La Real baja un pelda?o
El conjunto donostiarra cede el liderato, incapaz de marcar ante un Alav¨¦s que jug¨® media hora con uno menos y salvado por el meta Pacheco
La Real perdi¨® la cabeza. La de LaLiga, se entiende. Ten¨ªa enfrente un rival cercano, el Deportivo Alav¨¦s, que en las ¨²ltimas jornadas estaba recuperando sensaciones, y que resisti¨® el asedio donostiarra en una ¨²ltima media hora que jug¨® con diez por expulsi¨®n de Battaglia, que llam¨® ¡°ciego¡± al ¨¢rbitro, Munuera Montero. Dej¨® a su equipo con un hombre menos, pero provoc¨® la solidaridad f¨¦rrea de sus compa?eros, que, inspirados por la gran actuaci¨®n de su portero Pacheco, aguantaron hasta el final sin encajar.
Imanol mont¨® un equipo diferente al habitual. Su intenci¨®n era la de preservar titulares de cara al crucial partido frente al N¨¢poles del pr¨®ximo jueves, cuando se juega la clasificaci¨®n en la Liga Europa en su visita al estadio Diego Armando Maradona (antes San Paolo). S¨®lo repitieron cinco del ¨²ltimo partido. Adem¨¢s, Oyarzabal causaba baja por un esguince y David Silva, que figuraba en la alineaci¨®n, se lesion¨® en el calentamiento. Sali¨® Roberto L¨®pez en su lugar. Parec¨ªa un experimento, pero en la primera parte no le sali¨® del todo mal a los donostiarras, sobre todo de medio campo hacia adelante. Tend¨ªan los extremos a buscar el centro y los laterales, en especial Gorosabel, aprovechaban los pasillos para entrar como cuchillos por la banda.
Nada m¨¢s comenzar, Portu e Isak se acercaron con peligro. Pacheco tuvo que sacar la pelota, que se colaba en el remate del sueco. Respondi¨® el Alav¨¦s de inmediato. La defensa in¨¦dita de la Real no acababa de ajustarse, y una duda de Remiro en la salida permiti¨® a Joselu levantar la pelota por encima del guardameta, aunque sin ajustar a la porter¨ªa.
Trat¨® la Real de evitar esos inconvenientes por el sencillo m¨¦todo de conservar la pelota en su poder y de presionar la salida de bal¨®n de un Alav¨¦s demasiado c¨¢ndido en medio campo. Los donostiarras se impusieron, como si el centrocampismo vitoriano hubiera perdido la br¨²jula. Tom¨¢s Pina no andaba fino en su habitual labor de rompe y rasga y la Real sal¨ªa f¨¢cil con la pelota, aunque se oscurec¨ªa cuando llegaba al ¨¢rea. Gorosabel se trastabill¨® en una acci¨®n cuando m¨¢s apretaba su equipo. Tambi¨¦n Isak vio de cerca la porter¨ªa en un remate que sac¨® Pacheco, inspirado. Portu envi¨® alto el rechace del guardameta.
Se sacudi¨® el Alav¨¦s la acometida realista en el comienzo de la segunda parte. Decidi¨® dar un paso adelante, presionar m¨¢s arriba y se puso a mover la pelota con determinaci¨®n. En eso andaba, con la Real unos grados m¨¢s fr¨ªa que en la lluviosa primera parte, cuando en una jugada en la que Joselu retrasaba el saque de banda mientras se quejaba de un golpe en el tobillo, el argentino Battaglia, a cuatro metros del ¨¢rbitro, y sin ni siquiera mirarle, algo mascull¨® que a Munuera le pareci¨® que sobrepasaba los l¨ªmites de su paciencia, as¨ª que le expuls¨® en el minuto 61. Seg¨²n el acta, se dirigi¨® as¨ª a un compa?ero haciendo referencia al colegiado: ¡°No nos va a pitar ninguna falta, es un ciego¡±.
Su equipo tuvo que dejar de pensar con ambici¨®n para pasar a tratar de conservar lo que ten¨ªa, un punto al menos. Imanol movi¨® el banquillo para darle aire a su ataque, su equipo cogi¨® la pelota y no la solt¨® hasta el final, pero el Alav¨¦s se defendi¨® con sa?a, con Pacheco convertido en su estandarte. Un par de intervenciones suyas fueron decisivas para que la Real, despu¨¦s de varias semanas, se apeara de lo m¨¢s alto del podio.
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