La Serie A cotiza al alza (pese a todo)
Italia ha levantado su primera Eurocopa en seis d¨¦cadas, ha logrado proezas en los Juegos y ha ganado Eurovisi¨®n
Las ligas europeas responden a veces a sutiles movimientos tect¨®nicos que las han ido recolocando y desplazando en la jerarqu¨ªa de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Enamoraron el Milan de Sacchi y Capello; la Juve de Platini o ...
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Las ligas europeas responden a veces a sutiles movimientos tect¨®nicos que las han ido recolocando y desplazando en la jerarqu¨ªa de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Enamoraron el Milan de Sacchi y Capello; la Juve de Platini o Zidane, o incluso aquella Fiorentina de Batistuta. Fue antes de que quebrasen empresas como Parmalat o Cirio o de que perdieran inter¨¦s en el f¨²tbol otras como Fininvest, que pagaban la fiesta. Luego le toc¨® a Espa?a y, desde hace unos a?os, lleg¨® el turno de la Premier. Es f¨¢cil decir que se trata solo de dinero, derechos audiovisuales y lo que comportan (que casi siempre es casi todo). Pero suele haber algo m¨¢s. Una base de jugadores fuertes que ganan con la selecci¨®n nacional gracias al trabajo del f¨²tbol formativo, un pu?ado de directivos audaces o una historia ¡ªel relato cultural del f¨²tbol¡ª f¨¢cilmente exportable. Italia, qui¨¦n lo iba a decir, tiene este a?o algunos de esos ingredientes y cotiza al alza pese a la evidente fuga de talento (Lukaku, Donnarumma, Achraf¡) y unos n¨²meros rojos que asustan.
El deporte permite descifrar muchas veces el estado de ¨¢nimo y la salud financiera de un pa¨ªs. Italia ha atravesado dos d¨¦cadas de estancamiento econ¨®mico instalada sin complejos en la cola de crecimiento de la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n enormes turbulencias pol¨ªticas (10 cambios de Gobierno en 20 a?os) y descarados flirteos con el euroescepticismo. Incluso una cierta autarqu¨ªa cultural que la encerr¨® en s¨ª misma y un decaimiento an¨ªmico de sus atletas internacionales que empezaba por un modelo futbol¨ªstico obsoleto con escaso talento nacional. Pero algo se ha alineado en el ¨²ltimo a?o.
Italia ha levantado la primera Eurocopa en casi seis d¨¦cadas (la Nazionale lleva 34 partidos sin perder con un f¨²tbol alegre y atractivo), ha logrado proezas en el podio de los Juegos Ol¨ªmpicos (nadie recordaba algo como el oro en los 100 metros de Jacobs) y se ha proclamado vencedora de Eurovisi¨®n (que en Italia no es poca cosa). Un momento hist¨®rico que coincidi¨® con la formaci¨®n de un gobierno de unidad nacional (ins¨®lito en este pa¨ªs) al frente del cual la m¨¢quina del estado italiano puso a Mario Draghi, a quien muchos consideran el salvador de la moneda ¨²nica. ?Puede tener algo que ver la armon¨ªa y esta nueva fiabilidad italiana con el ¨¦xito deportivo?
La prueba del movimiento, como en casi todo hoy en d¨ªa, la aporta tambi¨¦n el riesgo que son capaces de asumir los fondos de inversi¨®n a quien pertenecen nuestras vidas y las empresas donde trabajamos. La Serie A no tiene una lira y este a?o apuesta el v¨¦rtigo de su competici¨®n al regreso de viejos rockeros del banquillo como Mourinho (Roma), Allegri (Juventus), Sarri (Lazio) o Spalletti (N¨¢poles). El poder de seducci¨®n y el potencial econ¨®mico que mantiene el calcio se ha visto en asuntos como el famoso fondo CVC y la oferta que recibi¨® la Serie A (y rechaz¨®) muchos antes que la realizada a LaLiga, la constante entrada de capital extranjero en los clubes (la Roma volvi¨® este a?o a cambiar de propietarios) o en el est¨ªmulo an¨ªmico y econ¨®mico que supondr¨¢ la Eurocopa.
Las dos paradas de Donnarumma en la tanda de penaltis con Inglaterra, dicen los economistas, valdr¨¢n 12.000 millones de euros. Una cifra que se a?adir¨¢ al PIB italiano, en pleno boom econ¨®mico gracias a los fondos de recuperaci¨®n europeos, por la conquista del t¨ªtulo. El pa¨ªs ya vio c¨®mo su riqueza aumentaba un 2% en 2006, algo que se atribuye directamente a aquel Mundial de Alemania (el crecimiento medio de un estado el a?o que gana la Copa del Mundo es de 0,7%). Esta temporada, cuando el p¨²blico volver¨¢ al estadio mostrando en los tornos de entrada su certificado de vacunaci¨®n, hay muchas ganas de ver a los Chiesa, Locatelli, Pessina o Spinazzola que ganaron la Eurocopa vestidos de azul corriendo con sus equipos por las canchas de Italia. El ambiente que se respira a una semana del inicio del campeonato anuncia que, pese a todo, esta Italia en pleno boom necesita tambi¨¦n el renacimiento de la Serie A.
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