El declive del Arsenal, mal augurio para el Bar?a
Fuera de Europa tras 18 a?os, el conjunto londinense no conserva a sus estrellas ni compite en el mercado

Hace menos de un cuarto de siglo, el Arsenal estaba en la gloria. Ars¨¨ne Wenger hab¨ªa conseguido tejer un equipo extraordinario que maravillaba con su f¨²tbol ofensivo y que hab¨ªa hecho olvidar el burl¨®n c¨¢ntico de Boring, boring Arsenal con el que los hinchas rivales menospreciaban a un equipo que, s¨ª, ganaba algunas Ligas, pero aburr¨ªa soberanamente con el defensivo George Graham en el banquillo.
Con el cambio de siglo, Higbury disfrutaba con jugadores como Bergkamp, Henry, Vieira, Anelka, Overmars, Petit, Ljungberg, Pir¨¦s, Wiltord, F¨¢bregas, Reyes, Van Persie¡ En aquellos a?os dorados, el Arsenal gan¨® tres Ligas y Cuatro copas entre 1998 y 2005, incluidos dos dobletes de Liga y Copa (1998 y 2002) y la gesta de ganar invictos la Liga de 2003, algo que antes solo hab¨ªa conseguido otro equipo en Inglaterra: el Preston North End en la temporada 1888-89.
Todo ese cuento de hadas empez¨® a desvanecerse cuando el club decidi¨® mudarse a un nuevo estadio, Emirates (60.700 espectadores), inaugurado en la temporada 2006-07, porque el vetusto y entra?able Highbury (38.500 espectadores) se hab¨ªa quedado peque?o. Los entonces propietarios y gestores del Arsenal, gente adinerada pero que no estaban en el club para hacer negocio sino para ganar trofeos, empezaron a recortar gastos para financiar el proyecto sin hipotecar el futuro del club. Pero lo que naci¨® como un proyecto para ampliar la base financiera del Arsenal, lo que hizo fue atraer a un tibur¨®n, el multimillonario estadounidense Stan Kroenke, que empez¨® a comprar paquetes de acciones en 2007, logr¨® el control en 2011 y es propietario ¨²nico desde 2018. Su objetivo, sin embargo, no es ganar trofeos, sino ganar dinero.
La austeridad que empez¨® para financiar el Emirates se ha prolongado para engordar la cuenta de resultados de Kroenke Sports & Entertainment (un imperio de casi 10.000 millones de d¨®lares). Y el equipo que llevaba 18 a?os consecutivos disputando competiciones europeas se encuentra por primera vez fuera de Europa. El equipo que le disput¨® la final de la Champions al Bar?a (2006) y la de la Liga Europa al Chelsea (2019) perdi¨® el a?o pasado las semifinales de esa misma Liga Europa ante el Villarreal, acab¨® octavo en la Premier y este a?o ha tenido un comienzo catastr¨®fico: tres derrotas consecutivas, cero goles a favor, nueve en contra, despu¨¦s de abrir la temporada perdiendo en casa del reci¨¦n ascendido Brentford (2-0), ser arrollado por el Chelsea (0-2) y humillado por el Manchester City (5-0).
Muchos creen que el entrenador, Mikel Arteta, se juega su futuro el s¨¢bado ante el Norwich City, que llega al Emirates tambi¨¦n con cero puntos, un gol a favor y 10 en contra. Pero todos saben que, al margen de los aciertos o errores de Arteta y del director de f¨²tbol, Edu (dicen que han creado una plantilla descompensada, con demasiados veteranos, jugadores incompatibles entre s¨ª, algunos demasiado caros¡), el declive del Arsenal viene de lejos y se debe a su incapacidad por mantener a sus estrellas y competir en el mercado.
El Arsenal, sin embargo, tiene las cuentas saneadas y en cualquier momento puede ocurrir que los odiados Kroenke se decidan a vender. No faltan potenciales compradores: Daniel Ek, cofundador de Spotify, ya lo intent¨® la pasada primavera. Y los Kroenke se enfrentan a un demanda de 1.000 millones de d¨®lares de la ciudad de San Luis por llevarse a Los ?ngeles al equipo de f¨²tbol americano que les puede impulsar a desprenderse del Arsenal.
?Por qu¨¦ todo esto es un mal augurio para el Barcelona? Porque demuestra lo f¨¢cil que es pasar de la gloria al declive. Porque el Bar?a est¨¢ ahora empezando esa fase en la que no hay dinero para mantener a las viejas estrellas y atraer otras nuevas. Porque no puede llegar Spotify para salvarlo. Y, sobre todo, porque tiene una deuda gigantesca que hace pensar que los a?os de vacas flacas van a ser muchos, muchos, muchos.
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