

Falcao es oro molido para el Rayo Vallecano
El delantero colombiano sentencia al Athletic con un gol en el descuento (1-2)


Falcao lo volvi¨® a hacer. Su fichaje por el Rayo ha sido oro molido para el equipo vallecano. Sali¨® unos minutos al c¨¦sped en San Mam¨¦s y volvi¨® a amargarle la noche al Athletic, como en Bucarest, en la final de la Europa League hace ya una d¨¦cada, pero el instinto goleador, al margen de las lesiones que le han tenido apartado de las ¨¢reas, no se esfuma tan f¨¢cil. En un minuto, con el descuento del partido llegando ya a su final, provoc¨® una falta de I?igo Mart¨ªnez, una tarjeta amarilla al central rojiblanco, y remat¨® de cabeza, con su estilo inimitable, el centro de Bebe para darle la victoria a su equipo. En Bucarest le dio un disgusto a Iraola; esta vez, una alegr¨ªa.


Volv¨ªa el t¨¦cnico a San Mam¨¦s despu¨¦s de su retirada como futbolista, aunque hab¨ªa acudido varias veces a su localidad de socio del Athletic, y su salida al c¨¦sped pas¨® desapercibida entre los c¨¢nticos y el homenaje a la trainera de Santurtzi, ganadora de la centenaria Bandera de San Sebasti¨¢n 35 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima, pero la manera de desenvolverse de su equipo s¨ª llam¨® la atenci¨®n.
El Rayo Vallecano de Iraola empieza a coger forma, pese a su modestia, el presupuesto ajustado y los c¨ªclicos conflictos entre su presidente y la afici¨®n. Entr¨® al campo con personalidad, sin arrugarse y tratando de dar donde m¨¢s duele, y lo dio enseguida, cuando Guardiola le birl¨® la pelota a Vesga, que se qued¨® dormido, y le meti¨® un bal¨®n de gol a ?lvaro, que bati¨® a Unai Sim¨®n en su salida. Era el minuto 5, con todo por hacer, pero con muchas cosas ya hechas por el Rayo ante un Athletic que se desconcentr¨® con el gol y no encontr¨® el camino hacia la porter¨ªa de Dimitrievski. Jugaban los madrile?os con soltura y los bilba¨ªnos ¡ªcon muchos cambios en la alineaci¨®n¡ª, encorsetados, agarrotados, por mucho que Muniain tratara de imponer un orden l¨®gico a las cosas. Al portero del Rayo s¨®lo le llegaban cesiones y balones perdidos por el Athletic, que mediada la primera mitad, por fin consigui¨® encadenar un ratito de llegadas al ¨¢rea, apretando al Rayo.
A la media hora, sin noticias todav¨ªa de la vanguardia rojiblanca, una falta lateral sobre Muniain se convirti¨® en la salvaci¨®n moment¨¢nea del Athletic. La lanz¨® cerrada el capit¨¢n y Pathe Ciss cabece¨® hacia su propia porter¨ªa para regocijo local. Apret¨® el equipo de Marcelino entonces. Hab¨ªa recuperado la fe, y aunque el Rayo cedi¨® terreno, no pas¨® demasiados apuros hasta el descanso, salvo en una pared entre Nico Williams y Ra¨²l Garc¨ªa que el hermano peque?o de I?aki remat¨® a pocos cent¨ªmetros del palo.
Con la segunda mitad lleg¨® el diluvio y se descontrol¨® el juego. El Rayo dio un paso atr¨¢s y cedi¨® toda la iniciativa al Athletic, que intent¨® empujar por las bandas. Isi y Unai L¨®pez no enredaban tanto como en la primera parte, y se not¨® en el juego rayista, aunque los bilba¨ªnos tampoco llegaban con la claridad que requer¨ªa el partido, as¨ª que Marcelino sac¨® a toda su artiller¨ªa. El equipo se volvi¨® reconocible, muy parecido al habitual durante las primeras jornadas, pero sin embargo, el f¨²tbol se espes¨®. Las piezas de Iraola se recompusieron mediado el parcial y le hicieron la vida imposible al Athletic, que corr¨ªa pero no encontraba demasiados resquicios por los que buscarles las cosquillas a los madrile?os, que defend¨ªan bien su territorio, sin causarle penurias a Dimitrievski.
El inter¨¦s que puso el Athletic fue encomiable, como casi siempre, pero no le lleg¨® para ganar el partido, ni para empatarlo siquiera, porque apareci¨® Falcao con su instinto que no caduca, y los puntos se los llev¨® el Rayo.
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