El Bar?a, el trauma y su noqueador
Bayern no construye castillos en el aire, mientras que el club azulgrana se ha estrellado por despilfarrador y descriteriado
El Bayern M¨²nich ha trasladado a Barcelona el eje competitivo que sol¨ªa mantener con el Real Madrid. Una de las grandes exhibiciones del Bar?a de Guardiola se escenific¨® contra el equipo alem¨¢n en el a?o de los seis t¨ªtulos. Igual de abrumadora fue la respuesta del Bayern en el dram¨¢tico interregno de Jordi Roura, sustituto de Tito Vilanova en las ¨²ltimas semanas de la temporada 2012-13. La masacre de Lisboa, un 2-8 que todav¨ªa se encuentra en proceso de digesti¨®n, desencaden¨® los acontecimientos que han convertido al Bar?a en un polvor¨ªn.
Ha pasado un a?o desde el partido de Lisboa y el Bayern regresa para medir el estado del Bar?a. El complejo y divergente ritmo del tiempo en el f¨²tbol se aprecia m¨¢s que nunca en esta ocasi¨®n. Siguen Neuer, Lewandowski, Kimmich y M¨¹ller, el espinazo del equipo desde hace mucho tiempo. Sus nombres se asocian a una manera de jugar y de resaltar el esp¨ªritu de un club que empez¨® de la nada ¡ªno se le integr¨® en la primera edici¨®n de la Bundesliga en 1963¡ª y ya hab¨ªa ganado tres Copas de Europa en 1976.
No siguen Messi, Luis Su¨¢rez y Griezmann, lujosa delantera azulgrana de aquella tarde. Les despidi¨® el Bayern con una tromba de goles y un mensaje contundente: se acab¨® sin remisi¨®n la edad de oro del Bar?a. Es una vieja costumbre del f¨²tbol dinamitar grandes ¨¦pocas en un suspiro. En Lisboa revent¨® el equipo y el club, acosado por conflictos, deudas y desasosiego. Lo explica su actual delantera: Memphis, que ha llegado gratis, Luuk de Jong y Braithwaite (lesionado).
En aquel encuentro tambi¨¦n se midieron dos formas de interpretar la vertiente econ¨®mica del f¨²tbol. En los mejores d¨ªas de su historia, el Bar?a se construy¨® alrededor de media docena de futbolistas adiestrados en la cantera. Por m¨¢gica que fuera la coincidencia generacional de jugadorazos como Messi, Xavi, Iniesta, Busquets, Piqu¨¦ y V¨ªctor Vald¨¦s, a su favor obr¨® un factor decisivo: la convicci¨®n en una idea m¨¢s f¨¢cil de publicitar que de verificar en las alineaciones. El Bar?a la verific¨® como nadie.
En muchos aspectos, aquel Bar?a guardaba grandes similitudes con el Bayern, club que tradicionalmente se nutre del f¨²tbol alem¨¢n, con una apreciable representaci¨®n de su cantera. El modelo funciona desde sus primeros d¨ªas en la Bundesliga. Desde la ¨¦poca de Maier, Beckenbauer, Breitner, Hoeness y Gerd M¨¹ller, las sucesivas ediciones del equipo se han caracterizado por la preponderancia de jugadores locales, garantes por definici¨®n del nervio del club.
Mientras el Bar?a desde?aba uno de los principales factores de su ¨¦xito ¡ªla crisis econ¨®mica le obliga a mirar de nuevo a sus j¨®venes¡ª, el Bayern mantuvo el equilibrio que le ha caracterizado toda la vida: ficha a los mejores del campeonato alem¨¢n, conf¨ªa en los j¨®venes ¡ªDavies y Musiala apuntan alto¡ª, gasta menos que el resto del gotha europeo (Lucas Hern¨¢ndez, 60 millones, es el mayor fichaje de su historia), prescinde de fenomenales jugadores si desequilibran las cuentas (Kroos y Alaba) y conserva su inalterable estructura: es f¨¢cil detectar la l¨ªnea que traza el Bayern de Neuer, Kimmich, M¨¹ller y Lewandowski con el de Maier, Beckenbauer y Gerd M¨¹ller. El trazo de la coherencia.
En la burbuja econ¨®mica que preside el f¨²tbol, el Bayern no construye castillos en el aire, ni se deja seducir por proyectos exclusivistas. En ese mismo escenario, el Bar?a se ha estrellado por despilfarrador y descriteriado. Cuenta con una ventaja: por fin tiene que asumir la realidad. El suelo es un eficaz pedagogo, invita a la sensatez y al empuje. Desde esa posici¨®n, tan lejana a la de favorito por decreto, tendr¨¢ que jugar esta noche el Bar?a un partido mitad traum¨¢tico, mitad trampol¨ªn al futuro.
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