Carlsen fulmina con matices

Magnus Carlsen se enfada consigo mismo m¨¢s a menudo que nunca, por sus imprecisiones y fallos de concentraci¨®n. Pero su juego es, en general, impresionante, y por eso ha despachado con relativa facilidad (2,5-0,5) al franc¨¦s Maxime Vachier-Lagrave en la 1? manga de semifinales del torneo r¨¢pido por internet Opera Euro, que se disputa en Chess24. En el otro duelo, el estadounidense Wesley So somete por ahora (2,5-1,5) al azerbaiyano Teimur Rady¨¢bov.

El primer asalto de ambos combates tuvo un factor com¨²n: las victorias de Carlsen y So con blancas fueron rectil¨ªneas. El noruego emul¨® al cubano Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca, campe¨®n del mundo hace cien a?os, convirtiendo dos ventajas en apariencia peque?as -rey y caballo m¨¢s activos que los negros- en una victoria impresionante por su dif¨ªcil sencillez. El estadounidense logr¨® primero cierta presi¨®n central, que convirti¨® en mayor espacio en el flanco de rey, que a su vez tradujo en un ataque mortal contra el monarca.

Durante un rato pareci¨® que los dos derrotados iban a remontar en la segunda partida. Rady¨¢bov lo hizo de hecho, y de manera harto did¨¢ctica, logrando que sus dos caballos se impusieran a los dos alfiles de So. Por el contrario, Carlsen encontr¨® la continuaci¨®n precisa para neutralizar la iniciativa de Vachier-Lagrave, quien adem¨¢s se pas¨® de optimista a continuaci¨®n, lo que le aboc¨® a un final t¨¦cnico muy inc¨®modo, aunque no perdido todav¨ªa. Pero cuando el campe¨®n ya se regodeaba con la habitual tortura lenta que suele aplicar en ese tipo de posiciones, cometi¨® un error t¨¢ctico impropio de ¨¦l, y tablas inmediatas.

Es de justicia resaltar que el duelo m¨¢s aburrido en teor¨ªa, por el estilo muy conservador de ambos, no lo fue en absoluto. So volvi¨® a apretar mucho con blancas en el tercer asalto, hasta el punto de obligar a Rady¨¢bov a un sacrificio de pieza con sabor a desesperaci¨®n, que le llev¨® a la derrota. Luego intent¨® ganar con blancas la cuarta partida, pero sin arriesgar mucho en ning¨²n momento, hasta el punto de que ofreci¨® tablas en lugar de tirar la casa por la ventana.

La pugna que atra¨ªa el foco principal se resolvi¨® en el tercer asalto de forma extra?a. Carlsen iba muy bien encaminado para a?adir otra obra maestra a su larga colecci¨®n de joyas estrat¨¦gicas, tras un sacrificio de calidad (diferencia de valor entre una torre y una pieza menor) que potenci¨® al m¨¢ximo su par de alfiles. Cualquier imprecisi¨®n del franc¨¦s bastar¨ªa para sumirlo en una derrota fulminante. Ese error se produjo, pero Carlsen mostr¨® de nuevo, como en la partida anterior y en los d¨ªas previos, la falta de concentraci¨®n que tanto le est¨¢ haciendo sufrir: vio la idea ganadora, mas se equivoc¨® en el orden de ejecuci¨®n. En consecuencia, y tras otro recital de gestos de rabia y alg¨²n pu?etazo en la mesa, se lleg¨® a un final ventajoso para el escandinavo, pero de claro olor a tablas. Sin embargo, el galo tropez¨® de nuevo, y perdi¨® la partida y la primera manga del duelo.

El campe¨®n estaba contento, pero con matices: ¡°Est¨¢ claro que hoy he jugado mucho mejor que ayer, si exceptuamos que yo deber¨ªa ver un mate en dos con cierta normalidad. Pero a veces veo la idea ganadora y luego yerro al aplicarla, lo que resulta francamente molesto¡±. Vachier-Lagrave fue tajante, tras resumir brevemente lo acontecido en las tres partidas: ¡°Hoy, Magnus ha merecido ganar, sin duda alguna¡±.

Semifinales (jueves y viernes): Carlsen 2,5 ¨C Vachier Lagrave 0,5; So 2,5 ¨C Rady¨¢bov 1,5.

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