¡°?Que no piense Kroos!¡±
Garitano encomend¨® a I?aki Williams la tarea de perseguir al alem¨¢n por todo el campo que comenz¨® Ra¨²l Garc¨ªa, expulsado tras dos entradas a su objetivo
Todo pareci¨® empezar y terminar en Toni Kroos. Desde el partido de Ra¨²l Garc¨ªa, hasta el desenlace general del encuentro. Despu¨¦s de dirigir las operaciones del Real Madrid en la semana de la resurrecci¨®n ¡ªSevilla, Borussia M?nchengladbach y Atl¨¦tico¡ª, en el Alfredo di St¨¦fano fue tambi¨¦n la br¨²jula que marc¨® el comp¨¢s de los movimientos del Athletic. El conjunto bilba¨ªno lleg¨® a Valdebebas con su t¨¦cnico en cuesti¨®n, y Garitano escogi¨® intentar echarle el lazo a Kroos para ahogar el punto del sistema de tuber¨ªas desde el que se manejan los flujos y las presiones. Ra¨²l Garc¨ªa deb¨ªa apretar esas tuercas.
Desde los primeros instantes lo azuzaban desde el campo y desde el banquillo: ¡°?Rulo, Rulo!¡±, le gritaban una y otra vez, y ya a los 25 segundos reba?¨® la primera pelota cuando Carvajal y Lucas V¨¢zquez trataban de encontrar escapatoria a la trampa por la banda derecha. El centro resultaba impracticable, un lodazal sembrado de minas colocadas por el delantero navarro y guardadas por I?aki Williams. ¡°?Dale, Willy, dale!¡±, le azuzaba Garitano tambi¨¦n a ¨¦l.
Pero era Ra¨²l Garc¨ªa el que ten¨ªa para todos, en especial para la pareja que meci¨® al Madrid entre el Sevilla y el derbi. Ya antes de los 10 minutos fue de Modric a Kroos en solo un pu?ado de segundos. Primero le hizo falta al croata en la banda. Se acerc¨® a ayudarle a incorporarse y Modric, poco aficionado al conflicto, no quiso saber nada de la oferta. El saque le lleg¨® enseguida al alem¨¢n, y all¨ª estaba otra vez Ra¨²l Garc¨ªa, para tumbarlo tambi¨¦n a ¨¦l. Amarilla.
¡±?Rulo, Rulo!¡±, volvi¨® a o¨ªrse enseguida. El lance no supuso ninguna variaci¨®n del plan, que resum¨ªa Garitano desde la banda cuando el bal¨®n volv¨ªa a alcanzar a Kroos: ¡°?Que no piense, va!¡±. Al alem¨¢n, m¨¢s que tiempo para pensar ¡ªes un tipo que lo tiene casi todo pensado cuando recibe¡ª, le faltaba aire para respirar. Aunque aguardaba paciente el punto en el que el cansancio rival suele comenzar a abrirle espacios. Rulo sigui¨® con el ahogo un par de minutos. Hasta el 13, cuando volvi¨® a tirar por detr¨¢s al alem¨¢n. Pisot¨®n que le sac¨® una bota. Segunda amarilla.
Ra¨²l Garc¨ªa se tom¨® un par de minutos para dejar el campo. Antes de irse, ech¨® un rato de charla con el que pens¨® que iba a ser su pareja de baile toda la noche. No esperaba una misi¨®n tan fugaz, y alarg¨® la despedida.
¡°?No cambia nada, no cambia nada!¡±, grit¨® Ramos. Y as¨ª fue. Las ¨®rdenes del expulsado las hered¨® I?aki Williams, que m¨¢s que un contrario encontr¨® en Kroos un sherpa. ¡°?Con Kroos, con Kroos!¡±, le recordaba a cada tanto Garitano a medio paso de entrar en el campo. Si el alem¨¢n se hubiera ausentado un momento a buscar algo a su habitaci¨®n en la residencia del equipo, Williams le habr¨ªa acompa?ado hasta la puerta. ¡°?Descansa con Kroos!¡±, le dec¨ªa el t¨¦cnico cuando el ataque del Madrid se conduc¨ªa por zonas alejadas de las que transitaba el alem¨¢n.
Con un jugador menos, el abrazo del oso se fue relajando hasta que, dentro ya de los dos minutos de alargue del primer tiempo, Kroos se asom¨® a supervisar una combinaci¨®n entre Valverde y Vini Jr., que aguant¨® la pelota de espaldas y se la dej¨® para que le pegara con el exterior, muy cerca de la base del poste. Gol de Kroos. Y descanso.
Pareci¨® que todo hab¨ªa terminado, pero a la vuelta se rebel¨® el Athletic hasta el empate. Entonces Garitano licenci¨® a Williams y un par de minutos despu¨¦s Kroos camin¨® hasta el c¨®rner y la mand¨® al p¨¢ramo donde aguardaba Carvajal, que la reenvi¨® al ¨¢rea, donde se elev¨® Benzema para cabecear el 2-1.
Pero ni ah¨ª se rindi¨® el Athletic, que exigi¨® una mano al l¨ªmite de Courtois, de la que sali¨® la que ya fue la ¨²ltima contra, la del doblete de Benzema. Otra noche de dos goles del franc¨¦s, como el mi¨¦rcoles cuando aplac¨® al Gladbach y el incendio que parec¨ªa alcanzar al Madrid. Remach¨® un partido que Kroos parec¨ªa haber matado mucho antes.
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