Carlsen pierde tras una tarde dram¨¢tica
El campe¨®n tendr¨¢ que ganar el tercer duelo contra Nakamura para enfrentarse con D¨²bov en la final
Es imposible saber si el factor decisivo fue la resiliencia de Hikaru Nakamura o el gran infortunio de Magnus Carlsen. El hecho es que ambos tendr¨¢n que disputar un tercer duelo este s¨¢bado porque el estadounidense gan¨® (2,5-1,5) mientras el ruso Danil D¨²bov certificaba la baja forma del chino Liren Ding (2,5-0,5) y pasaba a la final del torneo r¨¢pido por internet Lindores Abbey, que se jugar¨¢ a partir del lunes.
Con su franqueza habitual, Nakamura dio una jugosa entrevista a los comentaristas de Chess24 dos minutos despu¨¦s de tumbar al campe¨®n: ¡°Cuando pierdes como yo ayer [por el jueves, 0-3], porque tu rival ha sido claramente superior, lo que debes hacer es evadirte del ajedrez, quitar de tu mente todo sentimiento negativo y mantenerte relajado y tranquilo. Es lo que hice, y ha funcionado. Es verdad que hoy Magnus ha desenfundado ideas muy peligrosas en las aperturas, pero yo me siento muy orgulloso de c¨®mo he navegado en aguas tan peligrosas¡±. Y confirm¨® lo que muchos creen: ¡°El ganador de nuestro duelo ser¨¢ el claro favorito en la final¡±.
El primer asalto de ambos duelos fue de tal intensidad que los organizadores quiz¨¢ tendr¨ªan que haber recomendado la desconexi¨®n de los aficionados cardiacos. Las dos partidas hubieran sido impensables en otro siglo, porque ilustran muy bien la enorme influencia de las mejores computadoras de ajedrez en el estilo de los jugadores de ¨¦lite. Mientras D¨²bov inmortalizaba con negras a Ding en solo 21 movimientos, Carlsen, tambi¨¦n con negras, sacrificaba una pieza por dos peones en plena apertura, e introduc¨ªa a continuaci¨®n una novedad que le daba mucho ataque.
Pero ten¨ªa una pieza menos, lo que le obligaba a ser muy preciso. La tensi¨®n era enorme, tanto en el tablero como en los rostros de los dos gladiadores mentales. Y la emoci¨®n desemboc¨® en tragedia para el noruego, a quien le tocaba jugar en una posici¨®n donde pod¨ªa forzar el empate por jaque continuo. En realidad, desde el punto de vista cient¨ªfico, ten¨ªa ventaja ganadora, pero aprovecharla implicaba ver una jugada dificil¨ªsima, incluso para el multicampe¨®n del mundo. Tras una larga reflexi¨®n, el escandinavo rechaz¨® las tablas y se meti¨® en una l¨ªnea que estim¨® ganadora, pero que le llevaba a la derrota de inmediato. Es decir, su revolucionaria idea de apertura hab¨ªa triunfado desde un punto de vista acad¨¦mico, pero se hab¨ªa convertido en un cero en el marcador.
Su tarde negra apenas hab¨ªa empezado. En el segundo asalto sali¨® a deg¨¹ello con blancas, pero sin precisi¨®n, y qued¨® algo peor. Sin embargo, Nakamura no lo aprovech¨® y Carlsen pas¨® a estar mejor. Mientras tanto, D¨²bov se atrev¨ªa a jugar con blancas la Apertura Catalana frente al mayor experto del mundo en ese esquema. Hubo un momento en que ambas posiciones eran complej¨ªsimas, de esas que las m¨¢quinas suelen evaluar como equilibradas porque no entienden nada de lo que pasa, y pod¨ªa afirmarse que los cuatro estaban perdidos.
Poco a poco, Carlsen logr¨® ventaja, no muy grande pero clara. Y entonces cometi¨® un error al mover el rat¨®n, y la torre que ¨¦l deseaba llevar a d7 se le qued¨® en d2. Eso le oblig¨® a hacer tablas, lo que produjo el semblante de mayor irritaci¨®n del noruego que el autor de esta cr¨®nica ha visto desde que lo conoce, cuando el actual campe¨®n era un adolescente muy prometedor.
Era una de esas situaciones que ponen a prueba a las grandes estrellas del deporte. Carlsen opt¨® por la estrategia m¨¢s sensata ante un rival tan peligroso como Nakamura: salir descaradamente a hacer tablas con negras en la tercera partida e intentar ganar la cuarta para forzar la muerte s¨²bita. No tuvo problema para cumplir con la primera parte del plan, pero fall¨® despu¨¦s en el intento de lograr una ventaja posicional permanente, porque el estadounidense resisti¨® muy bien cada intento de su rival.
Mientras todo eso ocurr¨ªa, en el otro enfrentamiento qued¨® fuera de cualquier duda que Ding sigue en crisis, lo que resulta un factor decisivo ante un adversario tan inspirado, creativo y punzante como D¨²bov, quien, sin embargo, omiti¨® un golpe ganador en la jugada 19 del tercer asalto, aunque logr¨® hacer tablas sin sufrir. Luego, en la entrevista con Chess24, desvel¨® su estrategia contra el chino: ¡°Evitar las partidas largas, en las que ¨¦l es muy peligroso cuando maniobra para explotar peque?as ventajas¡±. Y tambi¨¦n su preferencia para la final: ¡°Quiero jugar con Carlsen, porque es el mejor¡±.
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