Badosa rompe el techo de Madrid

Es mediod¨ªa, el hambre comienza a apretar y a Paula Badosa le puede la emoci¨®n. Acaba de batir a Belinda Bencic y hacer historia, convirti¨¦ndose en la primera espa?ola que alcanza las semifinales del torneo de Madrid. Cuando rubrica el 6-4 y 7-5 (en 1h 49m) que le dirige hacia una cota por descubrir, se echa las manos a la cabeza, hinca las rodillas sobre la superficie de la segunda pista de la Caja M¨¢gica y a continuaci¨®n besa la tierra batida, llev¨¢ndose unas cuantas briznas a la boca. Se deshace de ellas como puede. Y festeja, c¨®mo no. La ocasi¨®n lo merece. El sue?o sigue vivo.

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Nunca una terrosidad tan desagradable le hab¨ªa resultado tan placentera. Nunca hab¨ªa llegado tan lejos en un evento de este nivel y su carrera empieza a coger vuelo, porque la victoria le reporta autom¨¢ticamente un brinco en el listado mundial: ya figura entre las 50 mejores del mundo, escalando del puesto 62? al 42?. Es decir, se convierte en la segunda mejor raqueta femenina espa?ola, solo por detr¨¢s de Garbi?e Muguruza (13?). El volantazo ejercido hace algo m¨¢s de un a?o, cuando rompi¨® un buen pu?ado de grilletes y se deshizo de una pesada carga psicol¨®gica, tiene efecto.

Es su mejor resultado hasta ahora. En su primer acceso al cuadro final, habiendo llegado como invitada, ha enlazado cuatro victorias y ha roto del techo de una jugadora nacional en Madrid, territorio esquivo desde que el torneo, que arranc¨® en 2002, incorporase a las mujeres siete a?os m¨¢s tarde. Hasta hoy, Carla Su¨¢rez hab¨ªa firmado el trazado m¨¢s meritorio, los cuartos de 2015 (Serena Williams) y 2018 (Caroline Garcia). As¨ª que est¨¢ feliz, aunque la experiencia le ha ense?ado que no hay tiempo para recrearse y remite a ma?ana, jueves.

¡°Es algo que no esperaba, para nada. Estoy superando la presi¨®n y gestionando bien los nervios. Es una semana de emociones y cada d¨ªa estoy super¨¢ndome¡±, dice la catalana, de 23 a?os y nacida en Nueva York porque sus padres, modelos, se desplazaron all¨ª por su profesi¨®n. ¡°Al ganar me he acordado de mi equipo, de Javi [Mart¨ª, su entrenador], de David [su preparador f¨ªsico]. Yo hace unos meses no hubiera aguantado este tipo de partidos, y ahora estoy siendo capaz de hacerlo¡±, agradece mientras se aproxima Ashleigh Barty (6-1, 3-6 y 6-3 a Petra Kvitova).

Durante la atenci¨®n a los periodistas, cuenta que la noche anterior recibi¨® un mensaje de Gerard Piqu¨¦ felicit¨¢ndola ¨C¡±se alegra por m¨ª y se lo agradezco, porque soy del Bar?a y es un jugador catal¨¢n¡±¨C y que sigue acord¨¢ndose de su primer entrenador, fallecido recientemente. ¡°?l puso la base¡±, prosigue, a la vez que reconoce ser ¡°muy emocional y muy expresiva¡±, y que si en alg¨²n lugar so?aba con lograr algo importante era en la Caja M¨¢gica. ¡°Si hace un par de a?os me dicen que voy a hacer unas semis aqu¨ª, no me lo hubiera cre¨ªdo. Hemos currado mucho¡±, sigue con ese plural mayest¨¢tico que subraya la importancia del traslado a Madrid y la contrataci¨®n de Mart¨ª para su despegue.

Entonces, Badosa estaba pas¨¢ndolo mal, hab¨ªa salido de una depresi¨®n que le anul¨® porque el ¨¦xito, cuenta, le lleg¨® demasiado pronto, cuando era una adolescente. Fue en Par¨ªs, 2015. All¨ª conquist¨® el Roland Garros j¨²nior y por su cabeza volaban muchos p¨¢jaros, demasiados. Demasiado af¨¢n por parecerse a Maria Sharapova. ¡°Cuando gan¨¦ all¨ª le pegaba muy bien a la pelota, pero era muy inconsciente y no sab¨ªa lo que requer¨ªa ser una tenista profesional. Al final, me perjudic¨® m¨¢s que beneficiarme. Me vino un premio demasiado pronto, cuando tal vez no lo merec¨ªa¡±, expone.

En todo caso, su nombre vuelve a escena. Son las terceras semifinales en esta temporada ¨Cantes, las de Lyon y Charleston¨C y, sobre todo, la sensaci¨®n de que empieza a desentra?ar los enredos de la adolescencia. ¡°El d¨ªa a d¨ªa es clave¡±, asegura. ¡°El tenis es muy duro y cada semana ganas o pierdes por una diferencia de uno o dos puntos. Ahora es diferente. Intento aislarme del ruido exterior. Es el mejor momento de mi carrera, seguro, pero el tenis tiene una cosa mala: ma?ana tengo que volver a jugar. Debo recuperarme. Es la parte mala de este deporte, pero lo acepto con mucho gusto. No puedo dejar de creer, voy a ir a por todas¡±, concluye antes de reunirse con los suyos.

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