River Plate gana un partido de Libertadores con 20 bajas por covid y con un centrocampista lesionado como portero
Los millonarios vencen 2-1 a Independiente de Santa Fe pese a los problemas para definir la alineaci¨®n
River Plate consum¨® la heroicidad. Con 20 futbolistas enfermos de covid (entre ellos los cuatro porteros de la plantilla), con un centrocampista lesionado bajo los palos y sin suplentes en el banquillo, gan¨® 2-1 a Independiente de Santa Fe e hizo historia en una noche que pod¨ªa haber sido catastr¨®fica. Los colombianos de Santa Fe pusieron mucho de su parte: quiz¨¢ por la obligaci¨®n de ganar ante un equipo que jugaba casi de rodillas, se bloquearon y apenas tiraron a puerta.
River tuvo que pechar con un error de hace meses. En su momento se neg¨® a inscribir a los juveniles en la Copa Libertadores y un contagio masivo de coronavirus dej¨® la semana pasada en cuadro su plantilla profesional. La Conmebol, organizadora de la gran competici¨®n continental, se neg¨® a inscribir a ¨²ltima hora un guardameta juvenil porque seg¨²n el reglamento eso s¨®lo era posible en caso de lesi¨®n grave de los dem¨¢s porteros, y, curiosamente, el covid, una enfermedad que puede matar, no es considerado una lesi¨®n grave por la organizaci¨®n futbol¨ªstica sudamericana.
Al equipo bonaerense, cuatro veces campe¨®n de la Libertadores, le quedaba lo que le quedaba. Diez jugadores de campo, muchos de ellos suplentes durante la temporada. Nada m¨¢s. El t¨¦cnico Marcelo Gallardo se vio obligado a colocar en la porter¨ªa a un centrocampista de 35 a?os con una lesi¨®n de isquiotibiales, Enzo P¨¦rez, y ordenar una defensa numantina. Gallardo, un estratega muy fino, tuvo la idea de lanzar un ataque en tromba en los primeros minutos con el que logr¨® excelentes resultados. Marcaron Angileri en el minuto 4 y ?lvarez en el minuto 6, lo que proporcion¨® a los millonarios una ventaja relativamente c¨®moda tras la que guarecerse.
A Enzo P¨¦rez se le not¨®, por supuesto, que ni era portero ni sab¨ªa lo que hac¨ªa. Pero el hecho de ofrecerse voluntario, asumiendo el riesgo de hacer el rid¨ªculo cargando con una goleada, y contribuyendo encima a la victoria final, le proporcion¨® un puesto eterno en la memoria de River. Ayudado por su defensa, que despej¨® balones hasta el agotamiento, y por los delanteros contrarios, cuya penosa actuaci¨®n preferir¨¢ olvidar la afici¨®n colombiana, P¨¦rez mantuvo su porter¨ªa a cero hasta mediados de la segunda parte, cuando un barullo en el ¨¢rea propici¨® el ¨²nico remate con peligro de Independiente y, l¨®gicamente, el gol. En cualquier caso, aunque no supiera salir ni bloquear el bal¨®n y cada c¨®rner lanzado sobre su ¨¢rea supusiera una angustia, Enzo P¨¦rez mantuvo la serenidad y la contagi¨® (hablar de contagios en River suena a sarcasmo) a sus compa?eros.
Despu¨¦s del gol de Independiente de Santa Fe no ocurri¨® mucho m¨¢s. River Plate no pod¨ªa arriesgarse a sufrir expulsiones y ten¨ªa que dosificar todo lo posible sus esfuerzos, porque en el banquillo no hab¨ªa nadie para hacer sustituciones. Contemporiz¨®, luch¨®, asisti¨® al espect¨¢culo de impotencia ofrecido por el equipo colombiano (que queda ¨²ltimo del grupo y eliminado, con el t¨¦cnico Harold Rivera al borde de la destituci¨®n) y, casi en el ¨²ltimo minuto, cuando sus jugadores boqueaban ya de cansancio, se permiti¨® fallar una clar¨ªsima ocasi¨®n de gol.
El club de Buenos Aires alcanz¨® el primer puesto de su grupo con la victoria imposible. ¡°Hemos hecho historia¡±, afirm¨® Marcelo Gallardo. En el lado colombiano se sinti¨® ¡°verg¨¹enza¡±, seg¨²n Harold Rivera, y hubo petici¨®n de disculpas a la afici¨®n. Independiente de Santa Fe es uno de los tres grandes clubes de Colombia y llevaba mucho tiempo sin vivir una jornada tan negra.
River Plate se gan¨® el apodo de ¡°gallina¡± por una cierta propensi¨®n hist¨®rica a venirse abajo en los momentos cr¨ªticos. Eso no ocurre desde que Gallardo dirige a la plantilla. River tiene ahora un equipo capaz de sobreponerse a las dificultades m¨¢s ¨¢speras. En su partido imposible contra Independiente de Santa Fe, con una alineaci¨®n de remiendos y un centrocampista cojo defendiendo la meta, lo fue todo menos gallin¨¢ceo.
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