La fe de Weissman ahonda la frustraci¨®n del Getafe
El Valladolid adelanta en la tabla a los de Bordal¨¢s, que solo han ganado uno de sus ¨²ltimos 11 partidos y no vencen en el Coliseum desde octubre
Tres. Tres balones decentes ha recibido Weissman en lo que va de torneo y tres goles lleva el hebreo. Las tres veces los celebr¨® cruz¨¢ndose de brazos, como si marcar fuese un juego de ni?os. La vida de un delantero del Real Valladolid puede llegar a ser un verdadero bodrio, capaz de desanimar al m¨¢s voluntarioso hasta que, por fin, vislumbra la pelota. Pero el israel¨ª sabe lo que hace. El contraataque conducido por Kike por la izquierda le permiti¨® apreciar que Cabaco y Djen¨¦ daban un paso en la tumba de un central: perder de vista al ariete. El israel¨ª les gan¨® la espalda con la agilidad de un carterista en el Metro y cuando le lleg¨® el esf¨¦rico lo cruz¨® tranquilamente en el minuto 36. El Valladolid adelanta en la tabla a los de Bordal¨¢s, que solo han ganado uno de sus ¨²ltimos 11 partidos y no vencen en el Coliseum desde octubre.
La cara de Bordal¨¢s era un poema, pero no de amor. Su Getafe se caracteriza por la intensidad, por los arreones, por ese mal llamado otro f¨²tbol que tantos critican pero que en el fondo les gustar¨ªa adoptar porque suele conducir a la victoria. Por eso resulta incomprensible que en esa filosof¨ªa el ¨²nico ataque visitante se traduzca en diana merced a un desorden t¨¢ctico que a un entrenador que se precie le da dolor de cabeza. El tanto visitante fue de lo poco rese?able de la primera mitad, con los azulones muy imprecisos en sus acercamientos a Masip, que bloc¨® c¨®modo las intentonas est¨¦riles de los locales. C¨®mo a?oran el ambiente en los estadios, tanto el apoyo de casa como el hostigamiento a domicilio, que les excita en ese estilo que tan bien les funcionaba, en pasado, antes de este nuevo f¨²tbol fr¨ªo y desalmado.
El segundo tiempo arrib¨® con lo esperado: el Getafe arriba y el Pucela a buscarse las habichuelas a la contra. Casi logr¨® una buena cazuela pero Y¨¢?ez se interpuso en el disparo de Jota con un parad¨®n que mezcl¨® virtudes y fe. El guion estaba claro. Quedaba por saber el desempe?o. Los minutos pasaban sin que los del Coliseum apretaran e hicieran sufrir al equipo que va ganando, una m¨¢xima que tanto ha condenado a los de Sergio. La frustraci¨®n getafense, que se aproximaban a la sexta cita sin triunfar en su feudo, aumentaba mientras los pucelanos, inusitadamente c¨®modos, se defend¨ªan de la mejor manera: atacando y sin protegerse en demas¨ªa. Timor, exblanquivioleta, asust¨® con una falta que roz¨® el travesa?o y con otra que repeli¨® Masip en el 87. El silbido final decret¨® un 0-1 sobre el Getafe, pagado con su propia moneda por un Valladolid que respira y adelanta al cuadro azul¨®n, que tras catar las mieles de Europa ahora mira demasiado de cerca el descenso.
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