Muguruza descorcha la Arthur Ashe
La espa?ola logra su primer triunfo en la central de Nueva York tras sortear un duelo lleno de trampas ante Azarenka: 6-4, 3-6 y 6-2, en 2h 15m. Iguala su mejor registro en el torneo y encara a Krejcikova
En direcci¨®n a los 28 a?os y restableci¨¦ndose todav¨ªa de una larga traves¨ªa por el desierto que la apart¨® del primer plano, Garbi?e Muguruza reitera esta temporada, una y otra vez, la palabra madurez. Dice la espa?ola, ya en los octavos de Nueva York despu¨¦s de lograr una victoria de las que dan alas contra Victoria Azarenka (6-4, 3-6 y 6-2, en 2h 15m), que conforme ve c¨®mo el nuevo pelot¨®n de veintea?eras gana espacio en la zona noble del circuito empieza a sentirse mayor, lo que quiere decir mejor. Ha ganado, repite, templanza y aplomo, se conoce m¨¢s a s¨ª misma y de esa forma es capaz de sortear situaciones tan complejas como la que exigi¨® la bielorrusa.
Un tormento cuando est¨¢ inspirada, la veterana Azarenka, que se las sabe todas y controla los tiempos como pocas, se hab¨ªa repuesto del golpe inicial y amenazaba con la demolici¨®n. Corriente a favor, es pr¨¢cticamente ingobernable. Dura de mollera tambi¨¦n, se hab¨ªa repuesto mentalmente de la andanada que le propin¨® la espa?ola para hacerse con el primer set, una sucesi¨®n de 14 puntos a 1 que la hab¨ªa dejado tocada. Pese a ello, se levant¨®, pero conforme lo hizo, Muguruza la devolvi¨® a la lona con una solemne y elaborada respuesta: break para 4-2 en el tercero, y rumbo a la cuarta ronda del torneo.
Es decir, aspira ahora a romper su techo en Nueva York, donde se le aguarda porque es el ¨²nico gran escenario que no ha disfrutado de su mejor tenis. Campeona en Par¨ªs y Londres, y finalista en Melbourne, la espa?ola ha puesto las bases para, por fin, completar un buen trazado en el asfalto de Flushing Meadows. Tras dos primeras actuaciones convincentes, el triunfo contra Azarenka constata el salto mental de una jugadora con tendencia a atraparse, que en otros tiempos hubiese entregado o se hubiese ido de un partido con mil virajes y m¨²ltiples aristas. Esta vez no. Cuando hab¨ªa que estar firme, aguantar el chaparr¨®n y reubicarse, lo hizo con frialdad.
¡°Estaba muy preparada para un partido tan duro como este¡±, le contest¨® al sueco Mats Wilander durante la entrevista a pie de pista, con el buen semblante que la acompa?a este verano, recuperada tras una primavera dif¨ªcil en la que f¨ªsicamente no estuvo fina y se llev¨® una doble desilusi¨®n en el Bois de Boulogne y el verde londinense. ¡°?La clave? Solo concentraci¨®n. Sab¨ªa que iba a ser dif¨ªcil, pero estoy encontrando mi ritmo y mi momento¡±, continu¨® la 10 del mundo, una tenista que pese a su bagaje ¨Cbicampeona de Grand Slam y exn¨²mero uno¨C, todav¨ªa no hab¨ªa conseguido ganar un partido en la gigantesca Arthur Ashe.
¡°En el segundo set, ella regres¨® con un gran tenis, pero ese es un momento en el que no debes entrar en p¨¢nico y en el que debes relajarte, confiar en que vas a volver de nuevo¡±, comentaba en referencia al tramo cr¨ªtico del encuentro, cuando la bielorrusa, dos majors y en su d¨ªa tambi¨¦n en lo m¨¢s alto del ranking, se dio cuenta de que poco m¨¢s pod¨ªa hacer. Incandescente, como si se hubiera tomado tres o cuatro caf¨¦s de m¨¢s, Azarenka se inclin¨® revolvi¨¦ndose, pero sin fe; dos aces y otras dos dobles faltas, de modo que Muguruza, sin pesta?ear toda la tarde, rostro hier¨¢tico, se gan¨® un hueco en el cartel de los octavos.
Hacia esa madurez tan anhelada, chocar¨¢ en la siguiente estaci¨®n con la ¨²ltima campeona en Roland Garros, la checa Barbora Krejcikova (6-4 y 6-2 a Rakhimova). Y lo har¨¢, por fin, habiendo descorchado la Arthur Ashe.
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