Florentino P¨¦rez: un argentino m¨¢s
Cuando uno se pone al frente de un transatl¨¢ntico como el Real Madrid est¨¢ sujeto al escrutinio medi¨¢tico: tambi¨¦n por aquello que calla en p¨²blico y comenta en privado
Lo que m¨¢s impacta en las grabaciones publicadas estos d¨ªas por El Confidencial es la naturalidad con la que Florentino P¨¦rez baja a la tierra y se convierte en un argentino m¨¢s, en la sublimaci¨®n del hincha cabreado y lenguaraz que no deja t¨ªtere con cabeza porque el f¨²tbol tambi¨¦n se invent¨® para esto: para que, en ambientes de pretendida intimidad, pueda uno mentar a la madre del portero, la IQ del mediocentro y la dieta rica en hidratos del gordo hijo de tal que no tiene cerebro ni para rematar bien de cabeza. Si se me permite so?ar, nada me apetecer¨ªa m¨¢s ahora mismo que descubrir al propio Florentino detr¨¢s de aquella cuenta que rebautiz¨® al ¡®Pipa¡¯ Higuain como ¡®Cementerio de canelones¡¯.
Cuando uno se pone al frente de un transatl¨¢ntico como el Real Madrid est¨¢ sujeto al escrutinio medi¨¢tico: tambi¨¦n por aquello que calla en p¨²blico y comenta en privadoCuando uno se pone al frente de un transatl¨¢ntico como el Real Madrid est¨¢ sujeto al escrutinio medi¨¢tico: tambi¨¦n por aquello que calla en p¨²blico y comenta en privado
Se le calent¨® la boca al ahora presidente del Madrid y lo grabaron: muy bien. Algunos dir¨¢n que sus palabras lo dejan en mal lugar por ofender verbalmente a mitos del club como Ra¨²l, Casillas, Vicente del Bosque, Cristiano Ronaldo, Jose Mourinho y hasta F¨¢bio Coentr?o, que tambi¨¦n fue mito a su manera. Y estar¨¢n en su derecho, evidentemente. Cuando uno se pone al frente de un trasatl¨¢ntico como el Real Madrid est¨¢ sujeto al escrutinio medi¨¢tico: tambi¨¦n por aquello que calla en p¨²blico y comenta en privado. En el momento que sus comentarios trascienden, quien habla de viva voz sigue siendo Florentino P¨¦rez, l¨ªder mesi¨¢nico de uno de los grandes clubes del planeta y, por tanto, el primer obligado a guardar unas cautelas que, a la vista de lo acontecido, no parece hayan sido el punto fuerte de su mandato.
Yo, que tampoco me considero un heterodoxo en esto del f¨²tbol, he llegado a encontrar una cierta vis c¨®mica en sus afirmaciones, acostumbrado como estoy desde ni?o al ambiente del bar y habiendo escuchado cosas terribles respecto de protagonistas a los que, cinco minutos m¨¢s tarde, el mismo que los hab¨ªa ofendido est¨¢ dispuesto a besar delante de toda su familia incluida la pol¨ªtica, que siempre es m¨¢s dada a criticar este tipo de explosiones. A Coentr?o, por ejemplo, le llama ¡°tolili¡± un Florentino con la boca tan llena de arte de que dan ganas de pedirle que lo repita en cada intervenci¨®n p¨²blica de aqu¨ª en adelante, a ser posible refiri¨¦ndose a m¨ª, que siempre he querido tener un mote con acento grave y terminado en i.
Tampoco parece que la parroquia blanca est¨¦ por la labor de censurarlo en exceso o pedirle responsabilidades y, a la hora en que escribo estas l¨ªneas, ni siquiera se conoce la reacci¨®n de ninguno de los adjetivados. Por supuesto, intuyo que no debe ser agradable escuchar seg¨²n qu¨¦ cosas sobre uno mismo. Pero todos ellos conocen sobradamente los ambientes ¨ªntimos del f¨²tbol y hasta la naturaleza del ser humano, muy dada a desbocarse cuando uno se relaja, baja la guardia y deja volar libre a la sinhueso. No s¨¦ por qu¨¦, pero me acuerdo ahora de una an¨¦cdota que me cont¨® Juan Tall¨®n sobre Norberto Conde tras su llegada a Hurac¨¢n. Tra¨ªa fama de goleador insaciable pero no terminaba de ver puerta as¨ª que, cierto d¨ªa, mientras repasaba la actuaci¨®n de sus futbolistas en el ¨²ltimo partido, el m¨ªster le pregunt¨®: ¡°A vos, Beto, te llamaban ¡®El goloso del gol¡¯¡ ?Qu¨¦ te pas¨® ac¨¢ en Hurac¨¢n? ?Te agarr¨® la diabetes?¡±. Imaginen la cara de Conde si un personaje con la ascendencia del m¨ªtico ¡®Pipo¡¯ Rossi le llega a llamar ¡°tolili¡±.
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