firme. Los primeros trazos dieron la impresi¨®n de que el Atl¨¦tico le iba a dejar correr al Bar?a para luego galopar montado sobre la zancada de Carrasco. Una maniobra, de nuevo, en la banda del belga, apoyado por Jo?o F¨¦lix en un tuya-m¨ªa acab¨® en el lado contrario. All¨ª Correa invent¨® un pase filtrado a Llorente. El derechazo cimbre¨® el larguero de Ter Stegen.
Tras esa explosi¨®n inicial, hubo una bajada de revoluciones, donde afloraron los peores defectos del Bar?a. La renuncia a Pedri, ca¨ªdo a la izquierda, y la sensaci¨®n de que Messi y Griezmann, ambos movi¨¦ndose por el medio, se apelmazan. El poco peso de ese tr¨ªo destinado a picar en ataque reforz¨® la idea de Simeone de jugar con Savic, Gim¨¦nez y Hermoso, dominador este ¨²ltimo en los duelos y magistral en la salida de bal¨®n. El Atl¨¦tico blind¨® los pasillos interiores y desconect¨® a sus rivales m¨¢s temidos. La ¨²nica huella de Messi en el primer acto fue un pase filtrado. Que Messi no es Messi lo delat¨® la ¨²nica conexi¨®n que mantuvo con Jordi Alba. En una de esas jugadas que tanto han cosido entre bosques de piernas, el argentino qued¨® escorado frente a Oblak. Y dud¨®, como la gran prueba de su penar. Eligi¨® un remate manso. A la planicie del Bar?a contribuy¨® la distribuci¨®n funcionarial de Pjanic y De Jong. Nada que ver con otro partido de Koke en el que confirm¨® su crecida. Ahora corre como siempre y parece disfrutar con el bal¨®n como nunca. A su lado, Sa¨²l le dio piernas y altura para el juego a¨¦reo.
En ese partido menos fren¨¦tico que se jugaba, el Atl¨¦tico siempre ense?¨® un punto m¨¢s de fe y de electricidad para las disputas. Y as¨ª lleg¨® al gol, nacido de una delicatessen de Mario Hermoso. El central sali¨® de un apuro en su propia ¨¢rea con un recorte pas¨¢ndose la pelota por detr¨¢s y metiendo un pase largo que Piqu¨¦ control¨® mal. Por all¨ª andaba Correa, siempre listo para oler la sangre y detectar donde hay un espacio para lastimar. Su bal¨®n al espacio a Carrasco pill¨® a la defensa del Bar?a desnuda y en campo contrario. Ter Stegen tuvo que ejercer de libre y se trag¨® un ca?o con la espuela de Carrasco, que ya solo tuvo que dar un toque fino de interior para marcar a puerta vac¨ªa desde fuera del ¨¢rea. El partido del belga, que con su selecci¨®n a veces tambi¨¦n se desempe?a as¨ª, fue memorable. Otro de esos ejemplos de transformaci¨®n gremial que tanto le van a Simeone. Fue por igual un lateral correcto y sacrificado y un extremo punzante cuando se sinti¨® libre para correr. Su tanto, en el descuento del primer acto, fue un mazazo para el Bar?a, y una espoleta para el Atl¨¦tico.
La reanudaci¨®n respondi¨® al estado an¨ªmico en el que entraron a la caseta uno y otro equipo. Los rojiblancos emergieron envalentonados, encajonando a un Bar?a aturdido y estrujado por las piernas y el ritmo al que se ve¨ªa sometido. A un frentazo de Lenglet con todo a favor le falt¨® direcci¨®n para alejarlo de las manos de Oblak, como siempre en su sitio. Otro testarazo de Griezmann fue la ¨²ltima ocasi¨®n del Bar?a. Poco de Messi y nada de Coutinho, Braitwhite y Trincao, las soluciones que busc¨® Koeman para cambiar a un Bar?a plano.
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