De Wolf, descalificado en el pr¨®logo
El ciclista belga lleg¨® tarde a la salida del Tour de 1985 y entr¨® fuera de control en una etapa de 6,5 kil¨®metros
Alfons De Wolf era un clasic¨®mano belga que obtuvo sus mejores victorias en Italia. Gan¨® la Mil¨¢n-San Remo y el Giro de Lombard¨ªa, pero tambi¨¦n ocup¨® lugares de honor en la Lieja-Basto?a-Lieja, la Amstel Gold Race o el Tour de Flandes. Termin¨® su carrera con un buen palmar¨¦s y victorias de etapa en la Vuelta o el Tour de Francia. Un curr¨ªculo aparente con 58 triunfos. Pero se le ped¨ªa m¨¢s.
En B¨¦lgica, siempre exigentes con sus ciclistas, dec¨ªan que no viv¨ªa su profesi¨®n al m¨¢ximo. El hecho de que nunca mostrara signos de estar cansado, o de sufrimiento, abonaba esa creencia. La sombra del insaciable Eddy Merckx era muy alargada. El campeon¨ªsimo hab¨ªa elevado el list¨®n y nadie pod¨ªa alcanzarlo. ¡°Fue bombardeado para suceder a Merckx. Era una carga muy pesada¡±, aseguraba su amigo Guido Van Calster.
De Wolf lo ve¨ªa, como su amigo, de otra manera. Sab¨ªa que hab¨ªa ganado carreras importantes, pero ¨¦l pensaba de s¨ª mismo que estaba sobrevalorado, que le atribu¨ªan cualidades que no ten¨ªa. Cre¨ªa que su cuerpo no daba para correr al m¨¢ximo nivel durante todo el a?o, que no estaba preparado: ¡°A veces tuve buenos d¨ªas, pero no pod¨ªa manejar esa presi¨®n. No pod¨ªa estar mentalmente fuerte todo un a?o¡±.
Lo que sucedi¨® en el Tour de 1985 aliment¨® m¨¢s todav¨ªa la leyenda negra de De Wolf. Corr¨ªa en el Fagor, el equipo vasco que hab¨ªa retornado al ciclismo con Luis Oca?a como director. La misi¨®n de Alfons de Wolf era escoltar a los dos l¨ªderes de la escuadra, Bernadeau y Pedro Mu?oz. Pero no lo hizo.
El Tour sal¨ªa de Plumelec, en Breta?a, la tierra de Bernard Hinault. Comenzaba el 28 de junio con un pr¨®logo de seis kil¨®metros y medio que terminaba en la cota de Cadoual, todo preparado para que el Caim¨¢n lanzara su primera dentellada. Le tocaba partir a De Wolf, pero se hab¨ªa perdido, no aparec¨ªa por la salida. Oca?a y el resto del equipo entraron en p¨¢nico. El locutor ped¨ªa su presencia por la megafon¨ªa, pero Fons no estaba, ni se le esperaba. El juez dio la salida en un caj¨®n vac¨ªo. Cinco minutos despu¨¦s, apareci¨® y sali¨®. Gan¨® Hinault, como estaba previsto, y De Wolf lleg¨® con un tiempo de 15m 10s, a 6,23 del campe¨®n franc¨¦s, fuera de control. Los jueces determinaron su descalificaci¨®n. A Oca?a le llevaban los demonios. Alegaba que a su corredor se le hab¨ªa roto un pedal antes de la salida; el ciclista explic¨® a los periodistas belgas que hab¨ªa tenido un problema mec¨¢nico en el calentamiento. Excusas. En realidad crey¨® que deb¨ªa salir diez minutos m¨¢s tarde. Las cr¨ªticas en su pa¨ªs fueron feroces. Fue un precedente de lo que le sucedi¨® a?os despu¨¦s a Pedro Delgado en Luxemburgo, pero mucho m¨¢s grave.
Al final de su carrera, De Wolf estaba en la isla de Guadalupe durante un viaje promocional, y se pinch¨® con un erizo de mar que conten¨ªa un par¨¢sito. Su nivel de gl¨®bulos rojos y blancos de desplom¨® y tuvo que dejar el ciclismo. Luego comenz¨® a trabajar en la funeraria de su mujer, Krista, pero con el divorcio perdi¨® el trabajo. Entr¨® en depresi¨®n. ¡°Tuve una depresi¨®n severa: hab¨ªa perdido a mi esposa y mi trabajo, mi c¨ªrculo de amigos se vino abajo... El sue?o de lo que esperaba de mi vida se hizo a?icos¡±, confesaba a?os despu¨¦s.
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