De c¨®mo Di St¨¦fano fich¨® a Pach¨ªn
Estos d¨ªas es tema de debate cu¨¢nto manda Messi en el Bar?a. Lo que sigue explica cu¨¢nto lleg¨® a mandar su compatriota en el Madrid.
La ma?ana del domingo 26 de enero de 1958, Pach¨ªn sali¨® a dar un paseo por Pamplona como sol¨ªa cuando hab¨ªa partido en casa. Estaba inquieto. Su entrenador, Sabino Barinaga, le hab¨ªa encargado la v¨ªspera el marcaje a Puskas. S¨®lo llevaba diez partidos en Osasuna, a donde lleg¨® de forma pol¨¦mica. Natural de Torrelavega, despunt¨® en el Burgos y all¨ª firm¨® sucesivamente por el Celta y el Osasuna. Eso le tuvo parado dos meses, hasta que la Federaci¨®n dio validez a su ficha por Osasuna y debut¨® en la jornada octava. Ahora and¨¢bamos por la 19, tocaba recibir al Madrid y se sent¨ªa ante una prueba tremenda.
En eso top¨®, a la vuelta de una esquina, con el mism¨ªsimo Puskas, lustr¨¢ndose los zapatos con un limpia en la puerta de un bar. El Madrid hab¨ªa pernoctado en Pamplona y tambi¨¦n sus jugadores andaban de paseo. ¡°Hoy suena raro, pero entonces era as¨ª. Puskas se pod¨ªa lustrar los zapatos en una esquina. No te agobiaba la gente, hab¨ªa m¨¢s respeto. Si acaso un aut¨®grafo muy de tanto en tanto a los m¨¢s famosos¡¡±, cuenta Pach¨ªn. Eso le tranquiliz¨®: ¡°Le vi un se?or mayor, gordo. Pens¨¦: ¡®Si este t¨ªo pod¨ªa ser mi padre¡¯. Me cargu¨¦ de fe¡±.
Pero sobre el c¨¦sped fue otra cosa: ¡°Me pegaba a ¨¦l y de repente se mov¨ªa y recib¨ªa. Le entraba y me hac¨ªa un t¨²nel. O me pasaba el bal¨®n sobre la cabeza. Me ten¨ªa loco. Me sent¨ª un imb¨¦cil, un in¨²til¡±. En el descanso Osasuna perd¨ªa 0-2. Barinaga le dijo: ¡°Esto no est¨¢ saliendo bien. Mejor h¨¢gase cargo usted de Di St¨¦fano¡±.
Pens¨® que sal¨ªa de la sart¨¦n para caer al fuego, pero no: ¡°Me defend¨ª bien. Yo ten¨ªa mucha velocidad, ¨¦l iba y ven¨ªa, yo le segu¨ªa y le gan¨¦ muchas bazas. Perdimos 1-2, o sea que ganamos la segunda mitad, bien mirado¡±.
Seg¨²n se retiraban al vestuario, Di St¨¦fano le pregunt¨®: ¡°Oye, chico, ?t¨² querr¨ªas fichar por el Madrid?¡±. Se qued¨® bloqueado y s¨®lo acert¨® a decir. ¡°Claro, ?qui¨¦n no?¡±. Tampoco le dio mayor importancia y pronto lo olvid¨®. Le convocaron para la selecci¨®n juvenil que iba a jugar en Viena, pero tuvo un desliz. En el mismo hotel de Madrid, estaba concentrada la ¡®A¡¯. Tres ¡®mayores¡¯ salieron a un cabaret y ¨¦l se puso a su rueda. Villalonga, seleccionador de juveniles, le ech¨®.
Y al final de la Liga, por un nuevo recurso del Celta por la doble ficha, le cay¨® una suspensi¨®n de un a?o.
Mientras, Di St¨¦fano le hab¨ªa estado insistiendo a Bernab¨¦u, que se resist¨ªa, por la fuga y la suspensi¨®n. Pero Di St¨¦fano hab¨ªa abogado por Gento cuando tras su p¨¦simo primer a?o el club lo quiso devolver al Racing, luego recomend¨® a Rial¡ Dos ¨¦xitos rotundos. En su puesto, medio defensivo, Z¨¢rraga, muy veterano, alternaba ya con Antonio Ruiz, jugador s¨®lido. Pero Pach¨ªn era vers¨¢til, pod¨ªa jugar de lateral, insist¨ªa e insist¨ªa Di St¨¦fano. Por fin le llamaron.
A ¨¦l le sorprendi¨® much¨ªsimo: ¡°Me hab¨ªa olvidado, y con la perspectiva de un a?o suspendido¡¡±. Jug¨® amistosos, que entonces el Madrid prodigaba: en casa para los suplentes, en el extranjero para los titulares. Jug¨® dos veces con la sub-21, indultado ya de su fuga. Pero pas¨® en blanco la Liga y la Copa 59-60. Debut¨® oficialmente en las semifinales de la quinta Copa de Europa con el Bar?a: 3-1 en el Bernab¨¦u, 1-3 en el Camp Nou. De inmediato, un amistoso Espa?a-Inglaterra (3-0) al t¨¦rmino del cual Di St¨¦fano, Del Sol, Gento y ¨¦l subieron al avi¨®n para ir a Glasgow, donde esperaba el resto del equipo porque a los tres d¨ªas jugaba la final del 7-3 al Eintracht de Frankfurt. En julio, ida de la Intercontinental, 0-0 en Montevideo, y en septiembre, vuelta, 5-1 al Pe?arol en el Bernab¨¦u. Siempre lateral izquierdo. En sus primeros cinco partidos gan¨® los dos t¨ªtulos m¨¢ximos.
Fue mundialista en Chile 62. A la vuelta le tocaba renovar, le ofrecieron por la renovaci¨®n menos de lo que esperaba, se declar¨® en rebeld¨ªa y Di St¨¦fano se lo arregl¨®.
Gan¨® sus primeras cinco Ligas, del 61 al 65, y en el 66 recuper¨® la Copa de Europa, ya con los ye-y¨¦s, enlazando como Gento dos ¨¦pocas. Casi todo de lateral. De medio defensivo se instal¨® Zoco, su sucesor en Osasuna, precisamente.
Jug¨® nueve temporadas en el Madrid, hasta que una hernia discal le apart¨®.
Di St¨¦fano mandaba mucho, pero adem¨¢s ten¨ªa buen ojo.
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