El l¨ªder fue Pedri
El canario se asocia estupendamente con Messi y propicia un primer tiempo excelente del Bar?a en contraste con la segunda parte, dominada por la Real
Al partido m¨¢s exigente de LaLiga respondi¨® el Bar?a con la mejor de sus actuaciones y un remonte de m¨¦rito, por in¨¦dito y solidario, liderado por la pareja Messi-Pedri. El 10 no fue Pel¨¦ sino Mascherano. Atac¨® y defendi¨®, areng¨® a la tropa en la adversidad y la dirigi¨® en la bonanza, y cambi¨® los tiros libres a favor por las faltas en contra, dispuesto a no conceder ni una a la Real. Pedri estuvo igualmente brillante como centrocampista, a veces delantero y en ocasiones zaguero, hasta el punto que se dej¨® la vida para evitar el empate de la Real.
La ca¨ªda de Pedri y el desfonde de Messi propiciaron el desplome del equipo y animaron a la Real en un ¨²ltimo tramo que evoc¨® el encuentro con el Levante. Las pas¨® canutas el Bar?a, redimido por Ter Stegen, despu¨¦s de que Griezmann hubiera fallado tres remates de gol ante Remiro. El segundo tiempo barcelonista fue tan reprobable como admirable result¨® la primera parte, coronada con los goles de Jordi Alba y De Jong.
Koeman prefiere hablar de jugadores m¨¢s que discutir de f¨²tbol, convencido de que el problema del Bar?a es nominal y no colectivo, una cuesti¨®n de actitud m¨¢s que de calidad, capaz por tanto de disponer una pareja de centrales inexperta y propia del filial, Mingueza y Araujo, para enfrentar al equipo m¨¢s goleador y l¨ªder de LaLiga. A bote pronto, parec¨ªa una elecci¨®n arriesgada, por m¨¢s se?alado que estuviera Lenglet, opuesta a la alineaci¨®n de Pedri por Coutinho, mucho m¨¢s razonable si se tiene en cuenta que no hay m¨¢s extremo disponible que Konrad. El resultado y el partido dieron la raz¨®n a Koeman.
Pedri es un jugador exquisito en la cancha y un ciudadano discreto que contrasta con Griezmann, m¨¢s visible por sus peinados y muecas que por sus remates, como si se acicalara para celebrar goles que no marca, entregado a la causa, consecuente con la zamarra del 7. Griezmann ocupa el costado derecho y Braithwaite el izquierdo mientras Messi volantea de falso 9. Pedri, mientras, juega por dos, como el mejor de los interiores en el 4-3-3, admirador como es de Iniesta. El canario se present¨® con un cabezazo que lami¨® el poste de Remiro.
Agresivos y din¨¢micos, los azulgrana presionaban fuerte, corr¨ªan sin parar, abiertas las dos bandas y estirados por De Jong. El flujo ofensivo alternaba con la tensi¨®n defensiva ante la pausa de la Real, un plantel jovial y agradable que juega de memoria, sea cual sea la formaci¨®n, siempre de acuerdo al plan trazado por Imanol, una propuesta engendrada en Zubieta y contraria a la del Bar?a con la Masia. A la Real, sin embargo, le costaba respirar porque los barcelonistas se juntaban y ocupaban mejor los espacios, muy vigorosos en el Camp Nou.
La profundidad de Alba
Muy concentrado a campo abierto, tambi¨¦n en el repliegue, el Bar?a se venci¨® a bal¨®n parado, a la salida de un c¨®rner mal defendido ¡ªtambi¨¦n por Pedri¡ª, y rematado por Willian Jos¨¦. Nada nuevo porque el Bar?a hab¨ªa empezado hasta siete partidos con el marcador en contra y no hab¨ªa remontado ni uno en LaLiga. La novedad estuvo precisamente en su respuesta inmediata con un remate con la derecha del zurdo Jordi Alba y una llegada precisa de De Jong tras un centro tambi¨¦n de Alba. La profundidad del lateral combinaba con el flujo de juego generado por Messi y Pedri.
Ambos mezclaban muy bien y las ocasiones se sucedieron ante Remiro, mucho antes del 2-1, cuando Griezmann remat¨® al larguero y Braithwaite fall¨® sobre la salida del meta de la Real. El escenario cambi¨® despu¨¦s del descanso porque el plantel de Imanol propuso un partido muy abierto, plan que favorec¨ªa tambi¨¦n las transiciones del Bar?a. No desfallec¨ªa Alba y no hab¨ªa manera de que acertaba Griezmann. Esforzado como jugador de equipo, el franc¨¦s fracas¨® como rematador, solo, a un palmo de la l¨ªnea de gol, cuando sac¨® el bal¨®n en lugar de empujarlo a la red.
El tercer error de Griezmann desanim¨® al jugador y descompuso al Bar?a, agotado despu¨¦s de tanto v¨¦rtigo, a merced de la Real. Los azulgrana se entregaron a una defensa individual temeraria despu¨¦s de que Koeman empezara a cambiar piezas de forma sorprendente, jugador por jugador, sin m¨¢s plan que el de resistir, como ante el Levante. A cuenta de faltas y tarjetas, de las paradas del portero y de los escorzos del grupo, incapaz de tener la pelota, el Bar?a defendi¨® con suerte el 2-1 despu¨¦s de que la fortuna le diera la espalda por la falta de punter¨ªa simbolizada en Griezmann. El partido por parte azulgrana dur¨® hasta que aguant¨® Pedri.
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