La gran sorpresa de Nirmal Purja
El himalayista, que sum¨® los 14 ochomiles en seis meses, no us¨® ox¨ªgeno artificial en la conquista del K2 invernal, hito que da m¨¢s valor a su ascensi¨®n
La conquista del K2, en el verano de 1954, como ahora su primera invernal, tambi¨¦n conoci¨® un episodio relacionado con el uso de ox¨ªgeno embotellado. Una enorme expedici¨®n italiana plant¨® en su cima a Lino Lacedelli y Achile Compagnoni, dos que juraron y perjuraron que no emplearon ox¨ªgeno artificial para firmar la primera ascensi¨®n de la segunda monta?a m¨¢s elevada del planeta (8.611 metros). Entonces, ning¨²n c¨®digo ¨¦tico exig¨ªa a los alpinistas prescindir de las preciadas bombonas, y menos para circular a 8.600 metros. Pero ambos mintieron (?por vanidad?) y tardaron d¨¦cadas en reconocerlo. Un a?o antes, en 1953, Edmund Hillary se neg¨® a pisar la cumbre del Everest cuando su compa?ero nepal¨ª, Tenzing Norgay, quiso cederle el honor de la conquista. ¡°Est¨¢s en tu casa, has de ser el primero¡±, razon¨® Hillary.
La foto de cima muestra a Norgay sujetando un piolet con dos banderas: la de Nepal y la del Reino Unido, una imagen muy similar a la que acaba de colgar en sus redes sociales Nirmal Purja, uno de los 10 nepal¨ªes que firm¨® el pasado s¨¢bado la primera cima invernal del K2 y el ¨²nico que no pertenece a la etnia sherpa. Su pasado en el ej¨¦rcito brit¨¢nico como soldado Gurkha de las fuerzas especiales explica la exhibici¨®n de ambas ense?as. El uso de ox¨ªgeno embotellado vuelve a estar de actualidad en el K2, y si sorprendente fue que los italianos asegurasen no haberlo empleado, igualmente inesperado ha sido el anuncio de que hubo un miembro del equipo, el propio Nirmal Purja, que ascendi¨® sin asistencia embotellada. No hay motivos para no creerle, y muchos para quitarse el sombrero ante el alpinista que ya coleccion¨® las 14 cimas m¨¢s altas del mundo en poco m¨¢s de seis meses.
Puede que se genere un debate acerca de matices de tipo ¨¦tico: sus compa?eros le abrieron la huella y colocaron las cuerdas fijas, su equipo le hubiese asistido en caso de apuro, una cordada de dos y sin ox¨ªgeno embotellado podr¨ªa haber firmado una ascensi¨®n a¨²n m¨¢s limpia y meritoria¡ pero nada de esto rebaja la gesti¨®n feroz, eficaz y bella de un equipo de 10 que alcanz¨® la cima de la mano. ¡°No tenemos nada que ense?arles y ser¨ªa bueno que aprendi¨¦semos algo de ellos, sobre todo si consideramos lo mal que el occidental les ha tratado¡±, resume Alberto I?urrategi, uno que sabe lo que supone escalar los 14 ochomiles.
Nirmal Purja asegura que tomar la decisi¨®n de prescindir del ox¨ªgeno embotellado fue una tarea compleja: ¡°Reconozco que siempre hab¨ªa usado ox¨ªgeno artificial por encima de los 8.000 metros, pero sab¨ªa que hasta esa altura mi organismo funciona muy bien, as¨ª que ten¨ªa razones poderosas para creer en m¨ª. Sin embargo, la m¨¢xima altura a la que pude dormir fue 6.600 metros, y eso es poco en t¨¦rminos de aclimataci¨®n, as¨ª que no lo ten¨ªa claro y tem¨ªa ralentizar al resto del equipo y ponerles en peligro. La seguridad de mi equipo siempre ha sido mi m¨¢xima prioridad y de hecho nadie, en 20 expediciones, ha sufrido da?o alguno. Personalmente no me preocupa el debate sobre los medios para subir una monta?a, sobre qu¨¦ es ¨¦tico y qu¨¦ no. La naturaleza y la monta?a son de todos: ?sigue tu propia llamada!¡±.
El discurso de Nirmal, sin ser err¨®neo, obvia demasiado f¨¢cilmente d¨¦cadas de historia del alpinismo: los medios escogidos a la hora de encarar una monta?a s¨ª que importan en el mundo del alpinismo porque definen el valor real de la empresa en cuestiones t¨¦cnicas y de compromiso. No es lo mismo alcanzar una cima en telef¨¦rico que hacerlo a pie, y a partir de este ejemplo grosero resulta sencillo entender que en el siglo XXI ciertos alpinistas se nieguen a escalar como anta?o y prefieran caminos de dificultad, exploraci¨®n e incertidumbre m¨¢xima para conducir el juego del alpinismo hasta altares impensables.
Con todo, nadie niega el enorme valor de lo logrado por el equipo de Nepal en el K2 invernal. ¡°Ahora los que deseen intentar en cordada el K2 invernal tendr¨¢n menos presi¨®n¡±, opina Simone Moro, el italiano que resucit¨® en 2005 el abandonado gusto por los ochomiles invernales y que cuenta con primeras ascensiones al Shisha Pangma, Makalu, Gasherbrum II y Nanga Parbat.
Una trayectoria at¨ªpica
El mundo del monta?ismo celebra especialmente la emancipaci¨®n definitiva del himalayismo de Nepal. Un vistazo al curr¨ªculo de los 10 nepal¨ªes que acaban de conquistar el K2 invernal es sencillamente abrumador, y entre ellos figura un gu¨ªa formado en Europa, Mingma G, y que acredita la credencial de la UIAGM, la titulaci¨®n de referencia. No deja de llamar la atenci¨®n la at¨ªpica trayectoria de monta?a de Nirmal Purja: la primera vez que se calz¨® unos crampones fue en 2012, un lapso de tiempo exiguo si se compara con la filosof¨ªa europea que considera que el aprendizaje de la monta?a se inicia al poco de abandonar la cuna.
Purja no necesita, en cambio, lecciones de log¨ªstica y estrategia: la capacidad de su equipo para superar con ¨¦xito los retos en las monta?as m¨¢s elevadas del planeta tiene algo de sobrenatural, ya que no se le conoce renuncia alguna. Sin embargo, su paso voraz por los ochomiles sirve para arruinar el aura de un escenario al que el paso del tiempo nunca acaba de sentarle mal.
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