El Valencia gana cr¨¦dito ante un recio Panathinaikos

La Fonteta disfruta con un equipo que, jornada a jornada, gana cr¨¦dito en su trayectoria europea. La afici¨®n se frota los ojos y no se explica c¨®mo es posible que los taronja perdieran sus cinco primeros partidos en esta competici¨®n. Y ahora, protagonizan momentos de un juego excepcional, capaz de desmantelar a un rival de la entidad del Panathinaikos. Y as¨ª fue.

Por momentos pareci¨® que tal derroche de facultades, tal borrachera de acciones extraordinarias de Dubljevic, de Colom, de Doornekamp, de Vives, de todos, pod¨ªa llegar a quedarse en nada. Porque del vendaval, del 80-64 con el que concluy¨® el tercer cuarto, se pas¨® al empate a 82 cuando faltaban tres y medio. Ese parcial, ese 2-18, fue m¨¦rito de Calathes, de Rice y de DeShaun Thomas. Y de la defensa que implement¨® Rick Pitino, el reputado entrenador estadounidense del equipo ateniense.

Pero el Valencia hab¨ªa jugado de maravilla. Hab¨ªa movido el bal¨®n con sentido, hab¨ªa mantenido un ritmo alt¨ªsimo y hab¨ªa obtenido magn¨ªficas rentas de los cambios con los que Jaume Ponsarnau dota de variedad y repr¨ªs a su equipo. De manera que cuando entraron en escena Colom, San Emeterio o Abalde, su equipo fue a m¨¢s.

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La par¨¢lisis ofensiva del Valencia en los seis minutos y medio del ¨²ltimo cuarto amenaz¨® con arruinar todo lo bueno que hab¨ªa exhibido en los tres primeros asaltos. Pero este Valencia lleva ya semanas demostrando que posee jugadores y equipo con el suficiente car¨¢cter y calidad para sobreponerse a momentos tan dif¨ªciles y din¨¢micas tan decadentes. Doornekamp obtuvo un triple que desatasc¨® a su equipo. Dubljevic recuper¨® el pulso. Y Abalde, otra vez, volvi¨® a ser quien cerr¨® definitivamente la contienda. La secuencia final result¨® angustiosa y a la vez espectacular, con Rice ganando acciones de dos m¨¢s uno, DeShaun Thomas ganando un rebote ofensivo vital, acciones a las que respondieron en el otro lado Abalde y Labeyrie de la misma manera. Otro dos m¨¢s uno de Dubljevic, mientras Calatahes y Papagiannis eran eliminados por faltas, puso el 90-87 en el marcador a falta de 52 segundos. Fue el momento elegido por Abalde para anotar dos canastones y poner punto final.