Estrellas con techo
¡®Campeones de medianoche¡¯, del periodista Daniel Entrialgo, narra la historia de los mayores deportistas que no supieron lidiar con el ¨¦xito y terminaron en desgracia
![Campeones de Medianoche.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SWGKSMGFBJE6PD7QMGZSGKUBFE.png?auth=75d3b3cb35fb139ca66a2dbf6274d6dfe44d97a4263b3f5fbe36aebb4866ccfc&width=414)
El talento excepcional es dif¨ªcil de gestionar en el deporte. M¨¢s a¨²n si ha crecido en un contexto complicado, sesgo al que habr¨¢ que a?adir la corte de aduladores que buscar¨¢ aprovecharse durante los a?os que dure la carrera deportiva en cuesti¨®n. Despu¨¦s, en muchas ocasiones y siempre que no se queden por el camino, sobrevivir¨¢n como juguetes rotos. Estrellas fugaces, que lo tuvieron todo y no lograron gestionarse a s¨ª mismas, dejando a su paso una estela de excesos y decadencia.
En Campeones de medianoche (Muddy Waters Books), el periodista Daniel Entrialgo selecciona algunos de los ejemplos m¨¢s ic¨®nicos de grandes deportistas cuyo recuerdo popular tiene bastante m¨¢s que ver con la noche y sus salidas de tono que con su talento. Quiz¨¢ el ejemplo m¨¢s paradigm¨¢tico sea el de George Best, cuyos goles han quedado sepultados por un pu?ado de frases sobre alcohol, mujeres y coches. Best fue un ¨ªdolo pop. Alcanz¨® la gloria con 22 a?os. Se jubil¨® con 38, aunque en los ¨²ltimos lustros de su carera parec¨ªa no tom¨¢rsela muy en serio. ¡°Siento mucha tristeza. Era un jugador extraordinario, con una luz que parec¨ªa un don divino¡±, dijo de ¨¦l el m¨ªtico Matt Busby. La cuesta abajo fue bastante m¨¢s prolongada que el ascenso. En 2005, medio mill¨®n de personas se juntaron en las calles de Belfast para darle el ¨²ltimo adi¨®s.
En t¨¦rminos econ¨®micos, la figura del boxeador Myke Tyson es impresionante: lleg¨® a ganar m¨¢s de 400 millones de d¨®lares. El 10 de febrero de 1990 puso en juego en Tokyo su cintur¨®n de campe¨®n mundial de los pesos pesados frente a James Buster Douglas. Las apuestas estaban 42 a 1 a favor de Tyson. Su rival era pr¨¢cticamente un desconocido. Pero todos los excesos de la vida del campe¨®n se fundieron en la noche previa al combate, en la que termin¨® estrellando un Ferrari. 50 a?os despu¨¦s, Tyson evoca algunos de los aspectos que m¨¢s conectan con la audiencia americana: la redenci¨®n y el perd¨®n. La mayor¨ªa no tuvo tanta suerte. O quiz¨¢ fue solo que no dispusieron del tiempo necesario para ello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Pedro Zuazua](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2e202ae1-3662-4308-a91d-e4a5b224add4.jpg?auth=06b661309a1455d2725677a7a75b377a621ddd98b0c053ea3b3b64bc767fd4ff&width=100&height=100&smart=true)