¡°Sin clubes no hay Mireias¡±
Las entidades deportivas reivindican su labor en la formaci¨®n y reclaman un ¡®plan ADO¡¯ para aliviar la asfixia econ¨®mica tras un a?o de pandemia
Los clubes deportivos espa?oles empiezan a concebir esperanzas de reactivaci¨®n tras un a?o entero de zafarrancho, intentando esquivar la par¨¢lisis y el desbarajuste provocado por los efectos de la pandemia. Los estragos son dif¨ªciles de evaluar. En Espa?a existen 66.000 clubes con un sinf¨ªn de peculiaridades y condicionantes. Un estudio del Consejo Superior de Deportes (CSD) vaticin¨® en junio que el impacto de la pandemia iba a causar unas p¨¦rdidas de 4.600 millones al deporte espa?ol y una ca¨ªda de ingresos del 38,5%. La zozobra ha afectado al d¨ªa a d¨ªa, a lo m¨¢s elemental: saber si hab¨ªa cancha o piscina disponible para competir o siquiera entrenar. Algunos han tenido que renunciar a una categor¨ªa, casi todos reducir sus presupuestos, en una proporci¨®n de entre el 20 y el 30%, muchos han mantenido a duras penas la actividad, y la mayor¨ªa de los que militan en torneos regionales no han podido competir o empiezan a hacerlo ahora. En varios clubes conviven los socios y usuarios de las instalaciones con los deportistas de ¨¦lite.
Esos clubes son los que detectan, desarrollan y, a menudo, tutelan a los campeones ol¨ªmpicos y mundiales, a las Mireia Belmonte, Carolina Mar¨ªn, Sa¨²l Craviotto o Lydia Valent¨ªn de turno. La mayor¨ªa de esos clubes, 332 de los m¨¢s destacados a trav¨¦s de una Asociaci¨®n (ACEDYR), han solicitado medidas para atenuar los da?os econ¨®micos como la reducci¨®n de cuotas federativas, deducciones de IVA, desgravaciones de IRPF o una Ley de Mecenazgo. ¡°Los clubes son los que tiran del carro¡±, resume Ricardo Camacho, el presidente del Canoe, una de las entidades est¨¢ndar que hacen compatible la base con algunos deportistas de ¨¦lite y que cuenta, en su caso, con 700 deportistas y casi 6.000 socios, 600 menos que cuando empez¨® la pandemia.
Cambiar la forma de ver el deporte
El Club Nataci¨® Sabadell apellida algunos de los mayores ¨¦xitos en la historia del deporte espa?ol, desde las medallas mundiales y ol¨ªmpicas de Mart¨ªn L¨®pez Zubero, a las de Ona Carbonell y las selecciones de waterpolo, pasando por algunas de las de Mireia Belmonte o la de un precursor como Miquel Torres, el primer nadador espa?ol que gan¨® una medalla en unos Europeos, la de plata en 1962. El club, fundado en 1916 fruto del esp¨ªritu emprendedor y asociativo de la ciudadan¨ªa, presume de haber inaugurado la primera piscina de agua dulce en Espa?a, en junio de 1918, y de haber sobrevivido a las dificultades de la guerra, la dictadura y las anteriores crisis econ¨®micas. Su actividad es fren¨¦tica, con 20 secciones deportivas, financiadas e impulsadas por miles de socios y usuarios que comparten las instalaciones y el origen de marca con los campeones.
Ahora, como todos, trata de capear el azote de la pandemia y sus consecuencias. ¡°Esta ¨¦poca va a cambiar la forma de ver y entender el deporte, de c¨®mo los clubes somos capaces de gestionar, y no solo en el aspecto econ¨®mico¡±, sostiene su presidente, Claudi Mart¨ª. Para ¨¦l, lo m¨¢s duro del ¨²ltimo a?o fue cuando tuvo que plantear a los 250 trabajadores del club una rebaja salarial media del 15%. No hab¨ªa alternativa debido a las restricciones de uso de las instalaciones, la p¨¦rdida de 7.000 de sus 27.000 socios y la ca¨ªda de los ingresos, de 13 a 10,5 millones de euros.
¡°Una de las cosas que espero que esta crisis ponga m¨¢s en valor es el trabajo que hacemos los clubes, no tanto por los t¨ªtulos que ganamos o por los deportistas que conseguimos que compitan en unos Juegos, sino por la labor que llevamos a cabo en la formaci¨®n de todos los deportistas¡±, reivindica Mart¨ª.
La directiva del club traz¨® un plan a tres a?os vista. Ha reducido el precio de las cuotas de los socios, ha optimizado al m¨¢ximo las instalaciones y las piscinas para adaptarse al m¨¢ximo del 30% de aforo que se ha permitido durante bastantes meses, segregando los espacios que utilizan los deportistas de ¨¦lite y los socios para mayor seguridad de todos, y ha iniciado una campa?a de micro mecenazgo con el objetivo de captar 250.000 euros para compensar el descenso de ingresos y permitir seguir financiando su labor de cantera con 800.000 euros.
¡°Nos hemos reinventado. Jam¨¢s hubiera imaginado que muchos socios tendr¨ªan que hacer pesas a las seis de la ma?ana al aire libre en pleno invierno¡±, explica el presidente del club vallesano. ¡°Y se est¨¢n disputando las ligas nacionales, excepto en marzo. Hemos abierto las piscinas ol¨ªmpicas solo para las jugadoras de waterpolo [cinco veces campeonas de Europa y base de la selecci¨®n espa?ola]. Es un esfuerzo de los clubes que no se nos reconoce. Si no tenemos clubes, no tenemos federaciones, no tendremos Consejo [Superior de Deportes], ni tendremos Juegos. Eso deben entenderlo todos. No es demagogia. Si quieres tener la posibilidad de poder ayudar a una Mireia Belmonte o a un equipo femenino de waterpolo con ayudas directas o en el entrenamiento lo podr¨¢s hacer siempre y cuando tengas una Mireia de 10 u 11 a?os. Y una Mireia de 10, 11, 12 a?os no la tendr¨¢s nunca en un CAR [Centro de Alto Rendimiento] sino en el club nataci¨®n tal o cual. Es as¨ª, esa es la realidad¡±. Varias entidades propugnan un plan de ayuda a los clubes con deportistas ol¨ªmpicos similar al ADO, el plan que reactiv¨® el deporte espa?ol desde los Juegos de 1992.
El par¨®n impact¨® en los deportistas y en las familias
La mejor cantera del baloncesto femenino espa?ol es de color lila, el de las camisetas de los equipos del Femen¨ª Sant Adri¨¤. As¨ª lo avala el r¨¢nking elaborado en 2019 por la Federaci¨®n Espa?ola de Baloncesto (FEB) en base a los resultados obtenidos por los equipos infantiles, cadetes y j¨²niors en las cuatro temporadas anteriores. Su primer equipo, el Snatt¡¯s San Adri¨¤, jug¨® en la m¨¢xima divisi¨®n, la Liga Endesa, en las temporadas 2017-2018 y la 2018-2019. Descendi¨® pero, como l¨ªder de uno de los grupos de la Liga femenina 2 cuando se cancel¨® la competici¨®n por el virus, gan¨® el derecho a competir de nuevo en la Liga Endesa. Eso sucedi¨® ya en plena pandemia, y tuvo que renunciar al ascenso. El presupuesto del equipo en la Liga 2 es de unos 60.000 euros y para competir en la m¨¢xima categor¨ªa necesitaba 200.000. ¡°Hubo alguna empresa interesada en patrocinarnos, pero en aquel momento, sin p¨²blico, con la incertidumbre que hab¨ªa, fue imposible asumir el gasto que comportaba jugar en la Liga Endesa¡±, cuenta Pepe Aneas, presidente del club desde 1998. Pese a que ya ha alcanzado la ¨¦lite, el Sant Adri¨¤, como la mayor¨ªa de clubes no profesionales, es una entidad modesta, con recursos muy limitados, financiada a base de las cuotas que pagan las familias de los deportistas, que ascienden a m¨¢s de 600 euros anuales, alg¨²n patrocinador y contadas ayudas institucionales.
Cuenta con 17 equipos y una escuela deportiva donde las ni?as se inician a partir de los cinco a?os y compiten a partir de los ocho. ¡°Uno de los efectos m¨¢s traum¨¢ticos ha sido el par¨®n en la actividad. Ha causado un impacto muy grande en las jugadoras y entrenadores. Son muy competitivos y el par¨®n les ha afectado much¨ªsimo a nivel an¨ªmico. Las familias est¨¢n muy quemadas¡±, asegura Aneas. En lo econ¨®mico, la retirada de algunos peque?os patrocinadores y la rebaja de las cuotas que pagan las jugadoras, debido a la inactividad, ha causado una desviaci¨®n de unos 25.000 euros sobre un presupuesto de 272.000. ¡°?Ayudas? Cero patatero. Ni un detalle¡±, lamenta Aneas. ¡°La Generalitat anunci¨® una serie de ayudas, pero fueron para los gimnasios. Nos ofrecieron una posibilidad de financiaci¨®n a trav¨¦s del Instituto Catal¨¢n de Finanzas, pero es un pr¨¦stamo. No nos interesaba¡±.
Los jugadores del Club de Rugby Santander ultimaban a mediados de octubre la puesta a punto para disputar su segunda temporada en la Divisi¨®n de Honor A, cuando el ¨²ltimo d¨ªa h¨¢bil para que el club formalizara su inscripci¨®n tuvo que renunciar a la m¨¢xima categor¨ªa. Su patrocinador, Bathco, no aport¨® la cantidad pactada, el club no pudo disponer de los 20.000 euros que necesitaba para afrontar la temporada y se esfum¨® la ilusi¨®n del equipo c¨¢ntabro de continuar en la ¨¦lite. La Federaci¨®n castig¨® al equipo con el descenso de dos categor¨ªas, una sanci¨®n de 12.360 euros y la prohibici¨®n de jugar en la Divisi¨®n de Honor durante las dos pr¨®ximas temporadas. ¡°La sanci¨®n es injusta¡±, asegura Juan G¨®mez, el presidente del Club Rugby Santander. ¡°No nos dio tiempo a reaccionar, nos dejaron sin capacidad de maniobra. En cualquier caso, la federaci¨®n no perdi¨® la inscripci¨®n ya que otro equipo [Les Abelles de Valencia] ocup¨® nuestra plaza y no causamos ning¨²n perjuicio a nadie¡±.
El Club de Rugby Santander se cre¨® en 2007 con una clara vocaci¨®n formativa. La entidad lleg¨® a contar con 180 jugadores y 17 entrenadores que compet¨ªan en nueve categor¨ªas. El primer equipo ascendi¨® a la m¨¢xima categor¨ªa, la Divisi¨®n de Honor A en la temporada 2018-2019. En octubre de 2019 disput¨® el primer derbi c¨¢ntabro en la historia en la competici¨®n, contra el Independiente. ¡°El club contin¨²a con una actividad muy limitada¡±, explica G¨®mez. ¡°El primer equipo deber¨ªa jugar en competici¨®n regional, pero a causa de la pandemia no se ha jugado. Tampoco se ha podido entrenar en grupos de m¨¢s de seis. El presupuesto es muy modesto y se cubre con la subvenci¨®n anual del Ayuntamiento¡±. La suya es, como tantas otras, el reflejo de la nueva realidad para los clubes modestos en la ¨¦poca de la pandemia.
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