El Crotone y el hundimiento pitag¨®rico

La pandemia se empe?a en mostrar lo larga que puede ser la ca¨ªda hasta tocar fondo. En ese trance del hundimiento, entre placentero y desesperante, se hace a veces pie de golpe y termina la agon¨ªa. En el f¨²tbol hay un momento en que un equipo sabe que ha llegado a ese punto del aterrizaje, aunque las cifras no avalen todav¨ªa una sentencia definitiva. Al Crotone, reci¨¦n ascendido este a?o, le sucedi¨® hace algunas semanas cuando se descolg¨® definitivamente en la Serie A. La temporada hab¨ªa empezado de la mejor manera, arrancando un empate contra la Juventus, el equipo al que anima toda Calabria y el espejo de los sue?os de la regi¨®n m¨¢s desamparada del pa¨ªs. ¡°Juve in trasferta, Calabria deserta¡±, sol¨ªa leerse en la curva sur del Ol¨ªmpico de Roma. Un insulto xen¨®fobo. Pero tambi¨¦n una realidad sociol¨®gica inapelable confirmada n¨ªtidamente una tarde de verano de 2006.

El 19 de septiembre de aquel a?o, la ciudad Crotone (60.158 habitantes) asisti¨® a un fen¨®meno casi paranormal. El hospital de San Giovanni di Dio empez¨® a recibir a media tarde un n¨²mero ins¨®lito de pacientes que quer¨ªan ingresar a causa de dudosas dolencias. Hab¨ªa colas en la recepci¨®n. Centenares de familiares se interesaron de golpe tambi¨¦n por alg¨²n pariente que llevaba d¨ªas solo mirando el empedrado de su habitaci¨®n. El misterio no tard¨® en resolverse cuando a trav¨¦s de las ventanas lleg¨® el silbido de un ¨¢rbitro. La Juventus hab¨ªa bajado a Serie B aquel a?o a causa del esc¨¢ndelo de corrupci¨®n Calciopoli. Y ese d¨ªa fue el primero en que el equipo de la ciudad se enfrentaba a la Vecchia Signora. El Ezio Scida, el estadio del Crotone, se encuentra justo debajo de la mole hospitalaria, desde donde puede verse todo el terreno de juego. Cuando comenz¨® a rodar el bal¨®n, hab¨ªa cientos de personas recuperadas milagrosamente ya agolpadas en las ventanas.

La siguiente vez que se enfrentaron, el pasado octubre, el equipo calabr¨¦s logr¨® un empate maravilloso que desat¨® el optimismo al comienzo de temporada. El resultado les hizo creer que podr¨ªan devolver todos los golpes a cualquier equipo, tal y como hab¨ªan hecho con el que hab¨ªa ganado los ¨²ltimos nueve scudetti. Ese d¨ªa, sin embargo, el estadio estaba vac¨ªo y en las ventanas del hospital solo hab¨ªa pacientes con covid-19.

El Crotone (este fin de semana perdi¨® contra el N¨¢poles 4-3 y lleva 15 puntos en 29 partidos) es, en realidad, un equipo filos¨®fico. A sus hinchas los llaman pitag¨®ricos. Se les conoce as¨ª porque la ciudad fue una colonia griega y el lugar donde el humanista griego estableci¨® su escuela de conocimiento y para conquistar luego el poder pol¨ªtico con sus disc¨ªpulos. Unos 2.300 a?os despu¨¦s, queda poco de aquel esplendor de la Magna Grecia. M¨¢s all¨¢ de la fascinaci¨®n por Capo Colonna o alguna columna descolgada, el lugar se ha convertido en uno de los feudos de la ¡®Ndrangheta en el sur de Italia. En la provincia, presa de una de las tasas de paro m¨¢s altas del pa¨ªs, casi todo ha estado bajo el control de la mafia m¨¢s potente de Europa. Incluso el equipo de f¨²tbol, con cierta promiscuidad con el crimen organizado (un partido Locri-Crotone se ama?¨® a cambio de un pu?ado de Kalshnikov), estuvo a punto de ser embargado por la fiscal¨ªa de Catanzaro.

El Crotone ha sido un equipo de auge y ca¨ªda. Pero la historia de su mejor jugador este a?o, el brasile?o Junior Mess¨ªas, le mantendr¨¢ todav¨ªa en el recuerdo de los aficionados. El delantero cruz¨® el Atl¨¢ntico en barco y termin¨® en Tur¨ªn en 2011 repartiendo electrodom¨¦sticos por toda la ciudad. Jugaba en torneos de aficionados con un equipo de peruanos, pen¨® en la serie D y C cobrando 1.500 euros al mes como futbolista. Hasta que lleg¨® al Crotone ya con 28 a?os. Hoy a sus 30, es una estrella emergente de la Liga por la que se han interesado clubes como la Lazio. El ¨²nico recuerdo, probablemente, que que quedar¨¢ el a?o que viene del Crotone en la Serie A.

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