En N¨¢poles, Diego gana a la pandemia
Los aficionados se concentran en San Paolo y la ciudad sale a los balcones para aplaudir a su ¨ªdolo


Las ciudades del sur de Italia empapelan todav¨ªa sus calles con las esquelas de sus muertos. En la ma?ana de este jueves, los callejones de Forcella, Quartieri Spagnoli y Sanit¨¤, en un silencio sepulcral, amanecieron con un recordatorio que hab¨ªan ensayado mil veces y que, en el fondo, nunca pensaron que tuvieran que escribir tan temprano. ¡°Quien ama no olvida¡±, rezaba la inscripci¨®n, que animaba a todos los napolitanos a salir al balc¨®n despu¨¦s del minuto de silencio que iba a preceder el encuentro entre el N¨¢poles y el Rijeka (2-0), correspondiente a la Liga Europa. Diego Armando Maradona muri¨® en una ¨¦poca de estadios vac¨ªos. En el peor momento para una ciudad que se encuentra confinada por la pandemia y que le recordaba en los luminosos de los autobuses y los kioskos de prensa. El car¨¢cter an¨¢rquico de los napolitanos termin¨® imponi¨¦ndose a las prohibiciones y miles de personas se reventaron las manos a las nueve de la noche, concedi¨¦ndose un par¨¦ntesis de la pandemia llamado Maradona.
Las calles del centro se convirtieron en un museo de banderas argentinas, camisetas y banderines del 10. Sonaron todos los hits dedicados al argentino, siempre con el ritmo de fondo de aquel Live is life, del grupo austriaco Opus, que sirvi¨® de base r¨ªtmica para el calentamiento m¨¢s famoso de la historia (el de una semifinal de la UEFA entre el Bayern y el N¨¢poles). En las plazas de Quartieri Spagnoli, bajo un mural gigante del argentino que Antonio Esposito mand¨® pintar cuando el N¨¢poles gan¨® el segundo scudetto en 1990, se concentraron aficionados y vecinos que comenzaron a construir un altar con toda la memorabilia del jugador.
El recuerdo que emite cada ciudadano al ser interrogado se parece siempre: ¡°un hermano¡±, ¡°un padre¡±, ¡°un amigo¡±. ¡°Lo fue todo para nosotros. Piensa que vino del Barcelona, un se?or equipo europeo, a un club de serie B por el que nadie quer¨ªa fichar. Est¨¢bamos predestinados, N¨¢poles y Maradona tienen la misma personalidad¡±, subraya Esposito.
Maradona dio sus mejores a?os a esta ciudad. Tambi¨¦n los m¨¢s excesivos. Lleg¨® con 23 a?os y se fue con 30, justo en el ecuador de su vida. Gan¨® dos scudetti (los primeros y ¨²ltimos del N¨¢poles), una copa de la UEFA y una Copa de Italia. Pero, sobre todo, transform¨® un equipo y un lugar en plena depresi¨®n por la crisis econ¨®mica y la violencia callejera en una capital del f¨²tbol mundial. Un argentino nacido en una villa miseria logr¨® que N¨¢poles, de repente, se convirtiese en una ciudad europea a pleno derecho. En parte por eso le recordaron desde el primer ministro, Giuseppe Conte, al presidente de la Rep¨²blica Francesa, Emmanuel Macron. ¡°Usted no lo entiende, esta ciudad hab¨ªa dejado de existir durante a?os antes de que llegase¡±, dec¨ªa Salvatore Exposito, un chico de 37 a?os que jam¨¢s le vio jugar en el San Paolo, pero lleva en la espalda tatuado su rostro.
Sus camisetas
Gennaro Montuori s¨ª le vio. Y viaj¨® con ¨¦l. Tambi¨¦n comi¨®, durmi¨® y se fue hasta Argentina para asistir a su boda. Ah¨ª est¨¢n las fotos que lo demuestran en su peque?o estudio televisivo en el barrio de Miano. El jefe de los ultras del Napoli de aquel periodo vivi¨® los a?os dorados de Maradona desde la curva B del San Paolo. Ahora espera solo en su local y con l¨¢grimas en los ojos para realizar el programa m¨¢s triste de su vida cuando termine el partido de la noche. ¡°Hemos perdido las llaves de la ciudad, no s¨¦ c¨®mo demonios vamos a volverla a abrir. Se ha ido una parte de todos nosotros, es como si hubiera muerto un familiar¡±, dice. Montuori hace tiempo que no pisa el estadio. Hoy ha tomado el relevo otra generaci¨®n que este jueves se agolpaba a las puertas del San Paolo.
A las cuatro de la tarde, centenares de aficionados desafiaron las prohibiciones impuestas por el Gobierno y se concentraron a los pies de la curva B del San Paolo, donde siempre se re¨²nen los ultras. Cantaban la de siempre, en bucle: ¡°Mama, ?sabes por qu¨¦ me late el coraz¨®n? He visto a Maradona, he visto a Maradona¡¡±. El estadio, en el barrio de Fuorigrotta, pasar¨¢ a llevar pronto el nombre del argentino, como lo confirm¨® el presidente de la entidad, Aurelio De Laurentiis.
De momento, la valla de la entrada, cerrada a cal y canto desde que se prohibi¨® el acceso de los espectadores a los terrenos de juego por la pandemia, se convirti¨® en el soporte perfecto para construir un muro de recuerdos donde se aceraron familias y ultras de pelo en pecho. Todas las camisetas, desde la legendaria con la publicidad de las chocolatinas Mars a la del primer scudetto, con la marca de pasta Buitoni en el pecho. Balones, dedicatoria y sentencias sociales: ¡°Gracias por devolver el orgullo a una ciudad herida¡±.
La tradici¨®n del N¨¢poles se?ala que cuando muere alguien importante ¡ªel ¨²ltimo fue Ciro Esposito, asesinado por un hincha de la Roma¡ª, los ultras forman un pasillo con bengalas rojas por donde atraviesa el autocar de los jugadores. Esta vez lo hicieron por su mejor jugador, justo cuando pasaba por delante de la vieja pancarta gigante que colgaba del estadio con el lema The King. Un apodo ins¨®litamente sobrio, vistos los adjetivos que llegan de la calle y de las cr¨®nicas en las primeras horas de la vida despu¨¦s de Maradona.
Un estadio que cambiar¨¢ de nombre
El N¨¢poles pis¨® este jueves el c¨¦sped de su cancha en uno de los ¨²ltimos partidos en los que seguir¨¢ llam¨¢ndose San Paolo antes de pasar a ser el estadio Diego Armando Maradona. Los jugadores de Gennaro Gattuso, que se enfrentaban al Rijeka croata en la cuarta jornada del grupo F de la Liga Europa, llevaban camisetas con el 10 de Maradona. Ambos equipos guardaron un escrupuloso minuto de silencio ¡ªy esto en N¨¢poles es decir mucho¡ª mientras el estadio vac¨ªo, por la pandemia, manten¨ªa en sus videomarcadores una imagen fija del jugador argentino. El aplauso luego, desde la calle, y en los balcones que rodean al estadio, fue atronador. Los homenajes a Maradona se suceder¨¢n tambi¨¦n este fin de semana en las ligas nacionales. En Espa?a se guardar¨¢ un minuto silencio antes de cada encuentro en Primera.
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