El positivo de un empleado de un hotel pone en jaque al Open de Australia

A cinco d¨ªas del arranque del Open de Australia, el positivo de un empleado de uno de los tres hoteles en los que se han alojado los tenistas y trabajadores del torneo durante la cuarentena ha disparado las alarmas en Melbourne. En concreto, hasta 600 personas ser¨¢n aisladas y tendr¨¢n que pasar las pruebas de rigor con el objetivo de detectar otros posibles contagios, por lo que los eventos de tenis que se celebran esta semana en la ciudad quedan en el aire y la situaci¨®n a expensas de los resultados de los test, as¨ª como de la decisi¨®n de las autoridades australianas.

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El Open de Australia, o un polvor¨ªn cerca de estallar

A las 22.30 de este mi¨¦rcoles, hora local, el primer ministro del pa¨ªs, Daniel Andrews, ofreci¨® una rueda de prensa en la que comunic¨® el positivo del empleado del Grand Hyatt. Al parecer, esta persona, de 26 a?os, trabaj¨® por ¨²ltima vez en el hotel el pasado d¨ªa 29 y el resultado de la PCR fue negativo, pero en los d¨ªas posteriores comenz¨® a presentar s¨ªntomas y el d¨ªa 2 se someti¨® a otra exploraci¨®n nasal que destap¨® el positivo, comunicado este mi¨¦rcoles. L¨®gicamente, podr¨ªa haber estado en contacto con aquellos que se alojaban en el hotel.

Caso de, por ejemplo, Roberto Bautista, Pablo Carre?o o Carlos Alcaraz; tambi¨¦n de Garbi?e Muguruza. Los dos primeros est¨¢n disputando la ATP Cup (un Mundial masculinol por equipos) y este jueves deber¨ªan medirse con Grecia en la segunda jornada, mientras el joven murciano ha alcanzado los octavos del Great Ocean Road Open y la hispanovenezolana hab¨ªa progresado en otro torneo preparatorio, el Yarra Valley Classic. Ninguno de ellos, sin embargo podr¨¢n saltar a la pista puesto que la Federaci¨®n Australiana (Tennis Australia) anunci¨® la cancelaci¨®n de todos los eventos del d¨ªa y el pa¨ªs la aplicaci¨®n inmediata del protocolo.

De momento, tanto los jugadores como los trabajadores del torneo tendr¨¢n que estar aislados. ¡°Se consideran contactos casuales. Deben aislarse inmediatamente y hacerse la prueba¡±, asegur¨® Andrews. ¡°En este punto, no hay un impacto en el torneo, propiamente dicho¡±, contest¨® el ministro cuando se le plante¨® la posibilidad de que se suspenda el Open, que comienza el d¨ªa 8. ¡°El torneo es importante para nosotros, pero el problema es mucho m¨¢s amplio, se trata de una cuesti¨®n de seguridad y salud p¨²blicas. Tenemos que asumir que esta persona ha infectado a otras¡±, prolong¨®.

Ahora, las autoridades de Victoria, el estado en el que se localiza Melbourne, volver¨¢n a endurecer las medidas de restricci¨®n tras una secuencia de 28 d¨ªas de transmisi¨®n nula. Queda por saber, en cualquier caso, c¨®mo actuar¨¢ el Gobierno australiano, ya que de aplicar a rajatabla el protocolo las personas (tenistas y trabajadores) que hayan estado en contacto cercano con este ¨²ltimo positivo deber¨ªan hacer otra cuarentena de 14 d¨ªas. Hasta ahora, Australia ha sido inflexible en la lucha contra el coronavirus y las cifras reflejan el ¨¦xito del procedimiento. Desde el inicio de la pandemia, el pa¨ªs oce¨¢nico ha registrado 28.829 casos y 909 fallecidos.

Advertencia al planeta deportivo

La luz roja activada este jueves y las posibles consecuencias de la noticia suponen un martillazo para el deporte mundial. Al fin y al cabo, el Open de Australia es el primer gran evento transversal que se celebra este a?o ol¨ªmpico y la complejidad log¨ªstico-sanitaria que requiere supone un espejo en el que mirarse para otros acontecimientos y citas de mayor magnitud. El recelo envuelve a los Juegos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto) y hace dos semanas, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) sali¨® al paso para desmentir una informaci¨®n del diario brit¨¢nico The Times, asegurando que los celebrar¨¢ s¨ª o s¨ª. Del mismo modo, este verano tambi¨¦n luce en el cartel deportivo la Eurocopa masculina de f¨²tbol (del 11 al 11 de junio), que a priori transcurrir¨¢ con formato multisede: 12 sedes de 12 pa¨ªses diferentes.

Alrededor de 1.200 personas, entre ¨¢rbitros, jugadores y miembros de los cuerpos t¨¦cnicos y los equipos, aterrizaron en suelo australiano entre el 14 y el 15 de enero para poder participar en el Open de Australia, que se retras¨® tres semanas con el fin de facilitar su celebraci¨®n. En tres de los 17 vuelos que flet¨® la organizaci¨®n, dirigida por Craig Tiley, se detectaron casos positivos, aunque ninguno de ellos directamente de un tenista; no obstante, salt¨® el de la la espa?ola Paula Badosa el d¨ªa 21, y los que viajaban en esos aviones tuvieron que completar un estricto encierro de 15 d¨ªas. Mientras, el resto dispon¨ªa de cinco horas diarias para poder entrenarse en el exterior, tanto en la burbuja de Melbourne como en la de Adelaida. Esta ¨²ltima m¨¢s laxa, reservada a las figuras y sus acompa?antes.

Precisamente, hace seis d¨ªas se celebr¨® en este segundo emplazamiento una exhibici¨®n en la que la que la presencia de 4.000 espectadores en las gradas, sin distancia ni mascarillas, capt¨® la atenci¨®n del mundo. Por all¨ª desfilaron los Nadal, Djokovic, Thiem, Barty, Halep o Serena Williams. Reunidos ya todos en Melbourne, atienden ahora a los acontecimientos porque el postivo del empleado del Hyatt puede deshacer todo el castillo de naipes.