Carlos Alcaraz, del colapso a la lecci¨®n
El murciano, arrastrado emocionalmente por la adversidad de la grada de Bercy, procesa el episodio de modo constructivo: ¡°No imaginaba que pod¨ªa ser tan heavy¡±
El primer copo, en forma de celebraci¨®n cuando falla un servicio, acaba transform¨¢ndose en una gran bola de nieve que se le aproxima y se lo lleva por delante. Entrada ya la medianoche en Par¨ªs, a Carlos Alcaraz le asalta un ej¨¦rcito de dudas y estr¨¦s, de incomprensi¨®n. La grada de Bercy jalea al local Hugo Gaston y le muestra una realidad hasta entonces desconocida para ¨¦l, hostil y espinosa: una pista en contra. Se le agarrotan las piernas, pierde el paso y el contador de errores se dispara; hasta 17 pelotazos consecutivos se estrellan en la red. ...
El primer copo, en forma de celebraci¨®n cuando falla un servicio, acaba transform¨¢ndose en una gran bola de nieve que se le aproxima y se lo lleva por delante. Entrada ya la medianoche en Par¨ªs, a Carlos Alcaraz le asalta un ej¨¦rcito de dudas y estr¨¦s, de incomprensi¨®n. La grada de Bercy jalea al local Hugo Gaston y le muestra una realidad hasta entonces desconocida para ¨¦l, hostil y espinosa: una pista en contra. Se le agarrotan las piernas, pierde el paso y el contador de errores se dispara; hasta 17 pelotazos consecutivos se estrellan en la red. El espa?ol se difumina, colapsa y termina vini¨¦ndose abajo. Perdiendo un partido (6-4 y 7-5, tras 1h 43m) que en otras circunstancias dif¨ªcilmente se le hubiera escapado de las manos.
Alcaraz es superior, pero todo se ha torcido. En el primer parcial ha desperdiciado dos breaks y en el segundo, cuando el recinto parisino ya se expresa de forma a¨²n m¨¢s descarada e intenta cortocircuitarle, se consume emocionalmente. El bloqueo es radical. Va 5-0 por encima, camino de guiar el duelo al tercer set, pero un primer error deriva en una sangr¨ªa. No cierra con 5-1 ni con 5-3, y Gaston va envalenton¨¢ndose y dibujando un desagradable laberinto que le oprime. El murciano, un chico de 18 a?os que hasta ahora hab¨ªa sido masajeado en todos los escenarios del circuito que ha pisado, se refugia bajo una toalla y se rompe. El 5-5 es un hecho y, llegados ah¨ª, el parcial se estira hasta los siete juegos.
¡°Con el 5-0 estaba pensando en qu¨¦ ropa iba a ponerme para el tercer set, pero la gente me dec¨ªa que pod¨ªa remontar y me dije, ?por qu¨¦ no? Y ¨¦l empez¨® a perder ritmo y a cometer algunos errores. Honestamente, todo esto ha sido sorprendente¡±, se sincera el ganador, de 21 a?os y ya entre los 100 mejores.
Mientras tanto, Alcaraz se dirige hacia el hotel junto a su preparador, Juan Carlos Ferrero, con una mezcla de cabreo y tristeza. Se ha visto desbordado por una atm¨®sfera desconocida y febril, similar a las que se viv¨ªa en la vieja Copa Davis, cuando el p¨²blico local se exced¨ªa entre punto y punto o la hora de servir para forzar la desconexi¨®n del visitante. Un tormento desconocido pero que, a buen seguro, se encontrar¨¢ m¨¢s veces de aqu¨ª en adelante. El espa?ol era consciente de que se avecinaba el ruido, pero no es lo mismo intuirlo que vivirlo y ¨¦l, hasta hace nada, lo presenciaba todo a trav¨¦s de la televisi¨®n.
La grada de Par¨ªs: Nadal, Muguruza...
¡°Nunca es f¨¢cil jugar con el p¨²blico en contra y ayer [por este jueves] se demostr¨®. Sab¨ªa que iba a ser dif¨ªcil lidiar con el ambiente que hab¨ªa, pero no me llegu¨¦ a imaginar que podr¨ªa ser tan heavy¡±, dice a trav¨¦s de un mensaje emitido por las redes sociales; ¡°mi primera vez en esta situaci¨®n no fue f¨¢cil para m¨ª, me hizo mucho da?o no saber lidiar con esa presi¨®n, pero como todo en la vida, caemos y nos levantamos, y seguimos adelante. Lo m¨¢s importante es aprender de estas situaciones y estoy seguro de que volver¨¦ m¨¢s fuerte y con lecciones aprendidas¡±.
Habla Alcaraz con el car¨¢cter de un chico humilde y sin malicia de El Palmar (un pueblo de 23.0000 habitantes), de ah¨ª que le cueste procesar lo vivido en la pista de Bercy. Sin embargo, la derrota se traduce de manera autom¨¢tica en lecci¨®n, y desde su equipo le tratan de hacer entender que vendr¨¢n mal dadas m¨¢s veces y que para llegar all¨ª donde pretende aterrizar, en lo m¨¢s alto de su deporte, tendr¨¢ que aprender a sobreponerse a situaciones de este estilo. Es un peaje imprescindible y reiterativo. Par¨ªs, plaza mayor de la raqueta, no suele ahorrar en recursos o a la hora de mostrar afectos y desafectos, especialmente cuando interviene un jugador franc¨¦s.
Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Rafael Nadal, al que la central de Roland Garros le mostr¨® las fauces en m¨¢s de una ocasi¨®n; ninguna, en cualquier caso, como aquella vez en la que el espectador se volc¨® con el sueco Robin Soderling en los octavos del grande franc¨¦s, en 2009, cuando el balear ya hab¨ªa levantado cuatro Copas de los Mosqueteros. ¡°Estoy acostumbrado a o¨ªr el nombre de mis rivales cuando juego, al acabar el partido lo tengo bien aprendido. Es una pena que este p¨²blico no haya tenido nunca un detalle conmigo, ojal¨¢ alg¨²n d¨ªa lo tenga¡±, expres¨® entonces el de Manacor, con iron¨ªa.
El reto inmediato en Mil¨¢n
Otro amargo recuerdo guarda Garbi?e Muguruza, que en 2017, cuando defend¨ªa el t¨ªtulo parisino conseguido la edici¨®n anterior, comprob¨® la efusividad de la grada de la Suzanne Lenglen en un pulso con Kristina Mladenovic. ¡°Lo del p¨²blico ha sido obviamente duro¡±, explic¨® ese d¨ªa la espa?ola, con 23 a?os y que rompi¨® a llorar durante la exposici¨®n ante los periodistas; ¡°en algunos momentos deber¨ªan haber sido m¨¢s respetuosos, incluso con el juego, porque tuvimos que parar. El ¨¢rbitro ha tenido que calmar a la gente todo el rato. No estoy aqu¨ª para crearme enemigos, porque me encanta jugar aqu¨ª, pero la sensaci¨®n no ha sido buena¡¡±.
En todo caso, Par¨ªs no es una excepci¨®n y el factor ambiental influye aqu¨ª y all¨¢. En los ¨²ltimos tiempos, la final que se adjudic¨® Novak Djokovic hace dos a?os en Wimbledon es paradigm¨¢tica. La grada inglesa se decant¨® claramente en favor del suizo Roger Federer, coreando al un¨ªsono: ¡°?Ro-ger, Ro-ger, Ro-ger!¡±. Y el serbio, que levant¨® dos bolas de partido y se hizo con su 16? major, dijo que transform¨® mentalmente ese grito por un estimulante ¡°?No-vak, No-vak, No-vak!¡± interior.
En ¨¦poca de descubrimientos, en tanto que solo lleva una temporada de pleno en el circuito de la ATP, el joven Alcaraz metaboliza ahora lo sucedido y extrae aprendizaje. El murciano, que ha escalado este a?o 106 puestos en el ranking (del 141? al 35?), suma 43 partidos como profesional y esta temporada ha celebrado su primer t¨ªtulo, logrado el pasado 25 de julio sobre la arena de Umag (Croacia). ¡°Este a?o he madurado much¨ªsimo¡±, respond¨ªa un d¨ªa despu¨¦s a EL PA?S. Posteriormente deslumbr¨® en el US Open, donde una lesi¨®n muscular le ape¨® del torneo en los cuartos de final, y por el camino ha derrotado a tres top-10, el ¨²ltimo (Yannik Sinner) esta misma semana en Bercy.
Con un potencial sin igual entre los representantes de la nueva generaci¨®n, el espa?ol est¨¢ aprendiendo a controlar el peso de las expectativas que genera su proyecci¨®n. Convertido ya en reclamo, y con un tenis agresivo y seductor, interioriza el episodio y dirige la mirada hacia Mil¨¢n, donde en los pr¨®ximos d¨ªas intentar¨¢ hacerse con el trofeo de la Copa de Maestros de las promesas (NextGen ATP Finals). Despu¨¦s ha sido citado por Sergi Bruguera para competir con el equipo espa?ol en la Copa Davis a finales de diciembre. Y lo har¨¢ el murciano con una nueva muesca en su trayectoria, porque las victorias no lo son todo. Saber resistir, el blindaje emocional. Se llev¨® oro de Par¨ªs.
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