Chasco merecido del Madrid
El equipo de Zidane fluye en el primer tiempo, pero paga cierta modorra inicial tras el descanso y una imprudencia de Carvajal permite equilibrar el duelo a un Elche bien estructurado
A casa de un sobrio Elche lleg¨® un Madrid en el que se hab¨ªa declarado el optimismo general. Pero dicho est¨¢, el f¨²tbol es un estado de ¨¢nimo y en el Mart¨ªnez Valero el partido dio un volantazo inopinado. Un primer Madrid primaveral, a hombros de esos treinta?eros api?ados con Zidane. Al frente, con gobierno absoluto, esa realeza que ante el averno hizo de sonajero. Con ese espinazo que se recita de carrerilla, el Real se vio ganador mucho antes de tiempo. Lo mismo que el encomiable Elche no se vio perdedor antes de lo debido. Con un Madrid m¨¢s borroso, los verdiblancos reaccionaron con amor propio tras el descanso y a los de Zidane se les atragant¨® un duelo que ten¨ªan pillado por la pechera. Un chasco para un Real que iba a zancadas tras el Atl¨¦tico.
Nada hac¨ªa presagiar el cruce de caminos entre el Madrid y el Elche. Tan jovial arranc¨® el grupo de Zidane que hasta Modric se anim¨® a golear de cabeza como un ariete tragaldabas. Cabeceaba hasta Kroos, lo que quiz¨¢ ni el propio alem¨¢n recuerde desde su etapa benjam¨ªn. Incluso Asensio, de trazo tan seco, ofrec¨ªa brotes de su talento. Le faltaba el arrojo que s¨ª tuvo para largar un zurriagazo que Bad¨ªa desv¨ªo al larguero como un gato. Consecuencia del gol de Modric, que lleg¨® al rechace como el mism¨ªsimo Santillana.
ZZ sum¨® a la causa a Marcelo, que dej¨® la primera gran pisada del partido con una volea con la derecha que tambi¨¦n astill¨® el larguero de Bad¨ªa. Zidane quiere adeptos. Frente a un Madrid categ¨®rico poco dictado tuvo de inicio el equipo local. De vuelta a Primera, el Elche busca enraizarse de nuevo en la ¨¦lite, en la que le sustentaron en los a?os 60 y 70 aquella estupenda generaci¨®n de Vav¨¢, Lico, Lezcano, Marcial... Y luego aquel convoy albiceleste de G¨®mez Voglino, Trobbiani, Rub¨¦n Cano, Finarolli... Son otros tiempos, m¨¢s precarios. M¨¢xime para una entidad que hace apenas unos meses ni por asomo se ve¨ªa en Primera. Con el argentino Jorge Almir¨®n al frente intenta enhebrar un equipo s¨®lido y abnegado, con un plantel tan modesto para la gran pasarela como ilusionante. Para la gran mayor¨ªa de su plantilla este curso es un ed¨¦n. Sabedor de sus estrecheces, la esencia del cuadro ilicitano es su encapotamiento. No disimula. Se empotra en los cuarteles de su porter¨ªa. El ataque le queda tan lejos que es el conjunto que menos remata a puerta de Primera.
Suelto la primera media hora, el Real no solo cerc¨® a su adversario, sino que le tuvo en alerta permanente. Kroos manej¨® los faros, con Casemiro m¨¢s descolgado y Modric para todo, lo fino y lo grueso. Flu¨ªa el equipo de Zidane, con Carvajal y Marcelo de auxilio ofensivo de Lucas V¨¢zquez y Asensio. Al Elche, Courtois, salvo por un disparo de Rigoni, le quedaba a muchas cuadras. Lucas Boy¨¦, impagable, era su ¨²nica lanzadera y cada ataque local exig¨ªa recorrer kil¨®metros.
La superioridad visitante la concret¨® Modric con s¨²bito cabezazo. Antes la tuvo Kroos y m¨¢s tarde Benzema, que no caz¨® un remate a centro de Ramos por el pelo que no tiene. Y la pudo tener el capit¨¢n madridista, pero el ¨¢rbitro rectific¨® su idea inicial de decretar un penalti por mano de V¨ªctor. En realidad, la pelota le peg¨® en el muslo. El colegiado se precipit¨® en tiempos del VAR.
Incordia Boy¨¦, para Bad¨ªa
Visto el primer acto, nada hac¨ªa apostar por el devenir del segundo. Tan desenvuelto se hab¨ªa visto el Madrid que le entr¨® cierto sopor. Lo advirti¨® su rival, que puso otra marcha. Menos bridas. Hasta que el Real pag¨® la modorra con una imprudencia de Carvajal. Anud¨® a Boy¨¦ en el lanzamiento de una falta lateral y le vio el ¨¢rbitro. S¨ª, una lucha libre m¨¢s entre tantas que se dan en las ¨¢reas. Pero esta vez se dispar¨® el chivato arbitral. Fidel super¨® por poco la estirada de Courtois, que no tiene brazos, tiene remos.
Con el 1-1, el estado de optimismo tambi¨¦n se proclam¨® en el Elche. Todos afanados y dos balizas decisivas en las ¨¢reas. Boy¨¦, delantero viga que conoce las entra?as de los arietes, complic¨® la vida a la zaga madridista. Un disparo suyo se estamp¨® en el poste izquierdo de Courtois. Boy¨¦ no solo desahog¨® a los suyos, fue un incordio permanente para los de ZZ. Cuando no era preciso Boy¨¦, porque el viento soplaba en contra, emerg¨ªa Edgar Bad¨ªa, decisivo en todos asaltos frente a Carvajal y Ramos. Es un portero ¨¢gil, intuitivo, de los que anticipa el suceso.
Zidane sinti¨® que el partido hab¨ªa virado y dio carrete a Hazard, y m¨¢s tarde a Vinicius. Al Madrid le entraron las prisas. Ya todo era a toque de corneta. No le alcanz¨® y vio frenada su ascensi¨®n tras seis bingos seguidos.
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