Vinicius adelanta por el arc¨¦n
Con menos recursos y m¨¢s determinaci¨®n, el brasile?o se ha situado por delante de Asensio
Dos mundos.
Esta semana, la Copa del Rey fue contraprogramada por esa insoportable pantomima que es The Best. El contraste es tremendo: si en The Best el atractivo es ver la consagraci¨®n del jugador por encima del equipo, la baza de la Copa del Rey es que un equipo chico elimine a un grande. Los peque?os tocan el cielo y los grandes sufren 48 horas, que es, m¨¢s o menos, lo que dura un titular ingenioso y humillante. Pero es en The Best, o en la Superliga que viene, donde est¨¢ el esplendor en la hierba y el f¨²tbol corre el peligro de desclasarse definitivamente. La insaciable industria apunta a audiencias millonarias y avasalla con sus promesas econ¨®micas. En el futuro, el f¨²tbol algo deste?ido de la Copa del Rey no ser¨¢ m¨¢s que un premio de consolaci¨®n para los clubes que queden fuera de la ¨¦lite. Y una limosna para rom¨¢nticos.
Una palabra.
El f¨²tbol es infinito, pero cada cierto tiempo elegimos una palabra para encerrar su complejidad. Hace un tiempo fue la palabra ¡°actitud¡±, luego le lleg¨® el turno a ¡°intensidad¡± y ahora se trata de ¡°competir¡±. Se puede perder cuatro a cero, pero si el equipo compiti¨®, no cabe hacer ning¨²n reproche. Y el Madrid, por fin, compite. En una semana pasaron de defender un resultado corto en Sevilla con gran actitud a pasarle por arriba al Borussia con mucha intensidad y a competir con el Atl¨¦tico con una madurez de campe¨®n. Lo hizo con una alineaci¨®n estable y apoy¨¢ndose en ilustres veteranos como Ramos (que como El Cid terminar¨¢ ganando batallas hasta muerto), Kroos y Modric (con sus batutas de directores de orquesta), y Benzema (con su elegante varita m¨¢gica). Si hay que resumirlo en una palabra, solo puede ser ¡°f¨²tbol¡±.
Decidirse: ¨²ltimo aviso.
Los t¨ªmidos, aunque sean cracks potenciales, le tienen miedo a la porter¨ªa. Se van por las ramas con mucho estilo y se vuelven insustanciales. Pisan la pelota, levantan la cabeza y tocan para un costado. Siento decirles que para el alto nivel eso no alcanza. De Trinc?o, por ejemplo, espero un gran gol en cualquier momento, pero se le ve hasta en la cara que es una duda andante. Lo de Asensio es a¨²n peor porque de ¨¦l lo esperamos todo. Cumpli¨® esta semana 24 a?os y entra en una etapa de definici¨®n de su carrera armado de sobradas condiciones: velocidad f¨ªsica, mental y t¨¦cnica; creatividad, control, regate, pase, tiro¡ Pero esas no son m¨¢s que herramientas a las que hay que dotar de decisi¨®n para hacerlas desequilibrantes. No la decisi¨®n de jugar los partidos haciendo siempre lo correcto para no equivocarse, sino la de ganarlos asumiendo riesgos. Como Vinicius, que, con menos recursos y m¨¢s determinaci¨®n, lo est¨¢ adelantando por el arc¨¦n.
Inacabable Pedri.
Otro que no duda es Pedri, en su caso porque no tiene tiempo. Me encanta analizar a fondo a los jugadores j¨®venes con un f¨²tbol atractivo, pero a Pedri a¨²n no lo desentra?¨¦ porque tiene cosas de distinto signo. Es un canario con un alem¨¢n dentro. Tiene la t¨¦cnica y la cadencia propia de los jugadores de las islas, pero un despliegue incansable. As¨ª las cosas, estamos ante un caballo de paseo y de batalla, con un f¨ªsico en apariencia fr¨¢gil pero una cabeza gran¨ªtica. Puede deslumbrar en el ¨¢rea contraria con un regate el¨¦ctrico o un pase exquisito y, a la jugada siguiente, puede conmovernos al pegarse un golpe contra el palo de su porter¨ªa para salvar un gol en una jugada ag¨®nica. Entre las dos ¨¢reas hay un campo de f¨²tbol que Pedri pisa de punta a punta con la autoridad de un explorador, el desparpajo de un ni?o y la autoridad de un jugadorazo. Espero no desentra?arlo nunca.
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