El selecto club del olvido
Joel Sierra hace un ejercicio de memoria y selecci¨®n de historias de futbolistas cuyo nombre quiz¨¢ no suene al gran p¨²blico, pero cuyas trayectorias humanas completan el talento deportivo
Al funeral de Altair Gomes de Figueiredo ¡ªfutbolista brasile?o, el cuarto que m¨¢s partidos ha jugado con el Fluminense, campe¨®n del mundo en 1962¡ª acudi¨®, adem¨¢s de una quincena de amigos y familiares, un aficionado. Solo uno. Era 2019. Tambi¨¦n asisti¨® su compa?ero Jair Mari?o quien, cinco a?os antes del entierro y ante el Alzheimer severo que sufr¨ªa Gomes, declar¨® en una entrevista: ¡°No es Altair quien realmente sufre problemas de memoria¡±.
Las carreras de los deportistas de ¨¦lite suelen ser cortas. Coinciden con la plenitud f¨ªsica y acaparan una atenci¨®n que tiende a desaparecer una vez se retiran. Pueden seguir ligados al deporte como entrenadores o como comentaristas en medios de comunicaci¨®n, pero la gran mayor¨ªa pasa a formar parte de la cotidianidad. Abren un negocio ¡ªun bar, una tienda de deportes¡ª y se funden con las personas que anta?o los admiraban desde las gradas. Siguen siendo referentes para sus coet¨¢neos, pero solo trascender¨¢n aquellos que realmente marcaron la diferencia.
Hay, sin embargo, una estirpe cuya historia merece ser contada y, por diferentes motivos, ha permanecido en el olvido. En El club de los olvidados (Samarcanda) el periodista Joel Sierra hace un ejercicio de memoria y selecci¨®n de peque?as grandes historias de futbolistas cuyo nombre quiz¨¢ no suene al gran p¨²blico, pero cuyas trayectorias humanas, personalidades y logros completan el talento deportivo.
Como la de John Robertson, que lleg¨® desde Escocia al Nottingham Forest como un fichaje de saldo y termin¨® ascendiendo al equipo a la m¨¢xima categor¨ªa y levantando la Copa de Europa. O la de Jean-Pierre Adams, el futbolista nacido en Dakar y criado en Francia. Alcanz¨® la ¨¦lite con 22 y se retir¨® con 32 a?os. El 17 de marzo de 1982, ingres¨® para operarse de una rodilla. Una mala gesti¨®n de la anestesia deriv¨® en una serie de accidentes que lo llevaron a entrar en coma. 39 a?os despu¨¦s, no ha vuelto a despertar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.