Morales revienta al Madrid

¡°La pegu¨¦ con el alma porque no me quedaba gasolina¡±. Fue m¨¢s que un golazo. Fue un do de pecho colosal de Morales cuando ya ten¨ªa el coraz¨®n en los huesos. Llevaba casi 80 minutos de resistencia el Levante cuando su comandante y capit¨¢n se aventur¨® por la izquierda, habilitado por Varane. En posici¨®n legal pis¨® el ¨¢rea seguido por Modric. De repente, la pelota, en bote, sali¨® en estampida hacia la red visitante. Courtois se qued¨® turbado, demasiado contemplativo mientras el misil se glorificaba por la escuadra m¨¢s cercana del guardameta belga.

Pese al titubeo de Courtois fue un golazo de lo m¨¢s sonoro. El indiscutible testamento de un partido bien jugado por el Madrid salvo en el ¨²ltimo tramo. Hasta entonces le sobr¨® fogueo. Desde la lesi¨®n de Hazard ¡ªun golpe en el tobillo derecho¡ª le falt¨® el gobierno que hab¨ªa tenido. Se tambale¨® el Madrid, Morales le mand¨® a la lona y ya no supo c¨®mo reaccionar.

Sin remedio, el Madrid se fue de Valencia con un azote inesperado que le deja angustiado ante la alpina semana que se le avecina, con citas con el Manchester City y el Barcelona, el l¨ªder que el pr¨®ximo domingo saldr¨¢ en Chamart¨ªn con dos puntos de ventaja. Dos jornadas de a¨²pa justo tras los tropiezos ligueros con el Celta y el Levante y el patinazo copero con la Real Sociedad.

Salvo Fede Valverde, en Orriols nada se guard¨® Zidane. LaLiga nunca fue un simple apeadero para el t¨¦cnico franc¨¦s, entusiasta seguidor del torneo dom¨¦stico. Fervor que parece haber contagiado a sus jugadores. En Valencia, ante un Levante bizarro como siempre, el Madrid le puso tes¨®n desde Sergio Ramos a Hazard.

Hasta el bajonazo final, el capit¨¢n madridista y Varane secaron a Roger y Borja Mayoral, los pu?ales de Paco L¨®pez. Un problema despejado. El Levante funciona mejor cuando ataca que cuando defiende. Aplacados sus arietes, todos encontraron a Hazard, amenaza constante para los granota. A la llamada del belga por el costado izquierdo acud¨ªan Kroos y Marcelo, y tambi¨¦n era puntual Benzema. A Hazard, vivificante pese a su reciente reaparici¨®n, no siempre le convienen tantos socios. Entonces, los espacios se reducen en su sector y el hombre se ve obligado a esquivar camaradas y rivales. Con todo, fue el exfutbolista del Chelsea el jugador troncal de la vanguardia visitante.

Al hilo de Hazard, antes del cuarto de hora Aitor ya hab¨ªa acentuado la estad¨ªstica que le distingue: no hay portero con m¨¢s tajo en el campeonato. Los rivales suelen acribillar al meta granota, consecuencia de ser el primer atalayero de un conjunto m¨¢s cosido por delante que por detr¨¢s, donde esta jornada tuvo que echar el lazo al debutante Bruno.

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Lo mismo da el adversario. Rara vez tirita el Levante. No lo hizo tampoco contra el Madrid, pese a sufrir varias fases de acoso. Sin Rochina, solo Campa?a era un refugio para los de Paco L¨®pez, necesitados de alguna dosis de bal¨®n para sacudirse al Real. Al no ganar sus asaltos Roger y Borja Mayoral, el Levante no ten¨ªa otro desahogo que Campa?a o el macedonio Bardhi, futbolistas zalameros con la pelota. En Orriols, hasta la angustia final, no compareci¨® el Madrid pedestre y abus¨®n con el juego a¨¦reo de la jornada anterior frente al Celta. Por Valencia pas¨® un Real mucho mejor articulado, con mayor repertorio. Lo que debiera ser habitual si la pelota transita por los pies de Kroos, Marcelo, Isco, Modric, Hazard, Benzema...

Un cante de Aitor en un sencillo despeje de pu?os estuvo a punto de cazarlo Casemiro. M¨¢s fino estuvo el portero local en dos duelos esgrimistas con Benzema y Hazard, a los que le falt¨® lo mismo que al Madrid: colmillo. En periodo de sequ¨ªa Benzema, el Real Madrid precisa de un consorcio para dar con el gol. No lo encontr¨® en Orriols, donde tuvo f¨²tbol, pero no mazo pese a sus oleadas sobre la meta granota. Ni siquiera ante un rival obligado a resistir en su rancho, faceta para la que no est¨¢ armado. Solo llegado el segundo acto, con el Madrid ya m¨¢s desatado, Morales ¡ªsuplente en los ¨²ltimos tiempos¡ª y sus soldados comenzaron a gotear una contra tras otra.

Por entonces se lesion¨® Hazard, que se fue con una cojera inquietante para los blancos. Casualidad o no, ido el belga se desplom¨® el Madrid y se vino arriba el Levante, ya m¨¢s suelto para los contragolpes. Roger tuvo a Bardhi en la sala de espera del gol, pero le pudo el goleador carpanta que llevan dentro los arietes. El Levante ya no solo apretaba la mand¨ªbula delante de su portero Aitor. El equipo ya ten¨ªa horizontes con un Real Madrid m¨¢s aflojado con el paso de los minutos.

Tan arriba se fueron los azulgrana que Morales clav¨® el golazo de su vida y revent¨® a un Real que ya no despeg¨® con Vinicius, Lucas y Valverde, recursos finales de Zidane. En alerta roja, de nuevo emergi¨® ese Madrid rutinario sin otra vocaci¨®n que una catarata de centros al cielo sin miramiento alguno. Y sin enmienda, el Real Madrid se fue de Valencia azorado. Por lo sucedido en los ¨²ltimos retos ligueros y coperos y por lo que le espera justo en el momento m¨¢s vacilante.