El Open de Australia, o un polvor¨ªn cerca de estallar
El encierro total de 72 tenistas pese a no registrarse ning¨²n contagio, los agravios entre las dos burbujas y la desigualdad en Melbourne perturban la celebraci¨®n del torneo ante la inflexibilidad gubernamental
A mediados de diciembre, Craig Tiley, un tipo serio, discreto y elogiado siempre por su buen hacer al volante del Open de Australia, anunciaba orgulloso que hab¨ªa alcanzado un acuerdo con el Gobierno de su pa¨ªs para que pudiera celebrarse el primer major de la temporada, con la salvedad de que el inicio se retrasar¨ªa tres semanas y finalmente transcurrir¨ªa del 8 al 21 de febrero. Todo eran loas y alabanzas para el mod¨¦lico Tiley, cuyo esfuerzo era aplaudido por tenistas y profesionales hasta que en los ¨²ltimos d¨ªas han ido produci¨¦ndose varios giros de los acontecimientos que han dibujado un nuevo escenario muy alejado de lo prometido. As¨ª lo denuncian la gran mayor¨ªa de los tenistas que han viajado a las Ant¨ªpodas, ahora de u?as con ¨¦l y el gran torneo australiano, transformado a estas horas en un polvor¨ªn con sede en Melbourne.
Todos ellos sab¨ªan de las exigencias para poder participar; en esencia, una rigurosa cuarentena nada m¨¢s aterrizar all¨ª y el exhaustivo control diario ¡ªcon una concesi¨®n de cinco horas para ir a entrenar¡ª al que ser¨ªan sometidos a lo largo de su estancia. Tambi¨¦n conoc¨ªan que unos poqu¨ªsimos privilegiados ¡ªlos tres primeros del ranking masculino y femenino y sus acompa?antes, as¨ª como la excepci¨®n de las hermanas Williams por motivos de salud¡ª disfrutar¨ªan de una burbuja bastante m¨¢s laxa en Adelaida, bajo el pretexto (cosm¨¦tico pretexto) de que ofrecer¨¢n una exhibici¨®n entre el 29 y el 30 de este mes. Sin embargo, la detecci¨®n de varios positivos por covid-19 en tres vuelos procedentes de Abu Dhabi, Doha y Los ?ngeles, en los que se desplazaba un nutrido bloque de tenistas, ha hecho que la organizaci¨®n decreto un encierro total para 72 jugadores.
Pese a que ninguno de los tenistas diera positivo, todos deber¨¢n permanecer dos semanas completamente aislados en las habitaciones de su hotel, con el consiguiente perjuicio en la preparaci¨®n y en contra de lo que se hab¨ªa pactado inicialmente con Tiley. Seg¨²n transmiten los profesionales, lo acordado era que esta medida solo afectar¨ªa a aquellos que estuvieran en el sector del avi¨®n en el que se detectaron a los contagiados, pero la organizaci¨®n se ha mostrado implacable y no pretende moverse un ¨¢pice de su posici¨®n. Entre los afectados se encuentran los espa?oles Paula Badosa, Carlos Alcaraz y Mario Vilella, as¨ª como jugadores de renombre como Victoria Azarenka (doble campeona del evento), Angelique Kerber o Kei Nishikori, o la ganadora del a?o pasado, la estadounidense Sofia Kenin.
Tennis stars are showing how they're being forced to train in their hotel rooms while in quarantine ahead of the #AusOpen.
— Sky News (@SkyNews) January 18, 2021
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Los involucrados se quejan de que la decisi¨®n les impide entrenarse y de que tampoco podr¨¢n participar en las citas previas al Grand Slam, y de que b¨¢sicamente supone una locura estar enclaustrados durante 14 d¨ªas y salir directamente a competir en un torneo de tanta exigencia como el Open de Australia, en el que la aclimataci¨®n es m¨¢s fundamental si cabe tanto por el trastorno horario como por el brusco cambio de temperatura. ¡°Estar as¨ª es una tortura¡±, lament¨® la ucraniana Marta Kostyuk en las redes sociales. ¡°Semanas y semanas trabajando duro para que se desperdicie todo por un positivo en un avi¨®n. Es de locos...¡±, protest¨® la francesa Alice Cornet. ¡°Lo que no entiendo es por qu¨¦ nadie nos dijera nada antes de venir aqu¨ª, porque me lo hubiera pensado dos veces¡±, les sigui¨® Yulia Putintseva.
Los tenistas pasan las horas en las habitaciones y se preparan como pueden. Unos tiran del buen humor y otros se entretienen con series; enfadados todos, en cualquier caso, con los agravios por parte de la organizaci¨®n. Mientras a unos se les ha proporcionado bicis est¨¢ticas y cuerdas el¨¢sticas para entrenar ¡ªKerber se apresur¨® a borrar una imagen en la que un reflejo traicionero dejaba constancia de que hab¨ªa sido una de las agraciadas¡ª, otros no tienen todav¨ªa nada de material y no han podido acudir a Melbourne Park para pelotear, puesto que la direcci¨®n cancel¨® los entrenamientos los dos primeros d¨ªas alegando unos presuntos problemas con el transporte; no se han visto perjudicados, sin embargo, los cabezas de serie.
Este lunes, los tenistas afectados le transmitieron su malestar a Tiley a trav¨¦s de una videoconferencia y le solicitaron que rebaje el periodo de encierro. En el encuentro, el mandam¨¢s les dej¨® claro que el guion no variar¨¢ un solo pelo y que las autoridades del pa¨ªs no van a aflojar lo m¨¢s m¨ªnimo, as¨ª como que el evento se desarrollar¨¢ en la fecha se?alada, sin opci¨®n alguna de cambio.
Entrenamientos en ¨¦poca de confinamiento ?
— David (@DrefanHardy) January 18, 2021
? IG: Paula Badosa pic.twitter.com/HrjeedFDRb
Entretanto, en la burbuja feliz de Adelaida la historia es bien distinta. All¨ª, la cifra de acompa?antes es mayor ¡ªen Melbourne queda reducida a dos por equipo, y solo uno puede salir al exterior con el jugador¡ª e incluye familiares. Rafael Nadal guarda silencio y los presentes trabajan sin contratiempos, aunque a Novak Djokovic se le capt¨® sin mascarilla en el transporte oficial. Seg¨²n la web Punto de Break, el n¨²mero uno envi¨® un escrito a Tiley exigi¨¦ndole igualdad de condiciones, pero el grueso del pelot¨®n interpreta la maniobra del serbio como simple postureo. ¡°?Desde Adelaida?¡±, ironiz¨® Stan Wawrinka.
Nole reclam¨® que se suministrara material y se mejorara la comida, tambi¨¦n criticada; que se redujera el encierro, siempre y cuando los jugadores superasen los test pertinentes; que puedan visitar a su entrenador o su fisio, y que est¨¦n en la misma planta del hotel; y que, en la medida de lo posible, se permitiera a los jugadores alojarse en casas privadas con pistas para poder ejercitarse a diario. ¡°La gente es libre de presentar una lista de demandas, pero la respuesta es no¡±, resolvi¨® el jefe del Gobierno del estado de Victoria, Daniel Andrews.
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