Pochettino hace cumbre
Trabajador, meticuloso, competitivo. As¨ª es el entrenador argentino, que tendr¨¢ que meterle un bistur¨ª suave como una pluma al PSG
El nacimiento. El entrenador inici¨® su carrera el mismo d¨ªa que el futbolista. Porque Mauricio Pochettino comenz¨® a jugar en Newell¡¯s a las ¨®rdenes de Marcelo Bielsa y eso implica una laboriosidad de hormiga y una atenci¨®n profesoral. Con Bielsa el f¨²tbol se medita, estudia y ensaya antes de jugarse. M¨¢s adelante, su carrera de central que marcaba fuerte y se equivocaba poco alcanz¨® la plenitud en el PSG y en la selecci¨®n argentina. Al final de su carrera, el entrenador que quer¨ªa ser se encontr¨® con la generosidad pedag¨®gica de Xabier Azkargorta, que en interminables charlas le devolv¨ªa paredes conceptuales analizando hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del f¨²tbol. Dibujaban sistemas y se inventaban problemas a los que buscaban soluciones. Siendo sinceros: dos locos divagando. Pero los obsesivos dan buenos resultados en el intenso mundo del f¨²tbol y Pochettino se lanz¨® sin salvavidas a rescatar a un Espanyol que se estaba hundiendo. Corr¨ªa el a?o 2009 y nac¨ªa el entrenador.
El desarrollo. Un tipo discreto, que privilegia las relaciones humanas y odia el exhibicionismo porque cree que los ¨²nicos que merecen ocupar el centro del escenario son los jugadores. Su f¨²tbol aspira al protagonismo, pero no est¨¢ atado ni a un sistema ni a un estilo. Su inteligencia flexible est¨¢ abierta a cualquier soluci¨®n con la que su equipo se sienta c¨®modo y sus rivales, inc¨®modos. Eso s¨ª, en su credo el coraje siempre es mejor, porque es un tipo valiente. Conquist¨® Inglaterra desde el Southampton, donde lleg¨® sin saber una palabra de ingl¨¦s y descubri¨® a j¨®venes que enriquecieron a la selecci¨®n inglesa. M¨¢s tarde llev¨® al Tottenham al lugar m¨¢s alto de su historia. Como antepone los valores institucionales a cualquier otra cuesti¨®n, si el Tottenham decide construir un estadio en lugar de comprar jugadores, se adapta y alcanza una final de Champions. Si luego lo echan por no llenar las expectativas que ¨¦l mismo cre¨®, se va sin abrir la boca.
El campo base. Leal a su equipo de colaboradores, trabajador, meticuloso, competitivo, atento a la cantera, emp¨¢tico en las relaciones personales. As¨ª es Mauricio Pochettino, que tendr¨¢ que meterle un bistur¨ª suave como una pluma al PSG, para la cirug¨ªa que necesitan sus grandes figuras. Lo har¨¢ con la naturalidad del sentido com¨²n y sin prisa, pero cuando dentro de un tiempo miremos en perspectiva, se habr¨¢ llevado a cabo una revoluci¨®n. Siempre ha sabido activar las fibras nerviosas de sus equipos, asegurando la entrega de sus jugadores. Siempre ha sabido tocar las teclas justas, encontrando una base estable en sus equipos. Siempre ha sabido confiar en los j¨®venes, refrescando el comportamiento competitivo. El PSG no se parece a ninguno de sus ¡°siempres¡±, pero por donde Mauricio ha pasado, ha sabido crecer a la altura del desaf¨ªo.
La cima. Pochettino est¨¢ acostumbrado a cargar piedras grandes y pesadas para subirlas a la cima de la monta?a. Como el PSG es uno de los picos m¨¢s altos del f¨²tbol mundial, tocar cumbre ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Mauricio lo sabe bien porque lleva a?os mirando hacia arriba y so?ando con este momento. No tiene que preguntar lo que debe hacer para triunfar porque la respuesta la sabemos desde que Catar puso su inter¨¦s y su prestigio en el club franc¨¦s: ganar. ?Qu¨¦? En principio, todo. Porque el PSG es de esos clubes que a las derrotas le llaman crisis y el arte de sobrevivirlas es parte de lo que le exigen al entrenador. Ser¨¢ el precio a pagar por el sue?o cumplido. El premio, si todo va bien, es muy grande. Perdiendo o ganando, al d¨ªa siguiente encontrar¨¢n a Pochettino trabajando para encontrarle la vuelta al pr¨®ximo partido. Mirando hacia adelante, que es donde habitan los sue?os y los desaf¨ªos.
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