Australia multiplica la se?al de alarma
El positivo de un empleado de un hotel pone en jaque el Open, primer ensayo log¨ªstico de un curso con Juegos y Eurocopa. Este jueves, la actividad est¨¢ suspendida y los tenistas se someter¨¢n a pruebas
Salt¨® la alarma a eso de las diez y media de la noche, hora local, cuando el primer ministro australiano, Daniel Andrews, comparec¨ªa para anunciar que los servicios sanitarios hab¨ªan detectado un nuevo positivo por covid. El hombre explicaba, con los m¨²sculos del rostro en tensi¨®n y las orejas rojas como dos tomates, que un empleado de uno de los tres hoteles en los que se hab¨ªan alojado los tenistas y trabajadores del Open de Australia durante la cuarentena que se exig¨ªa para acceder al pa¨ªs no hab¨ªa superado la prueba.
En consecuencia, luz roja en Melbourne, el marco que acoger¨¢, o as¨ª se pretende, el primer grande de la temporada del 8 (este pr¨®ximo lunes) al 21 de este mes. ¡°El torneo es importante para nosotros, pero el problema es mucho m¨¢s amplio, se trata de una cuesti¨®n de seguridad y salud p¨²blica. Tenemos que asumir que esta persona ha infectado a otras¡±, asum¨ªa Andrews, a la vez que decretaba el aislamiento inmediato de hasta 600 personas entre jugadores, oficiales y trabajadores del torneo que puedan haber estado en contacto con el var¨®n de 26 a?os que, involuntariamente, puede hacer que salte por los aires el plan. De momento, los afectados tendr¨¢n que someterse a pruebas y la federaci¨®n australiana (Tennis Australia) cancel¨® todos los eventos preparatorios programados para este jueves.
Es decir, en Melbourne Park se congelar¨¢ la actividad tras dos d¨ªas en los que los jugadores hab¨ªan ido calentando motores y el espect¨¢culo cogiendo forma. No se disputar¨¢ la jornada de la ATP Cup ni tampoco otros eventos, y el tenis estar¨¢ en vilo porque a falta de cuatro d¨ªas para el comienzo del major, el sobresalto y sus posibles consecuencias pueden echar por tierra el esfuerzo log¨ªstico hecho hasta ahora. Es, al fin y al cabo, toda una advertencia para el planeta deportivo, atrapado por unas circunstancias que suceden hoy en Australia pero que podr¨ªan reproducirse en cualquier otro rinc¨®n del globo, en un a?o en el que se mira permanentemente de reojo al verano.
Ah¨ª est¨¢ Tokio y sus Juegos (del 23 de julio al 8 de agosto), o la Eurocopa masculina de f¨²tbol (del 11 de junio al 11 de julio) y ese formato multisede (12 ciudades diferentes) que se antoja m¨¢s vulnerable si cabe a las trampas que va tendiendo el virus aqu¨ª y all¨¢. Los dirigentes del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) y del deporte mundial siguen los acontecimientos con el nudo en la garganta. Si ocurre esto en Australia, ejemplar en la contenci¨®n, ?qu¨¦ no puede suceder en otros sitios?
Hasta ahora, el pa¨ªs oce¨¢nico (con 25 millones de habitantes) ha registrado 28.829 casos y 909 fallecidos, a base de unas restricciones f¨¦rreas en sus fronteras y de la aplicaci¨®n a rajatabla en el protocolo durante los once ¨²ltimos meses. Durante 28 d¨ªas, el estado de Victoria, donde se asienta de forma elegante Melbourne, no hab¨ªa reflejado un solo caso de transmisi¨®n. Sin embargo, ese m¨ªnimo cabo suelto en el hotel Grand Hyatt pone en jaque al tenis y ensombrece el horizonte cercano, a la espera de los resultados de los test que se efectuar¨¢n esta ma?ana.
Sin ir m¨¢s lejos, all¨ª se alojaron los espa?oles Roberto Bautista, Pablo Carre?o, Carlos Alcaraz y Garbi?e Muguruza. No as¨ª Rafael Nadal, Novak Djokovic y Serena Williams, tres de los pocos afortunados que completaron la cuarentena en la burbuja de Adelaida, menos encorsetados, y acompa?ados de sus equipos y familiares. Precisamente ah¨ª, hace solo seis d¨ªas participaron en una exhibici¨®n en la que se congregaron 4.000 espectadores sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad, en lo que se adivinaba como un aperitivo de lo que pod¨ªa tener lugar en Melbourne las dos pr¨®ximas semanas.
El precedente de los vuelos ¡®contaminados¡¯
Ahora, todo est¨¢ en el aire. ¡°Se consideran contactos casuales. Deben aislarse inmediatamente y someterse a las pruebas¡±, asever¨® el ministro Andrews con la misma rectitud con la que se ha expresado el Gobierno australiano en los ¨²ltimos tiempos, marcando la l¨ªnea a los organizadores. Habr¨¢ tenis, pero bajo nuestras normas y sujeto a nuestras condiciones, les dijeron unos meses atr¨¢s, cuando adem¨¢s se anunci¨® que el Open se retrasaba tres semanas sobre la fecha prevista inicialmente.
Queda por ver, pues, qu¨¦ ocurrir¨ªa si en las PCR que se realizar¨¢n este jueves se detecta alg¨²n positivo de un tenista o alg¨²n componente de su equipo (t¨¦cnicos o fisios). A priori, se impondr¨ªa otro encierro de 14 d¨ªas y todo podr¨ªa irse al garete. Como precedente, las autoridades fueron tajantes cuando en tres de los 17 vuelos que flet¨® Tennis Australia para facilitar el desembarco en el pa¨ªs (entre el 14 y el 15 de enero) se detectaron casos positivos, pese a que no fueran directamente de tenistas. Entonces se decidi¨® que los 72 afectados deb¨ªan enclaustrarse en sus habitaciones durante 15 d¨ªas, sin salida ni excepci¨®n alguna.
¡°Una cuarentena de 14 d¨ªas no es lo ideal, pero es lo que debemos hacer ahora. Creo que Australia es un ejemplo de c¨®mo hacer las cosas y solo puedo felicitarles. Echaba mucho de menos jugar en una pista con tanta gente¡±, expres¨® Nadal despu¨¦s de intervenir en el bolo de Adelaida. El mallorqu¨ªn, de 34 a?os, mantiene la liturgia de otros a?os y se hospeda en el hotel Crown Towers junto a los suyos, pendiente de las directrices y de lo que pueda ocurrir. Dolorido de la zona lumbar, antes de que trascendiera la alarma anunci¨® en el canal #Vamos que no competir¨ªa en la segunda jornada de la ATP Cup, contra Grecia.
¡°No estoy fatal, pero no creo que est¨¦ lo suficientemente bien como para como para jugar, y menos en una competici¨®n por equipos¡±, indic¨® el n¨²mero dos, una de las 1.200 personas de la familia ten¨ªstica (entre ¨¢rbitros, jugadores y miembros de los equipos) que aterrizaron hace tres semanas en suelo australiano. Ahora, todos ellos vivir¨¢n un jueves de angustia.
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