Osasuna despeja al Madrid
El equipo navarro, blindado con una zaga muy efectiva, bloquea a un Real elemental de inicio y al que no le sirvi¨® el mayor ¨ªmpetu del segundo acto
Un planchazo para el Madrid. Otro puntazo para Osasuna. En el Bernab¨¦u solo tir¨® confetis el equipo navarro, blindado en la cueva como un sacamuelas. Suficiente para bloquear a un Real sin gancho de inicio y al que no le alcanz¨® con su mayor ¨ªmpetu en el ¨²ltimo trecho. El andamiaje osasunista le result¨® un himalaya hasta el final. Lo mismo dio que Osasuna diera un paso atr¨¢s tras otro. Aupado por una defensa de plomo, el grupo de Arrasate dej¨® clavado al Madrid, que nunca dio con la p¨®cima.
Abrochado Osasuna, el Real sucumbi¨® en la orilla, ni tan siquiera tuvo remedio con la entrada del inesperado pero vivificante Marcelo, guionista de los mejores momentos de los madridistas. Tampoco sirvieron de sonajero los fogonazos de Vinicius, Rodrygo y Benzema. Al frente del encuentro, la zaga rojilla, la banda sonora de la noche por tierra y por aire.
De entrada, poca cosa en Chamart¨ªn, con un partido tan aparatoso como sosaina en el primer tiempo, solo emotivo en el segundo. De inicio, ni Osasuna fue ese campo de minas que se le supone ni el Real Madrid un equipo expansivo. A los navarros les sobr¨® la pelota, un engorroso artefacto. Una sola preocupaci¨®n: que el Madrid no saliera en estampida. O sea, que Vinicius no tuviera horizontes. Lo consiguieron los muchachos de Arrasate, tan mancomunados en defensa como sin nada de lo que fardar en ataque, por m¨¢s que se alinearan Kike Garc¨ªa y Chimy ?vila.
Encriptado Vinicius, el m¨¢s revoltoso de los locales, no hab¨ªa dictado en los de Ancelotti. Previsibles y pesadotes, los blancos no daban con la tecla en el per¨ªmetro de Sergio Herrera, con tajo s¨ª, pero sin grandes paradas.
Toda la trama pasaba por el costado izquierdo del ataque madridista. Es el momento Vinicius, y el equipo se lo reconoce. Benzema iba a su auxilio, como Kroos, y como Mendy. Pero el lateral franc¨¦s no daba vuelo sino que cargaba la montonera por esa orilla. M¨¢s que abrir espacios los cerraba. Al otro lado, flotaba sin m¨¢s Asensio y percut¨ªa Carvajal con Camavinga desubicado a su espalda. El partido exig¨ªa hacer bascular a la zaga rojilla, esta vez con tres centrales, pero ni Kroos, un experto en la materia, daba puntadas. Todo resultaba muy elemental. Un chollo para Osasuna, afanado en la intendencia y tan pancho sin el bal¨®n y sin ajetreo en las porter¨ªas.
Atornillado Vinicius, enchironado por un pelot¨®n de rojillos, el Madrid se limit¨® a un vaiv¨¦n ordinario de la pelota. Un disparo combado de Vinicius fue el ¨²nico aviso madridista en el primer acto. Para Osasuna, una ocasi¨®n sin querer, un rebote en Kike Garc¨ªa tras un lanzamiento de esquina.
Al partido le faltaba chispa, marcha, gracia. Es decir, alguien que mendigara un poco de f¨²tbol. Sin espacios, el Madrid resultaba empachoso. Y ni una rendija le concedi¨® Osasuna, dispuestos sus chicos como boinas verdes. El segundo tiempo ya tuvo otro aire.
No demor¨® su intervenci¨®n Ancelotti, que al descanso retir¨® al disperso Camavinga, ya amenazado con una tarjeta, en beneficio de Rodrygo, lo que retras¨® a Asensio a la posici¨®n de volante. Con Rodrygo, otra escala. El Madrid se procur¨® cargar tambi¨¦n por la v¨ªa contraria a Vinicius. Dos amenazas, m¨¢s exigencia para la cofrad¨ªa defensiva de Osasuna. Eso s¨ª, a¨²n se perfilaba el nuevo Real cuando el Chimy lanz¨® una contra que cerr¨® Moncayola con un remate al poste derecho de Courtois. Una jugada espasm¨®dica, porque agitados Rodrygo y Benzema y con Marcelo a punto, los de Arrasate poco a poco se hundieron m¨¢s y m¨¢s en la trinchera.
El renacido Marcelo
Casi emboca Benzema en una maniobra distinguida que deriv¨® en un zapatazo con la zurda que rasc¨® el larguero. Ya cargaba el Real, con lo que el t¨¦cnico visitante dio carrete a Brasanac y Rub¨¦n. Osasuna requer¨ªa una bocanada de aire. El Madrid apretaba, sin arte y algo precipitado, pero con un merodeo constante en el radar de Sergio Herrera. Lleg¨® la hora de los Garc¨ªa, Unai y David, los centrales antidisturbios de Osasuna. Imperiales si el rival abusa de los centros laterales. Algunos le sobraron al Real. No tantos con la entrada del renacido Marcelo, mucho menos confuso que Mendy. Al brasile?o, clase le queda y su zurda todav¨ªa es geom¨¦trica. Nadie interpret¨® mejor la ofensiva que el veterano lateral, una amenaza permanente.
Menos pisada tuvo Hazard, otra jornada irrelevante. Sin soluci¨®n, a todos se impuso finalmente la retaguardia de los navarros. Y eso que esta vez no compareci¨® un Osasuna con el interruptor en campo contrario. Con otra cepa, igual de efectiva, el equipo, encapotado cada vez m¨¢s, resisti¨® en Chamart¨ªn. Un chasco para el Madrid lanzado tras su visita a Kiev y su exitosa comparecencia en el cl¨¢sico. Osasuna, que no es precisamente un equipo de mariachis, tuvo hueso y el Madrid lo pag¨®.
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