La c¨¢mara secreta de Raimon Ferrer

Cuando el Levante UD consigui¨® en 2011 liderar durante dos jornadas la clasificaci¨®n de LaLiga Santander, un gran peri¨®dico deportivo de tirada nacional no destac¨® en la foto principal de la portada a su m¨¢ximo goleador o su portero titular. Tampoco al entrenador ni a la plantilla en su conjunto. Para ilustrar este momento ¨²nico en 110 a?os de historia escogi¨® al cuidador de su c¨¦sped, Raimon Ferrer. ¡°Bueno, para alguien que no para penaltis ni mete goles no est¨¢ mal, ?no?¡±, bromea el hombre que lleva m¨¢s de treinta a?os a cargo de la hierba del Ciutat de Val¨¨ncia, convertido en el jefe de mantenimiento m¨¢s veterano de la ¨¦lite del f¨²tbol espa?ol y en algo m¨¢s que un simple empleado para su club. En un peque?o rinc¨®n escondido en el estadio, donde ejerce a la vez de historiador, cocinero y confidente de los futbolistas, se ha ganado el derecho a ser considerado como el s¨ªmbolo que mejor conserva y transmite el sentimiento granota.

Todo empez¨® en una pretemporada a finales de los a?os ochenta con una paella. Lejos de los focos medi¨¢ticos, un joven de veintitantos, hijo de unos agricultores del peque?o pueblo de Meliana (Valencia), se incorpora al conjunto valenciano, entonces en Segunda B, para encargarse del c¨¦sped. Era tambi¨¦n el equipo que hab¨ªa abrazado desde la infancia para ir, dice, ¡°a contracorriente¡±. Quiz¨¢ por eso se tom¨® con especial entusiasmo el cargo y el primer verano ya tuvo la iniciativa de organizar una comida en el estadio para los jugadores reci¨¦n llegados. En la caseta de las herramientas apart¨® los aspersores, el cortac¨¦sped y el carro para marcar las l¨ªneas del campo y encendi¨® un fuego en el mismo suelo. Visto el ¨¦xito de la iniciativa, que se convirti¨® en un ritual, alguien le sugiri¨® que deb¨ªa decorar una estancia que no era demasiado acogedora. Un consejo que se tom¨® tan al pie de la letra que acab¨® dise?ando la especie de templo futbol¨ªstico que hoy es El Raconet (el rinconcito).

¡°Este es mi santuario¡±, advierte Ferrer, que ha aparecido en el silencio de 30.000 asientos vac¨ªos, espigado y corpulento, para descubrir ese sitio escondido bajo la grada del fondo norte. Lo que en una ma?ana soleada de febrero parece por fuera una barraca vieja, luce dentro como un abigarrado relato hecho de recuerdos personales, historia del Levante UD y f¨²tbol. En el horror vacui de camisetas, botas, fotograf¨ªas, cuadros, documentos, antig¨¹edades, entre otros, apenas se distingue la textura de las paredes. ?Lo m¨¢s curioso? El coleccionista responde que un trozo del muro que cay¨® en 2001 sobre la pierna de Mart¨ªn Palermo, cuando el entonces delantero del Villarreal CF celebraba un gol en el estadio levantinista. Pero hay infinidad reliquias: desde camisetas de estrellas de LaLiga como Messi o Bale hasta una fotograf¨ªa?actual entrenador del FC Barcelona, Quique Seti¨¦n, que jug¨® tres partidos con el equipo granota en la promoci¨®n de ascenso a LaLiga SmartBank en la campa?a 1995/1996.

Cada una de las piezas, vista de cerca en compa?¨ªa del que ahora llaman greenkeeper, remite a un relato de su relaci¨®n con mil y un personajes. Sobre una foto de Sergio Ballesteros, canterano y excapit¨¢n del Eurolevante: ¡°El Sergiete, que cuando era juvenil ven¨ªa todo despeinado a los entrenamientos¡±. Sobre la omnipresencia de Manuel Preciado, entrenador fallecido en 2012 y que propici¨® un ascenso en 2004, del que hay fotos, cuadros e incluso una estatuilla: ¡°Un hermano al que quer¨ªa mucho¡±. Sobre una instant¨¢nea cantando junto a Joaqu¨ªn Caparr¨®s, otro m¨ªster que pas¨® por el club: ¡°Hac¨ªamos un d¨²o perfecto interpretando Resistir¨¦¡±. O sobre un bomb¨ªn que perteneci¨® a Joaqu¨ªn Sabina: ¡°Me lo regal¨® en un concierto que dio en el estadio¡±. Incluso la camiseta de Maradona, al que nunca conoci¨®, esconde una historia. "La trajo [Pablo] Caballero, el portero argentino que jug¨® aqu¨ª. Es de las pocas piezas que han sobrevivido a los dos incendios que han da?ado El Raconet, la ¨²ltima vez por un cortocircuito en una nevera".

En las pocas horas libres que le dejaba a?os atr¨¢s el que era un trabajo de sol a sol, ¨¦l sigui¨® invirtiendo tiempo en el club valenciano. Ya fuera en seguir ampliando de forma altruista a base de adquisiciones propias y donaciones su monumento a la memoria futbol¨ªstica o alimentado el esp¨ªritu original de lugar de reuni¨®n y comuni¨®n entre la familia granota. ¡°Mi vida ha pasado aqu¨ª y me siento un privilegiado¡±, confiesa Ferrer, que menciona con cari?o las partidas de cartas, los karaokes o la especialidad de la casa: unas paellas que ya no prepara en el suelo sino en una diminuta cocina. ¡°Mi receta es la t¨ªpica valenciana, con conejo, pollo y jud¨ªas verdes. A Tomassi, el italiano que vino de la Roma, el arroz le volv¨ªa loco¡±, asegura. No hay nadie del club que no encontrara all¨ª a un amigo con el que celebrar victorias y llorar derrotas bajo un ¨²nico dictado: ¡°Lo que pasa en El Raconet, se queda en El Raconet¡±.

¡°Hace poco en un homenaje a la plantilla 1998/1999, que logr¨® el ascenso de Segunda B a la categor¨ªa de plata, lo primero que hicieron todos fue preguntar por Raimon¡±, cuenta Emilio Nadal, miembro del departamento de Patrimonio del Levante UD del que tambi¨¦n fue jefe de prensa durante casi una d¨¦cada. ¡°Se podr¨ªa decir que ¨¦l fue el primer historiador del club, pero es mucho m¨¢s. Ha sido capaz de crear un punto de reuni¨®n donde siempre lo ibas a encontrar. En el f¨²tbol se compran muchas voluntades, pero no el cari?o. Con su carisma y su fidelidad se ha metido a la gente en el bolsillo¡±.

En una instituci¨®n que acumula m¨¢s temporadas en Tercera que en LaLiga Santander, Ferrer es de los pocos que sabe el salto que supone cambiar los campos de tierra por los dieciseisavos de final de la Europa League. Un cambio que en sus pieles supuso pasar de invertir m¨¢s de 10 horas al d¨ªa cuidando solo del buen estado del verde a contar con una maquinaria de ¨²ltima generaci¨®n y una plantilla de una empresa externa y del que habla con una mezcla de nostalgia y felicidad. ¡°Tratamos de seguir siendo una familia, aunque el club ha crecido y las cosas han cambiado mucho¡±.

Al terminar la visita guiada, el grenkeeper regresa al que de verdad es su estado natural. Cerca del que se dir¨ªa que es su obra maestra, un impecable tapete verde brillante, confiesa que lo que le genera m¨¢s placer es fumarse un cigarrillo descalzo en la hierba e invita a sus oyentes a abrir las fosas nasales. "Con solo oler la hierba, s¨¦ c¨®mo est¨¢ el c¨¦sped. Es como cuando te encuentras a un amigo; con solo verle la cara sabes si est¨¢ bien o mal¡±, explica. No hay duda de que sabe de lo que habla y tampoco que es algo m¨¢s que un jefe de mantenimiento. De todos los que se cruza por casualidad, jugadoras de la primera plantilla del Levante UD Femenino, gente del equipo de comunicaci¨®n, un empleado que trabaja en el cuidado del terreno de juego, no hay nadie que no se pare a saludar, nadie que ignore la leyenda del que se dice que en 2006 le lleg¨® a preparar un arroz al mism¨ªsimo Bruce Springsteen. ¡°A m¨ª me pasa como Pepe Reina, que soy m¨¢s famoso por las paellas que por mi trabajo¡±, bromea.