¡°Cuando escuch¨¦ sus gritos no quise ni mirar¡±
Manolo Flores y Norman Carmichael, excompa?eros de Charles Thomas, recuerdan su figura y su grave percance
Norman Carmichael, jugador del Bar?a desde 1969 hasta 1978, es el ancla a la que se ha aferrado Charles Thomas para volver a la vida y decirle al mundo que, en contra de lo que se daba por seguro, no hab¨ªa muerto. Carmichael, acaba de mudarse desde Columbus (Ohio) a Fort Worth (Texas) y pas¨® de la incredulidad ¡ª¡±debe ser una broma¡±¡ª, a la estupefacci¨®n: ¡°No estoy seguro por qu¨¦ me llam¨® a m¨ª p...
Norman Carmichael, jugador del Bar?a desde 1969 hasta 1978, es el ancla a la que se ha aferrado Charles Thomas para volver a la vida y decirle al mundo que, en contra de lo que se daba por seguro, no hab¨ªa muerto. Carmichael, acaba de mudarse desde Columbus (Ohio) a Fort Worth (Texas) y pas¨® de la incredulidad ¡ª¡±debe ser una broma¡±¡ª, a la estupefacci¨®n: ¡°No estoy seguro por qu¨¦ me llam¨® a m¨ª primero, pero tengo a mi amigo de vuelta. Nos ponen pronto la segunda vacuna y luego, con la bendici¨®n de Charlie, ir¨¦ a verle a Amarillo (Texas). Suceden cosas asombrosas en este extra?o mundo¡±.
Esa amistad empez¨® a forjarse cuando los directivos del Bar?a, reci¨¦n estrenada la d¨¦cada de los setenta, le preguntaron a Carmichael, p¨ªvot de 2,08 metros, si quer¨ªa que fichasen a Thomas, ala-p¨ªvot de 2,01 metros y m¨¢ximo anotador de las dos Ligas anteriores con el Sant Josep. ¡°Se buscaba un golpe importante para competir con el Real Madrid (ganador de 12 de las 14 Ligas disputadas hasta entonces), y ese golpe fue Charles¡±, cuenta por tel¨¦fono Carmichael, que ahora tiene 73 a?os. Pero tanto ¨¦l, que ocupaba la ¨²nica plaza de extranjero, como Thomas, tuvieron que esperar un a?o para nacionalizarse. Thomas se pas¨® un a?o sin poder jugar.
Se acusa al Madrid y al vicepresidente de la Federaci¨®n Espa?ola Raimundo Saporta de mover sus hilos para que, una vez Luyk y Brabender vest¨ªan de blanco como nacionalizados, se prohibiera llevar a cabo nacionalizaciones durante la temporada 1971-1972. Se adujo que se deb¨ªa proteger a los jugadores espa?oles para preparar los Juegos de M¨²nich-72. ¡°O que la abuela fumaba¡±, bromea Manolo Flores, la figura emergente de aquel equipo azulgrana en el que tambi¨¦n jugaban A¨ªto, Costa, Sada, Sanju¨¢n, Aspiazu, Camps y Soler. ¡°Charles ya nos impact¨® cuando jugamos contra ¨¦l y cuando lleg¨® era verlo todo en otra dimensi¨®n¡±, cuenta Flores. ¡°En aquella ¨¦poca destacaba por su poder¨ªo f¨ªsico. Yo no s¨¦ si es verdad la leyenda (se dice que Thomas apostaba a que cog¨ªa un billete de mil pesetas situado en lo m¨¢s alto del tablero, a unos cuatro metros del suelo). Nosotros, unos por chulos y otros por cobardes, nunca apostamos¡±.
¡°Una estrella¡±
Carmichael corrobora: ¡°No s¨¦ si era cierto, pero lo que s¨ª s¨¦ es que ten¨ªa un salto impresionante. Me dec¨ªa que nacemos con una cantidad limitada de saltos y que no quer¨ªa gastarlos. ?l no pon¨ªa en los entrenamientos la energ¨ªa que pon¨ªa en los partidos. Ten¨ªa un talento enorme, pero no se produjeron los resultados que quer¨ªamos, entre otras cosas, porque por razones que todav¨ªa desconozco echaron a A?ua (Xabier), que era un entrenador que le entend¨ªa muy bien. Era dif¨ªcil construir algo nuevo con tantos cambios cuando mandaban Saporta, los rusos (URSS), los yugoslavos y los italianos. Creo que, con un a?o m¨¢s con A?ua, hubi¨¦ramos logrado el t¨ªtulo¡±.
La lesi¨®n que sufri¨® Thomas contra el Madrid fue determinante. Flores lo recuerda as¨ª: ¡°Cuando vi los gritos que pegaba, no quise ni mirar. Fue en un salto, cay¨® resbalando sobre la espalda de Luyk, no le dio tiempo a poner el pie, cay¨® sobre la rodilla y se la rompi¨®. Tard¨® un a?o en recuperarse. Me dec¨ªa: ¡®Manolo, ten cuidado, que t¨² tambi¨¦n saltas mucho¡¯ Aquello le afect¨® mucho, se volvi¨® m¨¢s triste. Sin la capacidad de salto y la potencia de antes, y al no tener buen tiro exterior, fue a menos¡±. Carmichael, remacha: ¡°Era una estrella, y aquello le hundi¨®¡±. El Bar?a, poco despu¨¦s, incorpor¨® a la generaci¨®n de Epi, Soloz¨¢bal, Sibilio y De la Cruz, gan¨® su segunda Liga en 1981 y empez¨® a discutir la hegemon¨ªa del Madrid.
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