Bican, el goleador perdido tras el humo de la guerra
Dos estudios se?alan al vien¨¦s como el mejor ca?onero de la historia
La primera vez que o¨ª hablar de Bican fue a Fernando Daucik, entrenador glorioso en los a?os cincuenta, no tanto en los sesenta y decadente ya cuando le entrevist¨¦ y entrenaba al Moscard¨®. Recuerdo mucho dos cosas que me dijo: que hab¨ªa nacido en el Imperio Austroh¨²ngaro (me sent¨ª transportado en el t¨²nel del tiempo) y que el mejor de todos los tiempos no era ni Pel¨¦ ni Di St¨¦fano, sino un tal Bican, del que me asegur¨® que hab¨ªa marcado m¨¢s de 2.000 goles.
¡ªAqu¨ª no le conoce nadie, pero vaya usted a los pa¨ªses del Danubio y pregunte¡
Nuestro hombre naci¨® en 1913 en Viena, en el seno de una familia procedente de Sledice, en Bohemia. Su padre trabaj¨® en una f¨¢brica de ladrillos y jug¨® en el Hertha de Viena. Movilizado, sobrevivi¨® a la Gran Guerra, pero luego muri¨® tras perder un ri?¨®n en un partido.
Jozsef Bican, Pepi para familia y amigos, creci¨® pobre pero con un don para el f¨²tbol. Aseguran que corr¨ªa los 100 metros en 10,08s y manejaba los dos pies con maestr¨ªa. Tras iniciarse en el Hertha, lleg¨® al Rapid de Viena con 17 a?os. Eran los grandes a?os del Wunderteam, como se llam¨® a la selecci¨®n de Austria, un ballet cuya delantera dirig¨ªa Matthias Sindelar, El Mozart del f¨²tbol, 10 a?os mayor que ¨¦l y vecino de barrio. Bican comparti¨® los ¨²ltimos tiempos de gloria de aquel equipo. Particip¨® en el Mundial de 1934, en Italia, donde Austria elimin¨® a Francia (con gol suyo en la pr¨®rroga) y a Hungr¨ªa, pero cay¨® ante Italia con un arbitraje parcial¨ªsimo. Mussolini hab¨ªa decidido que aquel ten¨ªa que ser su Mundial.
Aqu¨ª pas¨® como un trueno en un Espa?a, 4; Austria, 5 disputado en enero de 1936 en el viejo Metropolitano. Primera derrota de Espa?a en campo propio. Marc¨® tres goles. Sindelar ya declinaba y ¨¦l era la figura de un Wunderteam en renovaci¨®n. Para entonces hab¨ªa pasado al Admira, a¨²n en Viena, y pronto fichar¨ªa por el Slavia de Praga e iniciar¨ªa tr¨¢mites para nacionalizarse checoslovaco. Viena, con la presi¨®n nazi que desembocar¨ªa en el Anschluss, se le hac¨ªa agobiante por su origen bohemio.
El papeleo se retras¨® y no pudo jugar el Mundial de 1938, en Francia. Debut¨® poco despu¨¦s, en un Suecia, 2; Checoslovaquia, 6, con tres goles. En 1939, Hitler parti¨® Checoslovaquia en Bohemia-Moravia y Eslovaquia y pas¨® a ser internacional por Bohemia-Moravia. As¨ª que antes que Kubala (que jug¨® para Hungr¨ªa, Checoslovaquia y Espa?a), ¨¦l ya hab¨ªa militado en tres selecciones distintas. Finalizada la guerra se reconstruy¨® Checoslovaquia, a cuya selecci¨®n volvi¨® y coincidi¨® con un joven Kubala. Rehus¨® una oferta de la Juve porque pens¨® que Italia quedar¨ªa bajo dominio comunista y recelaba tanto de comunistas como de nazis. Luego pas¨® al rev¨¦s: Checoslovaquia ser¨ªa comunista e Italia no.
Complet¨® su carrera en el Slavia (que en el 49 pas¨® a llamarse Dinamo), con un par¨¦ntesis en dos equipos menores, el Viktovice Zelezarny y el Skoda Hralec Kralove. Con el Slavia-Dinamo se le atribuyen hasta 534 goles en 274 partidos, media de 1,95 por encuentro. Otros dan 518 en 341. A saber. Se asegura que en abril de 1944 le marc¨® 9 goles al Pilsen y luego hizo 7 en cada uno de los 10 partidos siguientes. Se retir¨® en 1955, con 42 a?os. Ya mayor, ¨¦l se atribu¨ªa m¨¢s de 5.000 goles en entrevistas.
En 2007 la Federaci¨®n Internacional de Historia y Estad¨ªstica del F¨²tbol, public¨® una relaci¨®n de los m¨¢ximos goleadores del siglo XX, computados goles en campeonatos nacionales o partidos entre selecciones. La encabezaba Bican, con 805, seguido de Romario (772), Pel¨¦ (767), Puskas (746) y Gerd M¨¹ller (735). Ahora, Cristiano estar¨ªa ya en el Top 5, con 763 (Messi lleva 721). Seg¨²n la Rec Sport Soccer Stadistics Foundation, Bican tendr¨ªa, contando amistosos, 1.468 goles en 918 partidos, frente a los 1.284 en 1.375 de Pel¨¦. En partidos de selecciones marc¨® 19 en 19 partidos para Austria, 6 en 2 para Bohemia-Moravia (tres de ellos a la Alemania nazi) y 46 en 47 para Checoslovaquia.
Falleci¨® en 2001, con 88 a?os. Tras retirarse entren¨® algo y luego, como desafecto al r¨¦gimen que fue, tuvo que sobrevivir durante a?os con trabajos inc¨®modos, entre ellos el de alimentar animales en el zoo. Su tumba, que lleva su estatua, es muy visitada.
Fuera de Centroeuropa no se le conoci¨®. S¨®lo jug¨® un Mundial, el de 1934, y a la sombra de Sindelar. No lleg¨® al de 1938, que le hubiera pillado con 25 a?os. No hubo Mundial ni en 1942 ni en 1946, cuando ten¨ªa 29 y 33. Para 1950 ya hab¨ªa dejado la selecci¨®n, y Checoslovaquia ni se inscribi¨®.
En Centroeuropa brill¨® por la copa Doctor Gero, de selecciones, y la Mitropa, de clubes, que jugaron los pa¨ªses de Danubio m¨¢s Italia y Suiza hasta que la Eurocopa y la Copa de Europa las absorbieron. Por aquella regi¨®n s¨ª se puede, como me dijo Daucik, preguntar por ¨¦l y cualquier aficionado medio lo calificar¨¢ como un prodigio.
Pero entre nosotros no exist¨ªa hasta que el fren¨¦tico ritmo goleador de Cristiano ha desempolvado su nombre. Contabilidades de goles aparte, sin duda fue un gigante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.