Y por fin, tenis
El primer grande de la temporada despega en Melbourne tras muchas complicaciones y pol¨¦micas. Nadal busca superar a Federer y reinar en solitario, y Muguruza resarcirse de la final perdida en 2020
Han sido d¨ªas, un mes y medio si se rebobina hasta al anuncio de que se retrasar¨ªa tres semanas el inicio, de mucho ruido y poco tenis. En tiempos de pandemia manda el virus, y el pr¨®logo de este Open de Australia que ya carbura ha estado salpicado de geles, mascarillas, cuarentenas, positivos, falsos positivos, quejas, fricciones entre los propios jugadores y una ...
Han sido d¨ªas, un mes y medio si se rebobina hasta al anuncio de que se retrasar¨ªa tres semanas el inicio, de mucho ruido y poco tenis. En tiempos de pandemia manda el virus, y el pr¨®logo de este Open de Australia que ya carbura ha estado salpicado de geles, mascarillas, cuarentenas, positivos, falsos positivos, quejas, fricciones entre los propios jugadores y una alarma de ¨²ltima hora; tambi¨¦n de escenas ins¨®litas, con los profesionales encerrados entre cuatro paredes durante dos semanas y de una previa agotadora, partido va, partido viene en los cinco ¨²ltimos d¨ªas, sin la transici¨®n natural hacia todo grande. Todo prisas y encaje de bolillos para cuadrarlo todo.
Sin embargo, pese a todos los avatares y el interminable runr¨²n ¡ªhasta cierto punto comprensible, teniendo en cuenta lo que supone trasladar un circo de 1.200 personas procedentes de todos los rincones del mundo en este oscuro presente pand¨¦mico¡ª, el tenis ya est¨¢ aqu¨ª. Por fin.
Siguen Craig Tiley (el director del torneo) y su equipo en alerta, aplicando los cinco sentidos para no dejar el m¨¢s m¨ªnimo cabo suelto, pero de nuevo se vuelve a respirar un ambiente de competici¨®n. Ahora bien, con pap¨¢ Estado ¡ªAustralia ha sido ejemplar en la contenci¨®n del covid¡ª vigilando hasta el ¨²ltimo mil¨ªmetro de lo que acontece. Queda por ver c¨®mo responden a estas alturas los cuerpos y el instinto de los tenistas, que se han preparado a la carrera y sin la adaptaci¨®n adecuada para un escenario tan sinuoso como el de Melbourne, donde lo mismo caen cuarenta grados que llueve a mares; sobre todo, los de los 72 que fueron recluidos sin excepci¨®n durante 15 d¨ªas.
Las diferencias presentan un escenario insospechado y desequilibrado. La burbuja dise?ada por la organizaci¨®n plantea una lucha de clases, en tanto que unos (los que completaron la cuarentena en Adelaida, las figuras de ambos circuitos) han gozado de unos privilegios de los que ha carecido el resto (en Melbourne). Del mismo modo, los agravios se han extendido igualmente entre el grueso del pelot¨®n, con distinciones ¡ªturnos de entrenamientos, material e incluso en la superficie de las habitaciones¡ª entre los jugadores en funci¨®n de su ranking. En cualquier caso, toda la familia de la raqueta celebra que se celebre un Grand Slam que ha costado un mundo sacar adelante.
En estas llega el torneo, cargado de atractivos y con el ¨²nico pero, a nivel de cartel, de la ausencia de Roger Federer. El suizo no asiste, pero s¨ª lo hacen Rafael Nadal (20 majors, como el suizo) y Novak Djokovic (17), luego la gran carrera hist¨®rica de todos los tiempos vivir¨¢ otro cap¨ªtulo. Despu¨¦s de igualar el r¨¦cord hace cuatro meses en Par¨ªs, el mallorqu¨ªn tiene a tiro quedarse solo y, desde el punto de vista num¨¦rico, terminar con el debate de qui¨¦n es el m¨¢s fuerte mientras el de Basilea mima la rodilla derecha en el sof¨¢ de casa.
Eso s¨ª, tampoco est¨¢ del todo fino el balear, afectado por un ¨²ltimo contratiempo. Diez d¨ªas atr¨¢s, comenz¨® a dolerle la zona lumbar y pese a no haber jugado ning¨²n partido oficial previo (s¨ª una exhibici¨®n), dice que el problema a¨²n no se ha resuelto del todo y que siente molestias al sacar. ¡°Hab¨ªa hecho una pretemporada progresiva y las cosas estaban saliendo realmente bien. Llegu¨¦ aqu¨ª muy bien, pero despu¨¦s ha pasado esto y las buenas sensaciones se convirtieron en problemas¡±, explic¨® este domingo. ¡°No es un problema grave, porque me he hecho las pruebas pertinentes, pero no he mejorado todo lo que me gustar¨ªa y las sensaciones no son las ideales¡±, ahond¨®.
Nadal debutar¨¢ la pr¨®xima madrugada (hacia las 5.30, Eurosport) contra el serbio Laslo Djere (25 a?os, 56? de la ATP), el mismo d¨ªa que Garbi?e Muguruza, finalista el curso pasado en Melbourne, afrontar¨¢ su puesta de largo (1.00) ante la rusa Margarita Gasparyan (26/125?). ¡°Normalmente no se compite la semana anterior a un Grand Slam, pero yo me llevo muchas cosas positivas de esta semana. Voy a tratar de mantener este nivel e ir¨¦ partido a partido, no miro m¨¢s all¨¢¡±, declar¨® la hispanovenezolana despu¨¦s de caer (7-6(3) y 6-4) contra la n¨²mero uno, Ashleigh Barty, en la final de un torneo preparatorio, el Yarra Classic Valley.
La campeona de Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017) est¨¢ con chispa y ans¨ªa recuperar estatus de la mano de Conchita Mart¨ªnez. En el indescifrable cuadro del tenis femenino, est¨¢ a tiempo. Afortunadamente, podr¨¢ competir en Melbourne, lo que visto lo visto, no es poco.
LOS ALICIENTES DEL TORNEO AUSTRALIANO
Esta madrugada arranc¨® el torneo, que la pr¨®xima noche ofrecer¨¢ los estrenos de Nadal (Djere), Muguruza (Gaspayan) y Alcaraz (Van de Zandschulp) en la 1? ronda.
La pugna hist¨®rica. Ausente Federer (20 grandes), Nadal (20) puede asestar otro golpe y Djokovic (17) limar distancias en su terreno preferido.
El serbio, n¨²mero uno, ha ganado ocho ediciones; siete de las ¨²ltimas 10. Nadal es el ¨²nico espa?ol (hombre o mujer) que triunf¨® en la cita de Melbourne. Fue en 2009.
El r¨¦cord del torneo est¨¢ en manos de la australiana Margaret Court, que lo conquist¨® en 11 ocasiones.
Serena Williams tiene siete t¨ªtulos y, con 23 majors en sus vitrinas, aspira a igualar la plusmarca de Court (24). La ¨²ltima vez que triunf¨® en Melbourne fue en 2017, fecha de su ¨²ltimo gran ¨¦xito.
Estatismo frente a alternancia. Nadal, Federer y Djokovic se han hecho con 57 de los 68 ¨²ltimos grandes; como contraposici¨®n, el circuito femenino ha tenido 10 nuevas campeonas en los 18 ¨²ltimos Grand Slams.