Forest, un milagro imposible con la Superliga
Con la competici¨®n que quiere Florentino P¨¦rez ser¨ªa imposible que se repitiera el milagro m¨¢s extraordinario jam¨¢s vivido por el f¨²tbol europeo: el protagonizado por el Nottingham Forest hace 40 a?os
Florentino P¨¦rez tiene toda la raz¨®n cuando denuncia la creciente preeminencia de los clubes de f¨²tbol que en la pr¨¢ctica son propiedad de un Estado o de un super-rico. Los dos ejemplos m¨¢s preclaros de lo primero son el PSG (Catar) y el Manchester City (Abu Dabi, uno de los siete estados que forman los Emiratos ?rabes Unidos), aunque hay m¨¢s. El segundo grupo lo lidera el Chelsea de Roman Abramovich. Los primeros buscan sobre todo propaganda pol¨ªtica y proyecci¨®n global. Los multimillonarios buscan respetabilidad social y colmar su ego: tienen tanto dinero que no les importa perder lo que sea para alimentar su vanidad. Si en vez de f¨²tbol se tratara de la industria del autom¨®vil, gran parte de esas inversiones ser¨ªan consideradas ayudas de Estado y estar¨ªan prohibidas.
El problema es que Florentino P¨¦rez acierta en el diagn¨®stico pero no en el remedio. Su proyecto de Superliga no persigue la igualdad y la justicia en el f¨²tbol, sino prolongar la preeminencia de equipos hist¨®ricos pero con ingresos convencionales como Real Madrid, Barcelona o Juventus. La competici¨®n cerrada que propone les garantizar¨ªa seguir estando entre los m¨¢s ricos. Sin embargo, esa soluci¨®n conviene a unos pocos (incluidos los pecadores, los que medran a la sombra de los petrod¨®lares y de los oligarcas) pero perjudica a todos los dem¨¢s. Con la Superliga ser¨ªa imposible que se repitiera el milagro m¨¢s extraordinario jam¨¢s vivido por el f¨²tbol europeo: el protagonizado por el Nottingham Forest hace 40 a?os.
Nottingham (330.000 habitantes) es una ciudad de origen medieval del centro de Inglaterra que evoca figuras hist¨®ricas o de leyenda como Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n y Robin Hood, el ladr¨®n que robaba a los ricos para darles el bot¨ªn a los pobres. Pero Nottingham no necesita a Robin Hood para ser una ciudad de leyenda porque est¨¢ con honores dobles en la Historia del f¨²tbol, con una gigantesca H may¨²scula, de la mano de sus dos equipos: el Notts County y el Forest.
Los dos rivales ciudadanos (sus estadios est¨¢n a unos pocos cientos de metros el uno del otro, aunque separados por el r¨ªo Trent) protagonizan uno de los derbis m¨¢s selectos de Inglaterra por su escasez: hace a?os que no comparten divisi¨®n y sus encuentros oficiales se reducen a ocasionales choques coperos. El ¨²ltimo derbi liguero fue en 1994, en segunda divisi¨®n. El m¨¢s reciente fue en 2011, en la Copa de la Liga. Sus seis enfrentamientos en la Copa de Inglaterra se remontan todos al siglo XIX, entre 1878 y 1894.
El Notts County juega en el quinto nivel del f¨²tbol ingl¨¦s pero, fundado en 1862, es el club profesional de f¨²tbol asociaci¨®n todav¨ªa en activo m¨¢s antiguo del mundo. N¨®tense las palabras ¡°profesional¡± (porque otros clubes no profesionales reivindican tambi¨¦n ese t¨ªtulo) y ¡°todav¨ªa en activo¡± .
Los hinchas del Forest no se dejan impresionar: ellos nacieron tan solo tres a?os despu¨¦s, en 1865, juegan casi siempre en primera o segunda (aunque no tocan Premier desde la temporada 1998-99) y protagonizaron ese milagro que con la Superliga ser¨ªa imposible. En la temporada 1977-78, reci¨¦n ascendidos a primera tras cinco a?os en segunda, el Forest se proclam¨® contra todo pron¨®stico campe¨®n de liga con el pol¨¦mico Brian Clough en el banquillo. Pero su leyenda se har¨ªa a¨²n m¨¢s grande cuando al a?o siguiente consiguieron ganar la Copa de Europa al derrotar al Malmoe (1-0) en M¨²nich con un gol del legendario Trevor Francis, el delantero que acababan de fichar rompiendo por primera vez la barrera del mill¨®n de libras. Al a?o siguiente quedaron segundos en la liga pero jugaron la Copa de Europa en calidad de campeones¡ ?y la volvieron a ganar! En la final derrotaron (1-0) al Hamburgo de Kevin Keegan en el Bernab¨¦u.
Esa haza?a, pasar de forma consecutiva de segunda a doble campe¨®n de Europa, es imposible que vuelva a ocurrir en una competici¨®n como la que quiere Florentino.
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