El Atl¨¦tico, eliminado de la Copa del Rey tras estrellarse ante la Cultural Leonesa, de Segunda B
Pese a adelantarse en el marcador, los de Simeone caen en la pr¨®rroga
¡°?S¨ª, se puede, s¨ª se puede!¡±, el grito que caracteriza esta Copa revivida a partido ¨²nico en casa del d¨¦bil lo cumpli¨® la Cultural Leonesa, un equipo de Segunda B que se llev¨® por delante al Atl¨¦tico de Simeone en la pr¨®rroga (2-1). Un fracaso may¨²sculo para un entrenador que no da con la tecla y unos futbolistas que no estuvieron a la altura. La mayor¨ªa de ellos internacionales y todos millonarios, eliminados por un equipo entusiasta que cuando intuy¨® la debilidad de su oponente fue a por ¨¦l sin complejos. Los jugadores rojiblancos fueron engullidos poco a poco por el in crescendo de la Cultural y de la enfervorizada hinchada leonesa a medida que ve¨ªa m¨¢s posible la machada de los suyos. El Atl¨¦tico fue devorado en Le¨®n en uno de los episodios m¨¢s oscuros de la era Simeone. La Cultural se ha puesto a la altura del Qarabag. Igual¨® el gol de Correa cuando parec¨ªa que el partido ya estaba finiquitado y termin¨® por remontar con esa volea hist¨®rica de Benito cuando el Reino de Le¨®n ya era un volc¨¢n.
Al Atl¨¦tico le saltaron todos los chivatos que le delatan como un equipo irregular desde los primeros compases. En teor¨ªa sabe a qu¨¦ quiere jugar, pero no hay nadie que juegue para imponer el patr¨®n de verdad. Da igual el centro del campo que alinee Simeone, los laterales que pretendan profundizar o los delanteros que tengan que marcar goles. Con la pelota fueron todos un desastre en los primeros 45 minutos. Lo que ense?¨® en el primer tiempo en el Reino de Le¨®n fue el estigma que m¨¢s identifica a un equipo que no se encuentra c¨®modo m¨¢s all¨¢ del orden defensivo o las batallas del otro f¨²tbol. Como el entrenador de la Cultural tambi¨¦n mete los partidos en una lucha y una defensa de los espacios, el Atl¨¦tico qued¨® retratado en su peor versi¨®n. Las ocasiones en la que cualquiera de sus jugadores de centro del campo hacia adelante no sab¨ªan qu¨¦ hacer con el bal¨®n mostraron que ah¨ª est¨¢ el gran problema que Simeone no acaba de atajar. La situaci¨®n exige una revisi¨®n generalizada que va desde el entrenador hasta los propios jugadores. Van seis meses de temporada y apenas hay tres futbolistas que lleven una campa?a notable: Oblak, esta vez reemplazado por Ad¨¢n, el central brasile?o Felipe y Correa. Solo fue capaz el equipo rojiblanco de inquietar a Giffard en dos ocasiones y muy al principio del primer acto: una oportunidad n¨ªtida de Vitolo, tras un pase corrido de Jo?o F¨¦lix, en la que al extremo canario le falt¨® precisi¨®n en la picada que intent¨® y un disparo de Herrera que se encontr¨® con el meta de la Cultural cuando la pelota caminaba a la escuadra.
La inoperancia rojiblanca empez¨® a crear el cl¨¢sico caldo de cultivo de estas noches coperas a un partido en casa del d¨¦bil. La Cultural empez¨® a ara?ar al Atl¨¦tico con el criterio de Montes Arce, los escarceos de Gudi?o y el tes¨®n del inquieto Benito. Pasaba el tiempo y no hab¨ªa un jugador rojiblanco que se hiciera con el mando del juego. No se impon¨ªan por t¨¦cnica ni por arrojo. Entr¨® el Atl¨¦tico en esa fase en la que se iguala a equipos inferiores que tanto da?o le hacen porque no pone distancia con la superioridad que se le supone.
Simeone quiso cortar esa falta de contundencia de su equipo para imponerse con la entrada de Thomas por Herrera tras el descanso. El mexicano ya sabe que est¨¢ en el escalaf¨®n m¨¢s comprometido en las preferencias de su entrenador: siempre que no rinda ir¨¢ al banco. En ese estatus tambi¨¦n vive Vitolo, que antes de ser reemplazado por Saponjic fall¨® otro mano a mano que le regal¨® Jo?o F¨¦lix. La entrada del esloveno supuso el estreno de un delantero que aterriz¨® en el club camuflado en el traspaso del portugu¨¦s, pero como parte de la renovaci¨®n de Oblak, con el que comparte agente. Para entonces, la grada ya cantaba convencida el ¡°s¨ª se puede¡±, espoleada por un cabezazo de Benito en el segundo palo con todo a favor para marcar. Lo que promet¨ªa convertirse en un equipo encendido lo apagaron entre Jo?o F¨¦lix y Correa. Un pase sutil del portugu¨¦s en la media luna lo emboc¨® el argentino enga?ando a Giffard con un toque suave.
El Cholo celebr¨® el gol como quien se quita un peso de encima. Liber¨® tensi¨®n tras una hora de contemplar c¨®mo sus futbolistas no marcaban las diferencias. La tranquilidad le dur¨® poco porque su equipo no creci¨® tras el tanto. Todo lo contrario. Se achic¨® mientras a la Cultural la agrand¨® la entrada de Kawaya, su futbolista m¨¢s desequilibrante. Criado en la cantera del Anderlecht, por fisonom¨ªa cuadrar¨ªa en un equipo de veteranos. Pero es un chico de 21 a?os, bajito, con gl¨²teos y muslos de rodador y gemelos de espr¨ªnter que luce con las medias ca¨ªdas. De su bota izquierda salieron centros enroscados que hicieron dudar a Ad¨¢n, En uno de ellos el meta rojiblanco despej¨® mal y el pase y el posterior rechace lo revent¨® Casta?eda para llegar al empate y a la pr¨®rroga, forzada por Giffard con dos buenas paradas buenas a Saponjic y a Felipe, y ganada por el zapatazo de Benito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.