Delitos y faltas en el Bar?a
Mientras la fundaci¨®n azulgrana promov¨ªa un programa para combatir el 'bullying', una empresa contratada por el club practicaba el acoso cibern¨¦tico

Para tratar de comprender c¨®mo se gestiona el Bar?a actual basta con fijarse en la siguiente paradoja: mientras su Fundaci¨®n promov¨ªa un programa en las escuelas para combatir el bullying, una empresa contratada por el club practicaba una suerte de acoso cibern¨¦tico contra futbolistas de la primera plantilla, leyendas, opositores a la actual directiva, periodistas, Antonella Roccuzzo y un tuitero de Lugo. ¡°La comedia es tragedia m¨¢s tiempo¡±, dec¨ªa el personaje interpretado por Allan Alda en Delitos y faltas, as¨ª que no tengan ning¨²n reparo en re¨ªrse ¡ªsi les apetece¡ª pese a la extrema gravedad del asunto. Un detalle m¨¢s que invita a tomarse con cierta flema lo sucedido: cuando los compa?eros de la Cadena Ser se pusieron en contacto con el club, antes de difundir la noticia, ninguno de sus interlocutores trat¨® de rebatirla y se opt¨® por intentar ablandar el coraz¨®n de los periodistas con un l¨¢nguido:?¡°Bartomeu no se lo merece¡±.
Se podr¨ªa debatir largo y tendido sobre lo que se merece o deja de merecer el actual presidente de la entidad. Incluso se podr¨ªa discutir, tambi¨¦n, si el Bar?a se merece o no a un presidente como Josep Maria Bartomeu, pero ninguna de estas controversias viene demasiado al caso. No estamos ante una cuesti¨®n de merecimientos, sino de responsabilidades. Y, al menos hasta el momento, nadie parece dispuesto a asumir la suya en un club demasiado acostumbrado a este tipo de renuncias: nunca nada es culpa de nadie, como en esas peque?as cat¨¢strofes de guarder¨ªa donde se muere el pez mascota o desaparece misteriosamente la plastilina. Ante la contundencia de las pruebas aportadas, los principales responsables del club han optado por ponerse de perfil, Gerard Piqu¨¦ califica de t¨ªtere a un periodista en Twitter, Messi se muerde la lengua en una entrevista, algunos de los afectados estudian las medidas legales a adoptar y el mundo entero se frota los ojos ante un nuevo ensayo de demolici¨®n interna que solo sirve, siendo muy generoso en el an¨¢lisis, para demostrar la fortaleza inquebrantable de un sentimiento.
Titella
— Gerard Piqu¨¦ (@3gerardpique) February 18, 2020
M¨¢s all¨¢ de lo tangible, que es una ¡ªcar¨ªsima, por cierto¡ª intenci¨®n de desprestigiar a ciertas personas mediante el abuso en las redes sociales, ya veremos por parte de qui¨¦n, subyace un miedo aterrador a la cr¨ªtica que no es exclusivo de los actuales dirigentes del Bar?a. Hace unos a?os, con motivo de 75 aniversario de la fundaci¨®n del Pontevedra C.F, se celebr¨® en la ciudad una charla que llevaba por t¨ªtulo ¡°La relaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n con el poder¡±, moderada por el periodista Xabier Fortes. All¨ª se reunieron grandes nombres del oficio que fueron diciendo la suya mientras una se?ora ¡ªdesconocida para ellos, claro est¨¢¡ª iba ganando posiciones entre el p¨²blico hasta terminar subida al escenario y tomando asiento junto a uno de los ponentes. ¡°Tienes 30 segundos¡±, le espet¨® visiblemente enfadada cuando este se dispon¨ªa a hacer uso del turno de palabra. La mujer en cuesti¨®n era Lupe Murillo, presidenta del hist¨®rico equipo local, quien con su gesto se encarg¨® de escenificar la pulsi¨®n inquisidora con que los dirigentes de nuestro f¨²tbol acostumbran a enfrentar las opiniones inc¨®modas. Volviendo a Delitos y faltas, esa complicada relaci¨®n entre poderosos y discrepancia se podr¨ªa resumir en otra de las grandes frases de la pel¨ªcula, esta vez en boca del personaje interpretado por el propio Woody Allen: ¡°Le quiero como a un hermano. Como Ca¨ªn a Abel¡±.
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