Benzema empuja el l¨ªmite un poco m¨¢s all¨¢
El delantero franc¨¦s iguala a Ra¨²l como cuarto m¨¢ximo goleador en la Champions
Hubo un instante en el que todo apuntaba al derrumbamiento final, como si despu¨¦s de mucho tantearlo, de tanto mencionarlo, all¨ª se encontrara, en efecto: el l¨ªmite. Y el Real Madrid, exhausto, exprimido y empujado una y otra vez por la testaruda energ¨ªa del Chelsea reanimado por Tuchel, fuera a dejar caer los brazos. Courtois ya hab¨ªa hecho su parada de fotograf¨ªa: respondi¨® muy r¨¢pido con los pies a un derechazo a quemarropa de Werner, despu¨¦s de una fulgurante contra de Mount. Aquel bal¨®n lo hab¨ªa perdido Casemiro en circunstancias extra?as: en el centro, su mundo, mientras intentaba un tac¨®n con la zurda a un lugar en el que no asomaban amigos.
El verdadero instante de alarma lleg¨® despu¨¦s. En otra contra, esta vez de Pulisic, que se desliz¨® con suavidad, como en patines, atravesando el campo inalcanzable por Nacho, ante las dudas de Varane, y con Milit?o rezagado. En ese vac¨ªo, Courtois tom¨® una decisi¨®n desesperada: abandon¨® la porter¨ªa para ir a buscarlo mientras el resto dudaba. Pulisic le esquiv¨® y adelant¨® al Chelsea.
Enseguida comenz¨® a descargar la tormenta sobre el Alfredo di St¨¦fano y Zidane sac¨® la toalla, mientras su equipo corr¨ªa detr¨¢s del bal¨®n, siempre unos pasos tarde, con rasgos de desesperado. A Casemiro se le escap¨® una pelota y se qued¨® dando saltitos en el sitio con los pu?os apretados. Si no hab¨ªan topado con el l¨ªmite, lo parec¨ªa.
Sin embargo, Zidane, el primero en usar el t¨¦rmino, tambi¨¦n hab¨ªa advertido varias veces despu¨¦s que cuando llegaran ah¨ª, lo iban a elevar. Fue cuando apareci¨® Benzema, despu¨¦s de un resbal¨®n de Kant¨¦ cerca de su ¨¢rea, que rescat¨® aromas de aquellos errores que tanto castig¨® el franc¨¦s otras noches europeas. El de Ulreich, portero del Bayern en la vuelta de semifinales de 2018 en el Bernab¨¦u. O del de Karius, guardameta del Liverpool en la final de Kiev. Benzema se abri¨® espacio y termin¨® rematando desde fuera del ¨¢rea con la zurda a la escuadra izquierda de Mendy. Por fuera del palo. El lance supuso la chispa que encendi¨® a los futbolistas del Real instalados en la grada, en especial a Sergio Ramos: ¡°?Vamos, gente, un poquito m¨¢s, vamos!¡±, gritaba. ¡°?Vamos, gente, confianza, vamos, un poquito, que estamos bien, dale!¡±. Se atisbaba algo m¨¢s detr¨¢s de aquel l¨ªmite.
Terminaron de desenterrarlo con un c¨®rner pizarrero que Kroos sac¨® cort¨® a Modric y que colg¨® Marcelo al fondo del ¨¢rea. All¨ª esperaba Casemiro, que cabece¨® hacia Milit?o. El brasile?o consigui¨® prolongar adonde esperaba Benzema: control, media chilena y gol. Fue el n¨²mero 71 del franc¨¦s en la Copa de Europa, tantos ya como Ra¨²l, el cuarto m¨¢ximo anotador de la historia de la competici¨®n, detr¨¢s de Cristiano, Messi y Lewandowski.
Lleg¨® en una jugada como la que rescat¨® al Madrid in extremis en M?nchengladbach, un bal¨®n cazado en el aire por Casemiro que remach¨® Benzema. Un plan de ¨²ltimo minuto desplegado cuando se hab¨ªa jugado apenas media hora. En el l¨ªmite. ¡°?Vamos, vamos!¡±, se desahog¨® Ramos, disparado fuera de su asiento para chocar con su corte de lesionados: Mendy, Lucas V¨¢zquez. Se le adivin¨® capaz incluso de echar a correr escaleras abajo hacia el campo, desde donde Benzema se?alaba al breve grader¨ªo del Di St¨¦fano.
Como tantas otras veces, a hombros de Benzema revivi¨® la fe de un equipo que parec¨ªa consumido, que en gran parte lo est¨¢, pero que a menudo encuentra algo m¨¢s. Sin apenas apoyarse en el banquillo. Hazard, inmerso en otro proceso de vuelta, sali¨® despu¨¦s de una hora, al tiempo que Tuchel introduc¨ªa tres refrescos: Ziyech, Havertz y James. No se not¨® Hazard, pero tampoco el Chelsea dobleg¨® al Madrid.
En los ¨²ltimos instantes Zidane retir¨® a Benzema. Se fue a buscarlo a la banda, lo rode¨® con el brazo y le susurr¨® sonriente. Hab¨ªan aguantado otros 90 minutos, un tramo m¨¢s despu¨¦s del l¨ªmite.
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