La tormenta roja llega a Madrid
Klopp ha armado un equipo que juega a tambor batiente. Enfrentarse al Liverpool equivale a cruzar un campo en llamas
Apenas dos a?os han permitido al Liverpool saltar de las expectativas no cumplidas a convertirse en un equipo de ¨¦poca, o eso parece despu¨¦s de ganar la ¨²ltima edici¨®n de la Copa de Europa y borrar del mapa a todos sus rivales en la Premier League. En breve acabar¨¢ el trabajo que no pudo terminar el pasado a?o. Nada le detendr¨¢ en la conquista del campeonato, donde permanece invicto, con 25 victorias, un empate y 25 puntos de diferencia sobre el segundo clasificado.
M¨¢s que una ventaja sideral es la garant¨ªa de un ¨¦xito que se le resiste desde hace 30 a?os. Consigui¨® su ¨²ltimo t¨ªtulo en 1990, cuando la Premier League no exist¨ªa. Tampoco exist¨ªan internet, ni el mercado libre de jugadores, ni clubes en propiedad de jeques ¨¢rabes, billonarios rusos y empresarios estadounidenses. Nadie pensaba que el Liverpool, el equipo ingl¨¦s de referencia durante los 15 a?os anteriores, penar¨ªa tanto para conquistar un t¨ªtulo que desde entonces lo han ganado el Leeds, Manchester United, Blackburn Rovers, Arsenal, Chelsea, Manchester City y Leicester.
Esta variada n¨®mina de predecesores explica las turbulencias y decepciones que ha sufrido el Liverpool. Su regreso triunfal, precedido en Europa por dos t¨ªtulos en la Liga de Campeones y otro en la vieja Copa de la UEFA, tambi¨¦n admite una sencilla raz¨®n. No es otra que el impacto de J¨¹rgen Klopp. Desde su contrataci¨®n en octubre de 2015, cada temporada ha sido mejor que la anterior, progresi¨®n concretada por un equipo que confiere a la palabra energ¨ªa todo su significado.
Klopp ha armado un equipo que juega a tambor batiente, integrado por unos jugadores, capaces de interpretar el ideario de su entrenador con una convicci¨®n fan¨¢tica. Es un equipo que se ha metido en la piel de sus contrarios, intimidados por su incandescente despliegue y la gran variedad de recursos f¨ªsicos, t¨¢cticos y t¨¦cnicos. Jugar contra el Liverpool equivale a cruzar un campo en llamas.
Sol¨ªa decir Klopp que su estilo de f¨²tbol es rock duro: sencillo, ruidoso y contundente. Inglaterra no ha resultado un territorio hostil a sus ideas. Al contrario, se comprendi¨® muy pronto que el Liverpool y la Premier League eran el escenario ideal para su manera de interpretar el juego. Su personalidad le ha ayudado. Desde el m¨ªtico Bill Shankly no ha habido un carisma parecido.
Carisma, ideas y fervor es una excelente ecuaci¨®n para caminar con ¨¦xito por el f¨²tbol, pero sin los jugadores adecuados se queda corta. Klopp ha revelado todo su magisterio en la conducci¨®n del equipo, pero tambi¨¦n en la minuciosa elecci¨®n de los jugadores, cortados a la medida de su propuesta. Ahora, en este periodo estelar, muchos de ellos figuran en las listas de los mejores futbolistas del mundo. Sin embargo, ha sido en el Liverpool donde han adquirido esa consideraci¨®n.
Las grandes potencias de Europa rara vez se interesaron por ellos. Van Dijk y Man¨¦ proced¨ªan del Southampton. Robertson (Hull City), Firmino (Hoffenheim), Matip (Schalke 04) y Wijnaldum (Newcastle) no figuraban en el radar de ninguno de los grandes de Europa. Los ingleses Henderson y Milner parec¨ªan amortizados. Mohamed Salah hab¨ªa pasado de puntillas por el Chelsea de Mourinho antes de llamar la atenci¨®n en Roma. Resulta ir¨®nico que la estrella indiscutible del Liverpool fuera Coutinho, traspasado al Bar?a en enero de 2017 por 160 millones de euros, dinero que Klopp utiliz¨® para fichar a dos piezas maestras: el central Van Dijk y el portero brasile?o Alisson. Sin el melanc¨®lico Coutinho, el equipo es m¨¢s kloppista que nunca.
A la adecuaci¨®n de estos jugadores a un fren¨¦tico plan se a?ade la vibraci¨®n que produce la hinchada, combinaci¨®n que ha alimentado la tormenta perfecta. Seg¨²n las ¨²ltimas noticias, esta noche de martes llegar¨¢ a Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.