Kenny Noyes, la vuelta a la vida de un piloto en coma
El ex pilloto, campe¨®n de Espa?a de Superbike, relata el accidente que sufri¨® en 2015 y que le tuvo un mes en la UCI y casi un a?o como un vegetal
Cuando despert¨®, todo era oscuridad.
Cuando logr¨® abrir los ojos, con mucho esfuerzo, la luz le ceg¨®. Y los volvi¨® a cerrar.
Parpade¨® y parpade¨®. Durante tanto tiempo que le pareci¨® una eternidad.
¡°Blanco, negro, blanco, negro¡±, as¨ª es como narra Kenny Noyes, de 42 a?os, su vuelta a la vida en una autobiograf¨ªa que acaba de publicar seis a?os despu¨¦s de un accidente en el circuito de Alca?iz durante unos entrenamientos del Campeonato de Espa?a de Superbikes.
Despertar del coma no es como en las pel¨ªculas, advierte. Incertidumbre, miedo, dudas, recuerdos alterados y un lento proceso de recuperaci¨®n. Kenny Noyes pas¨® 17 d¨ªas en coma profundo, nivel Glasgow 3, el m¨¢s severo de la escala. Cuando abri¨® los ojos apenas sab¨ªa qui¨¦n era, ni d¨®nde estaba. Cre¨ªa recordar que era piloto de motos, pero no que hab¨ªa tenido una ca¨ªda terrible. Cre¨ªa tener 16 a?os, cuando, en realidad, ten¨ªa 36. Y le cost¨® mucho aceptarlo. Durante los primeros seis meses no reconoc¨ªa a su mujer, Iana. Aunque se sorprendi¨® al ver a aquella ¡°t¨ªa buena¡± sentada a su lado en la cama de aquel hospital. Ella, apoyo incondicional, sus padres y su hermano Denny, que ha dejado de ver carreras de motos ¡ª¡±ahora soy m¨¢s de ciclismo¡±¡ª, le han ayudado a reconstruir el relato de estos seis a?os de lucha en el libro Desaf¨ªos de Superbike, Moto2 y Glasgow 3 (Editorial Trebol Sports, 2021), que presentar¨¢ el d¨ªa 15 en Barcelona.
Noyes, hijo del expiloto y popular periodista Dennis Noyes, naci¨® en Barcelona, se crio en Miraflores de la Sierra, al norte de Madrid, y vivi¨® tambi¨¦n en el desierto californiano de Borrego Springs. All¨ª fue donde empez¨® a correr en moto y donde gan¨® el campeonato americano de flat track, una modalidad de velocidad, que se disputa en circuitos de tierra ovalados y que es muy popular en EE UU.
Al regresar a Espa?a, prob¨® el asfalto, su sue?o. Compiti¨® en el Campeonato de Espa?a (CEV) y termin¨®, en 2010, ya con 31 a?os, en el Mundial de Motociclismo: integr¨® la parrilla de Moto2 en las filas de un equipo, el Jack&Jones, impulsado por la imagen de un Antonio Banderas en horas bajas. Logr¨® una pole en Le Mans y un quinto puesto en Cheste, su mejor resultado. Un bagaje escaso para sobrevivir en el Mundial. As¨ª que regres¨® al CEV. Dos a?os despu¨¦s gan¨® el campeonato nacional de Superbikes. Al a?o siguiente, luc¨ªa el n¨²mero 1 en la c¨²pula de su moto cuando sufri¨® un accidente el 5 de julio de 2015.
El d¨ªa antes de la carrera, Iana, preocupada al observar que Kenny sufr¨ªa con aquella moto en cada entreno, se arm¨® de valor y le pregunt¨® si aquello le merec¨ªa la pena. ¡°?En qu¨¦ sentido?, respondi¨® ¨¦l. Me refiero a que¡ ?correr en moto a estas alturas, y con tantas cosas en contra como este finde, te merece la pena?, le volvi¨® a preguntar. Y ¨¦l contest¨®: No es que me merezca la pena, es que ?me apasiona!¡±. Iana no dijo nada m¨¢s, pero confiesa que aquella noche no peg¨® ojo.
El domingo, en el entrenamiento de la ma?ana, antes de la carrera, Noyes choc¨® con otro piloto que se estaba incorporando a la pista. La ca¨ªda no fue nada aparatosa, pero termin¨® con Kenny desliz¨¢ndose por el suelo al tiempo que lo hac¨ªa su Kawasaki; la moto se estamp¨® contra las protecciones, rebot¨® y golpe¨® al piloto en la cabeza. Sufri¨® un traumatismo craneoencef¨¢lico grave. Kenny no recuerda la ca¨ªda, pero sabe exactamente c¨®mo se produjo. Pidi¨® ver el v¨ªdeo para entender qu¨¦ hab¨ªa pasado. ¡°Lo vi m¨¢s de cuarenta veces. Quer¨ªa memorizarlo, para tenerlo todo claro en mi cabeza¡±, cuenta. Aquello fue en la primavera de 2016, tras pasar m¨¢s de un mes ingresado en la UCI del Hospital Cl¨ªnico Universitario Lozano Blesa, en Zaragoza. De all¨ª fue trasladado al Instituto Guttmann, un hospital de neurorehabilitaci¨®n.
¡°Nadie te prepara para lo que vas a ver all¨ª¡±, escribe Noyes, que ha hecho el libro tecleando con los dos dedos ¨ªndices de sus manos y una paciencia y voluntad infinitas. La misma que tuvo su familia, que se resist¨ªa a creer a los expertos. Kenny ¡°jam¨¢s volver¨ªa¡±, les dijeron. Estaba consciente, pero no presente. Y ser¨ªa, dec¨ªan, un vegetal toda la vida. Creyeron que los 30 minutos diarios de fisioterapia eran insuficientes para conseguir que Kenny se recuperara, as¨ª que entre todos dedicaron, por turnos, 24 horas al d¨ªa a estimularle. Fue evolucionando durante todo 2016, aunque ¡°pasar¨ªa mucho tiempo para que fuera de nuevo un adulto¡±. Adem¨¢s de incontables operaciones y de confiar en un tratamiento novedoso, el m¨¦todo NAT, que ayuda a reactivar neuronas y mejora las secuelas de lesiones cerebrales y otras enfermedades neurol¨®gicas.
Hoy, Kenny, camina, con dificultad, y habla, aunque a trompicones; sigue adelante con el proyecto del Noyes Camp, una escuela de pilotaje a trav¨¦s de la cual ofrece cursos en colaboraci¨®n con el circuito de Cheste; y tiene una vida. M¨¢s o menos normal, pero vida al fin y al cabo.
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